Cómo manejar la presión social en la adolescencia

Los adolescentes son muy sensibles a los cambios que se producen en su entorno social. Hablamos de un momento especialmente sensible para la construcción de la identidad y la conquista de la autonomía.
Cómo manejar la presión social en la adolescencia
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 25 enero, 2023

Manejar la presión social puede convertirse en todo un reto, y más en la adolescencia. Desde el primer amigo que empieza a beber hasta aquellos que juzgan por el aspecto, en esta etapa tan sensible para la construcción de la identidad, la presión que puede sentir el adolescente puede ser muy grande.

Y es que es la etapa en la que las opiniones y los valores morales se asientan, a la vez que la necesidad de permanencia aumenta. El resultado es una población de adolescentes tratando de imponer sus puntos de vista a los demás, al tiempo que tratan de encontrar grupos afines, lo que, como seguramente has vivido, se convierte en un caos.

¿Cómo manejar la presión en esta etapa vital tan relevante para la vida adulta? ¿Es posible ayudar a un amigo, a un hijo adolescente? Vamos a verlo en detalle en este artículo, así que no te lo pierdas.

Adolescente triste mirándose al espejo
La presión social en adolescentes los influye en varias direcciones para conseguir un principal objetivo: sentirse parte del grupo.

¿Qué es la presión social?

La presión social alude a un tipo especial de influencia ejercida entre las personas que pertenecen a un mismo grupo. En ocasiones, es inconsciente (como un líder dando ejemplo de determinadas conductas) y otras es a propósito. Aunque no siempre sea perjudicial, siempre va a mover al resto de individuos a comportarse de una determinada manera para sentirse parte del grupo.

Por tanto, la presión social puede tener dos tipos de impacto, positivo o negativo. El primero de ellos estimula el crecimiento personal, creando individuos más abiertos, tolerantes o responsables. Sin embargo, la negativa es la que todos tememos: un factor de riesgo de que un adolescente comience a consumir drogas, genere conflictos o discrimine a los demás.

Consecuencias de una presión social negativa

Por norma, aunque hay casos especiales, los pares tienen una gran influencia en la adolescencia. Algo necesario y positivo, pues es la época en la que el individuo diverge de la educación e influencia de su familia, construyendo una identidad propia a través de la experiencia. Sin embargo, si la presión social que recibe es negativa, las consecuencias pueden ser nefastas:

  • Distanciamiento de familiares: si bien cierta oposición a la educación recibida es natural, algunas influencias pueden intensificarla. De esta manera, la protección que podría proporcionar el núcleo familiar quedaría invalidada.
  • Aparición de problemas académicos: notas bajas, absentismo, etc.
  • Desarrollo trastornos mentales. La ansiedad por responder a las demandas percibidas del grupo puede comprometer seriamente la salud mental del adolescente.
  • Llevar a cabo conductas de riesgo: violencia, uso de drogas, etc.
  • Autoestima baja: mucho de los miedos más invalidantes de esta etapa tienen que ver con la imagen corporal.

Debemos tener en cuenta que no toda la presión social es verbal, sino que a veces se presenta de forma silenciosa a través de mostrar ciertos comportamientos como deseables.

Claves para manejar la presión social en la adolescencia

En esta etapa, la capacidad de juzgar las influencias de los pares como buenas o malas varía de unos adolescentes a otros. Hablamos de un desafío que implica a la persona, pero también a su entorno. Así, entendido el contexto, vamos a ver algunas ideas útiles para conseguir que la necesidad de pertenencia.

1. Trabajar habilidades de afrontamiento

Los adolescentes dedican muchos recursos a encontrar la mejor estrategia para entrar o salir de un determinado contexto social. Por ejemplo, estando en un botellón, pueden sentir que no deberían estar allí. Entonces lo habitual es que empiecen a buscar la manera de irse sin que la consecuencia sea un rechazo del grupo.

Dentro de los recursos psicológicos para manejar con acierto las situaciones sociales se encuentran la autoestima y la asertividad. Con unos niveles saludables en estas variables disminuye la probabilidad de que se sienta menos que sus compañeros por no querer beber en la calle; además, es más probable que no acceda a hacer aquello que en realidad no quiere hacer.

2. Dar valor al propio autoconocimiento

Tus prioridades y tus necesidades, así como tu identidad, son tan válidas como las de cualquiera. Incluso si difieren de lo normativo de tu ambiente. Si tu prioridad es sacar buenas notas, es válido. Si tu forma de ocio es jugar videojuegos, también; aunque el resto prefiera pasear o ir al cine.

3. Rodéate de las personas adecuadas

No es necesario que tus amistades te animen a ser buen estudiante o un ciudadano modelo. Lo más importante para manejar la presión social en la adolescencia es encontrar un grupo que sea realmente un espacio seguro, en el que no se discrimine a nadie y se brinde apoyo social.

Adolescentes hablando
Tener este grupo social no solo te hará generar recuerdos y experiencias positivas, sino que limitará tu exposición a aquellas influencias que te presionen de manera negativa.

El apoyo de los pares y la familia

Por último, cabe señalar el papel de los pares, de la familia y de la sociedad en general a la hora de minimizar la presión social negativa sobre los adolescentes. Como amigo, intenta no imponer aquello que te parece correcto: si es un comportamiento positivo, lo normal es que se termine imponiendo, aunque no sea en primera instancia, sin que tengas que hacer presión.

Por otro lado, si convives con un adolescente, recuerda que su personalidad e identidad están en formación y tu influencia será decisiva. Además de ser un buen modelo de conducta, deberás ofrecer consejo y guía desde el cariño y el refuerzo y, sobre todo, nunca invalidar sus necesidades o emociones.

Y, como miembro de la sociedad, siguen siendo en buena medida un reflejo de lo que ha sucedido en su entorno. Si queremos que la adolescencia deje de enfrentarse a pruebas tan difíciles como la presión social negativa, la mejor solución será siempre promover valores de tolerancia, respeto y la libertad.


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