Coprolalia: decir obscenidades de manera incontenida

Coprolalia: decir obscenidades de manera incontenida
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 15 septiembre, 2019

A veces la gente no se puede contener. Todos tenemos un límite. Pero, ¿qué sucede cuando hay personas que traspasan dicho límite y detrás hay una enfermedad? Algo así sucede con las personas que padecen coprolalia, incapaces de moderar su necesidad de decir obscenidades.

Por desgracia, muchos acaban sufriendo lo que Ángela Becerra considera “la incomprensión es el caldo de cultivo de la soledad crónica, la carcoma que genera el desamor”.

¿Es justo aislar a ciertas personas porque sufren una enfermedad incontenible? Y sin embargo, en esta sociedad todavía parece complejo aceptar ciertos problemas relacionados con el cerebro. La coprolalia, protagonista hoy, es uno de ellos.

¿Qué es la coprolalia?

La coprolalia es un síntoma confuso del Síndrome de Tourette. Recordemos que el Síndrome de Tourette es un trastorno hereditario desarrollado en la niñez más allá de cultura o raza. Incluye tics vocales y motores, expresiones inaceptables y movimientos involuntarios.

Uno de los síntomas asociados al Síndrome de Tourette, como decimos es la coprolalia. Este síndrome, socialmente inaceptable para una muchos, es el marco y al mismo tiempo la explicación de que las personas que lo padecen digan obscenidades y comentarios despectivos de forma totalmente involuntaria.

Hombre insultando a su novia

En general, las referencias de los enfermos de coprolalia se dirigen a excrementos, insultos, desprecio por personas y objetos, actos sexuales malsonantes, áreas genitales, etc. Curiosamente, siendo este problema el síntoma más conocido del Síndrome de Tourette, es el socialmente menos aceptado y el más escaso. Pocos pacientes sufren la coprolalia, noticia positiva, pues no es fácil una integración social en personas con este déficit.

Cómo podemos identificar la coprolalia

No debemos pensar en una persona con coprolalia como aquella que al hablar dice constantemente obscenidades o tacos. En realidad, va mucho más allá, pues no es una mera costumbre. Cualquier individuo sabe más o menos cómo introducir una palabra malsonante según el contexto social.

En el caso de la coprolalia, las obscenidades se repiten de forma compulsiva. En ocasiones, el paciente puede repetirlas una y otra vez. Además, suelen usar tonos muy altos con ritmos vocales poco adecuados en una conversación normal.

Para un afectado de este trastorno, la vocalización de obscenidades en cualquier contexto social puede resultar vergonzoso, pues es del todo involuntario. En ocasiones, el uso de palabras malsonantes relacionadas con razas o etnias supone un serio problema.

“Hay un hambre que es tan grande como la del pan y es la de la injusticia, la de la incomprensión”

-Enrique Santos Discépolo

Cómo sufren esta situación los enfermos de coprolalia

Es básico entender que estos sujetos no sienten generalmente lo que dicen. Una obscenidad no tiene por qué reflejar realmente su pensamiento. De hecho, muchas de las frases que vocalizan no tienen por qué tener sentido, pese a que sean complejas e incluso cómicas, llegado el caso.

No olvidemos que para estas personas, su problema puede resultar angustiante. Surgen de su boca obscenidades que no desean decir, en el lugar y el momento más inapropiado. Pero en realidad, ese efecto se debe a problemas en los mecanismos inhibitorios de su cerebro.

Mujer gritando

El Síndrome de Tourette provoca que la habilidad humana para reprimir tics físicos y verbales no deseados no funcione correctamente. De esta forma inconsciente, salen palabras que suponen un alivio momentáneo para el afectado, pero una angustia persistente a medio y largo plazo.

De hecho, no es extraño observar afectados que tratan de reprimir estas expresiones. Para ello, se cubren la boca, balbucean entre dientes o incluso vocalizan las primeras letras y evitan la palabra completa.

“A la imagen que tenemos unos de otros. Capas y más capas de incomprensión. La imagen que tenemos de nosotros mismos, que es inútil, presuntuosa, totalmente engreída. Pero seguimos adelante y nos apañamos con esas imágenes”

-Philip Roth-

La coprolalia no debería ser un problema

Por fortuna, sabemos que esta afección no debería ir más allá de un mero tic. Una vez detectada y tratada, el círculo social del paciente ha de ser comprensivo. Es básico entender que los gestos y palabras son totalmente involuntarios.

Si usamos la empatía, sentiremos el sufrimiento social y personal que pueden llegar a sentir estos individuos. De ahí que sea necesario aceptar el síntoma por parte de su entorno social más cercano. Solo así podremos ayudarles a tener una vida plena y productiva.

Recuerda que la coprolalia o el propio Síndrome de Tourette no deben ser obstáculo para que la persona sea aceptada y querida, de manera que esta pueda establecer unos pilares sociales de seguridad sobre los que desarrollar todo su potencial.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.