Causas de la distimia (depresión persistente)

La depresión persistente o distimia se relaciona muchas veces con factores biológicos. Tener alguna enfermedad crónica o el hecho de que alguno de nuestros padres la sufriera también eleva el riesgo.
Causas de la distimia (depresión persistente)
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 02 diciembre, 2021

Entre las causas de la distimia (trastorno depresivo persistente) está la genética. Es muy común que pase de padres a hijos. Fue en el 2005 cuando El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) recogió esta condición bajo la etiqueta de “depresión crónica” en un intento por clarificar una realidad que afecta a casi el 5 % de la población.

Sentimientos de tristeza, desesperanza, apatía, cansancio físico, cambios en el apetito, alteraciones del descanso nocturno… Lo más llamativo de este trastorno es que, en una parte amplia de los casos, la persona cumple con sus obligaciones cotidianas. Puede desempeñar su labor profesional, ir a clase, atender a la familia y sus relaciones sociales…

Sin embargo, ninguna de estas tareas resulta fácil ni significativa. Se vive en piloto automático o en modo supervivencia. Hay días mejores y momentos peores, pero la persona es plenamente consciente de que hay algo que no va bien. Es como convivir con una sombra persistente de desánimo que todo lo opaca, que todo lo desdibuja…

La distimia cursa con una sensación constante de que nunca podremos ser felices.

Chico triste debido a las causas de la distimia

¿Cuáles son las causas de la distimia (depresión persistente)?

Como ya hemos señalado, el trastorno depresivo persistente (antes llamado distimia) es un término reciente que ha aparecido en la última edición del DSM-5. Una reformulación necesaria por la ambigüedad que existía en ese momento.

La primera vez que se usó el término distimia fue en 1844, y lo hizo el médico C. F. Fleming. En los años 50, se asociaba a un trastorno de personalidad. Se daba por sentado que eran personas con un carácter apático y con tendencia a la tristeza, y no fue hasta los años 80 cuando se concretó que estábamos ante un tipo de depresión crónica de carácter leve.

Ahora bien, en los últimos años ha aumentado de manera notable el interés por esta condición. Trabajos de investigación como los realizados en el Centro Médico Universitario de Friburgo, en Alemania, destacan algo importante. Este trastorno no es fácil de identificar. Por lo general, se diagnostica tarde y cuando la persona ya evidencia un trastorno depresivo mayor (más grave).

Para su diagnóstico, se establece que la persona debe haber experimentado desesperanza, tristeza persistente, fatiga, problemas de la alimentación y de descanso nocturno durante al menos dos años.

Un aspecto de interés es conocer las causas de la distimia o depresión persistente. ¿Qué explica este tipo de condición crónica, que en caso de no detectarse empeora con el tiempo? Lo analizamos.

Vivencias estresantes en la infancia

Hay algo que debemos entender sobre el origen de todo trastorno depresivo. La depresión (en cualquiera de sus formas) es un fenómeno biopsicosocial. Es decir, confluyen causas biológicas, psicológicas y sociales. Así, en el caso de la distimia, la Universidad de Ottawa destaca algo interesante en una investigación.

El origen podría estar en alteraciones del funcionamiento neuroendocrino y neurotransmisor. Las experiencias estresantes y traumáticas durante la infancia serían un posible desencadenante.

Historial familiar, otra de las causas de la distimia

En efecto, no podemos descartar la base genética del trastorno depresivo persistente. En ocasiones, el hecho de que un familiar cercano (padres, tíos, abuelos…) hayan sufrido este tipo de depresión eleva el riesgo. Es decir, no nos determina, solo aumenta la posibilidad de que la padezcamos.

 Tener familiares cercanos con antecedentes de depresión puede duplicar el riesgo de que suframos un trastorno depresivo persistente

Enfermedades crónicas

Fibromialgia, dolor crónico, enfermedades cardíacas, diabetes, artritis reumatoide, cáncer… Las enfermedades graves o crónicas se vinculan muchas veces a los trastornos del estado de ánimo.

La distimia, es decir, ese trastorno en el que la desesperanza, el agotamiento y el pesimismo se experimentan cada día, puede convertirse en una constante en este tipo de dolencias.

Presencia de otros trastornos psicológicos

Una de las causas de la distimia reside en aparecer de manera comórbida con otros trastornos. Es muy común que la persona con depresión persistente sufra ansiedad. También se vincula con el trastorno bipolar. Por otro lado, cabe destacar que esta condición aparece con frecuencia entre quienes padecen algún tipo de adicción.

Mujer triste debido a las Causas de la distimia (depresión persistente)

Dificultades vitales

El desempleo, la pérdida de un ser querido, una agresión, haber sufrido acoso laboral… La vida y sus complejidades siempre nos ponen a prueba y no es fácil lidiar con el impacto psicológico que nos genera. Así, otra de las causas de la distimia o depresión persistente reside, precisamente, en las vivencias adversas.

Algo común es haber experimentado una ruptura afectiva y no superar ese hecho doloroso. La persona retoma su día a día y, aunque sea funcional, percibe como nada de lo que le rodea le ilusiona o le genera felicidad. Pueden pasar varios años y ese vacío y esa desafección emocional no solo persisten, sino que se vuelven más profundos.

En todos los casos es prioritario realizar un diagnóstico temprano. Así, aunque la distimia se considere una depresión leve, puede desembocar en un trastorno depresivo mayor, produciendo una realidad más compleja a la vez que peligrosa. No dudemos en solicitar ayuda experta.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  •  Bellino, S.; Patria, L.; Ziero, S.; Rocca, G.; Bogetto, F. (2001). "Clinical Features of Dysthymia and Age: a Clinical Investigation". Psychiatry Review. 103 (2–3): 219–228. doi:10.1016/S0165-1781(01)00274-8
  • Goodman, S. H., Schwab-Stone, M., Lahey, B. B., Shaffer, D. and Jensen, P. S. (2000). "Major Depression and Dysthymia in Children and Adolescents: Discriminant Validity and Differential Consequences in a Community Sample". Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. 39 (6): 761–771. doi:10.1097/00004583-200006000-00015
  • Uher, R. (2014, July 31). Persistent Depressive Disorder, Dysthymia, and Chronic Depression: Update on Diagnosis, Treatment. Psychiatric Times, 31, 8, 1-3.
  • Patel RK, Rose GM. Persistent Depressive Disorder. [Updated 2021 Jul 1]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2021 Jan
  • Sansone, R. A., & Sansone, L. A. (2009). Dysthymic disorder: forlorn and overlooked?. Psychiatry (Edgmont (Pa. : Township))6(5), 46–51.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.