Amor con amor se paga

Amor con amor se paga
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 23 diciembre, 2021

Tal vez te sientes solo o sola y no quieres estar así. Desearías tener una pareja, pero aunque lo anhelas con mucha intensidad, algo pasa y no lo logras. Es posible que caigas en la tentación de echarle la culpa a la suerte, o al karma, o al destino. O quizás sucumbas en algo peor: la idea de que no eres alguien digno de amar.

El asunto no es de otro mundo. No depende de fuerzas misteriosas, ni de factores que estén fuera de tu alcance. Es cierto que el azar juega algún papel en el amor, pero si profundizas un poco más y lo miras con detenimiento, son principalmente las fuerzas del “más acá” las que conspiran en tu contra.

Amor con amor se paga

La principal razón por la que la mayoría de las personas no consiguen pareja es la falta de amor propio. La ecuación funciona así: cuánto te amas, cuánto te amarán. No es posible que otra persona te ame si tú mismo no te quieres, ni te aceptas y, sin notarlo, das señales de ese menosprecio a los demás. Así como te tratas, así te tratarán.

El asunto no es tan simple. Puede convertirse en un círculo vicioso: al no encontrar una pareja que te quiera, te sientes indigno de amor. Y como no crees que merezcas ser amado, tampoco encuentras pareja. Parece un trabalenguas, pero representa una realidad bastante común.

Lo peor es que la falta de amor propio te conduce también a otras actitudes que van en contra de ti mismo. Es posible que no logres madurar suficientemente tu concepto del amor. Puede que tiendas a idealizar este campo de la vida y entonces inconscientemente tengas la convicción de que una pareja es la que resolverá todos tus problemas.

Es entonces cuando solamente fijas tu atención en personas que sacan diez en cualquier evaluación que les hagas. Las más lindas, las más exitosas, las más seguras. Suponiendo que esos modelos ideales no sean producto de tus fantasías, lo cierto es que difícilmente prosperan esas relaciones con los cuasi ídolos de turno. Eso se debe a que tú no buscas en realidad el amor, sino el provecho emocional de estar con alguien que se mueve con suficiencia por la vida.

Las dudas y la ambivalencia son otra de las razones por las que tal vez no consigues pareja. Es posible que temas sufrir y por eso quieres y no quieres. Avanzas y retrocedes. Esto envía un mensaje confuso y nada positivo para tu eventual prospecto.

Los mitos de la conquista

Es falso que el físico sea un factor definitivo en la conquista amorosa.  Es mentira en tanto hay muchas personas lindas exteriormente, que permanecen en la más absoluta soledad. Igual, muchas personas no tan agraciadas o sin mayor atributo físico logran conformar parejas maravillosas.

Lo que sí ocurre es que el descuido casi nunca despierta deseos eróticos en otro. Y precisamente la falta de amor propio puede llevar a cierto desinterés por la apariencia. Que estés limpio, que tengas un aroma agradable, que procures utilizar la ropa que mejor te va sí son factores que otros van a tener en cuenta. Tu presentación personal envía un mensaje acerca del cuidado que te prodigas a ti mismo.

Lo mismo ocurre con el trato hacia los demás. Si estás más preocupado por ser aceptado y valorado, que por aceptar y valorar, difícilmente encontrarás quien se preste a tu juego de egoísmo. Y si lo encuentras, posiblemente no será una relación con grandes posibilidades de crecer. Hay una norma básica: dale a los demás, lo que quieras que te den a ti. Y hazlo gratuitamente, sin cálculos. Así de simple.

No hay gente que “no nació para amar”, ni personas “marcadas” por la soledad. Lo que existen son personas que han desarrollado la habilidad y la destreza para hacer lazos con otros y personas que tienen esos atributos solamente en potencia.

Si en verdad quieres construir una relación de pareja saludable con otra persona, lo vas a lograr. Pero no será el destino, ni la buena estrella quien lo haga por ti. Vas a tener que invertir mucho esfuerzo. Pero no lo olvides: vale la pena.

Imagen cortesía de Anselm Baumgart.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.