5 defensas mentales

¿Qué son las defensas mentales? ¿A qué nivel actúan y cómo las ponemos en marcha? ¡En este artículo te lo contamos!
5 defensas mentales
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 28 enero, 2023

¿Cómo  te proteges frente al dolor? ¿Conoces la forma en que tu mente inconsciente te protege? Todos tenemos diferentes defensas mentales que actúan como mecanismos que se accionan para protegernos de eventos altamente estresantes. Suelen ser inconscientes, es decir, se movilizan con anterioridad a que seamos conscientes del dolor, la estupefacción o la confusión que puede generar una situación. Al activarse, nuestro yo inconsciente nos protege.

El objetivo de las defensas mentales es proveernos de todo un arsenal de herramientas que nos permitan amortiguar el impacto de los hechos que pueden ser potencialmente traumáticos. Son adaptativas en la manera en que logran lo anterior, aunque pueden volverse patológicas cuando nos impiden desarrollarnos en las áreas que son significativas para nosotros, como la interpersonal, la académica o la laboral.

A lo largo de este artículo vamos a ir explicando algunas de las estrategias que probablemente hemos utilizado en algún momento de la vida. Nacen de la mano de Sigmund Freud y el psicoanálisis, y para él, son el origen de nuestra personalidad. En este sentido, es posible que nos identifiquemos más con unas que con otras. También es posible que, después de leerlas, comencemos a identificarlas con más asiduidad en nuestro día a día.

«Cuanto más perfecta es una persona por fuera, más demonios tiene por dentro».

-Sigmund Freud-

Nuestras defensas mentales pueden ser clasificadas en dos grandes bloques. Por un lado, tenemos las que implican huir cuando experimentamos angustia, como la represión; por el otro lado encontramos las que aluden al hecho de intentar afrontar o incluso controlar lo temido, como es el caso de la intelectualización.

Mente con un hombre en el interior
Nuestra única certeza es la autoconciencia

1. La represión

Reprimir algo significa ‘cortar su acceso a la consciencia’. De esta manera, nuestro yo queda separado de los pensamientos que nos producen ansiedad, porque los estamos evitando, los empequeñecemos y los empaquetamos.

El destino de estos pensamientos son las profundidades de nuestra mente. Cuanto más profundo esté, más difícil nos será acceder a ello y, aparentemente, menos sufriremos. Sin embargo, a pesar de su eficacia, es peligroso. Lo que evitamos elaborar y afrontar tiene el potencial de crecer y amenazarnos con embarrar nuestra mente en el futuro de una manera más intensa.

«Un día, en retrospectiva, los años de lucha te parecerán los más hermosos».

-Sigmund Freud-

2. La identificación proyectiva

Por ejemplo, si estamos pasando una mala racha, donde no estamos tratando precisamente bien a las personas de nuestro entorno, podemos defendernos diciendo que son ellas las que nos tratan mal, cuando solo responden de manera acorde a cómo las tratamos nosotros. Esta defensa mental se da por lo general cuando pensamos que el otro tiene una cualidad, positiva o negativa, que en realidad es nuestra.

Es una forma de defensa interpersonal, que surge y se activa en las relaciones con otras personas. Es una forma inconsciente de manipulación cuyo objetivo, aunque inconsciente, es dañar y controlar a la otra persona porque el resultado es que el otro asume, cree y siente que posee ese rasgo.

«Somos lo que somos porque hemos sido lo que hemos sido».

-Sigmund Freud-

3. La sublimación

¿Cuántas veces has sentido la necesidad de escribir, cantar o dibujar al experimentar malestar? Sublimar el dolor y la frustración implica sustituir estas emociones y transformarlas en un objeto que sea social y éticamente aceptable. En lugar de evitarlo o de reaccionar con agresividad ante la situación que nos produce angustia, la reelaboramos, le damos un significado que queda impreso en una producción.

«¿No podríamos decir que cada niño que juega se comporta como un escritor creativo, en el sentido de que crea un mundo propio o, más bien, reordena las cosas de su mundo de una manera nueva que le agrada?».

-Sigmund Freud-

4. La intelectualización

Intelectualizar una situación dolorosa significa razonarla en exceso. Hay veces en la vida en las que podemos querer llegar a ejercer un control férreo sobre los conflictos que estamos atravesando y las emociones que producen. Para ello, los analizamos y generamos multitud de argumentos que favorecen nuestra propia opinión, sin considerar la evidencia en contra y sin atender a las emociones que sentimos.

«El resultado es que nos desconectamos de la parte emocional del acontecimiento y lo vivimos a medias». Por ejemplo, ante una infidelidad de la pareja podemos enumerar toda una serie de razones que justificarían esta conducta, porque es menos doloroso que entrar en contacto con el sentimiento de traición y el dolor que le acompaña.

«La voz del intelecto es suave, pero no descansa hasta que ha ganado una audiencia».

-Sigmund Freud-

Hombre pensando

5. La condensación

Esta defensa mental está íntimamente ligada con la primera que hemos mencionado, la represión. Lo que reprimimos y relegamos al fondo de nuestra mente tiene la manía de aparecer en nuestros sueños. Para Freud, el sueño es una importante vía de acceso al inconsciente mediante la que se manifiestan los recuerdos y las emociones que hemos reprimido. En este sentido, el inconsciente es un almacén de recuerdos, imágenes y afectos que acceden a la consciencia a través del sueño.

Una interesante pregunta que podemos hacernos ante el contenido curioso, aterrador o placentero de nuestros sueños es: ¿qué significa para mí este sueño? Dejar a nuestra mente divagar sobre el significado del sueño que hemos tenido permite la asociación libre. Según Freud, la asociación libre ayuda a hacer evidente los recuerdos, afectos y situaciones que hemos reprimido. Las hace aflorar a la superficie para que podamos elaborar la información y darle un significado.

Todas defensas mentales descritas son mecanismos que nos protegen. Son formas inconscientes de defensa ante los eventos intensamente cargados de afecto. Y tú, ¿te identificas con alguna?

«Soñar, en resumen, es uno de los dispositivos que empleamos para eludir la represión, uno de los principales métodos de representación indirecta de la mente».

-Sigmund Freud-


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  • Bleichmar, H. (2006). Hacer consciente lo inconsciente para modificar los procesamientos inconscientes: algunos mecanismos del cambio terapéutico. Aperturas psicoanalíticas, 22.
  • Bleichmar, H. (2001). El cambio terapéutico a la luz de los conocimientos actuales sobre la memoria y los múltiples procesamientos inconscientes. Aperturas psicoanalíticas, 9(2).

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