Después de vivir 60 años
Después de vivir 60 años, me doy cuenta de que la mente es tanto o más importante que el cuerpo, que el miedo es nuestro peor enemigo y que la vida es una cadena de enseñanzas que circulan a mi alrededor para mostrarme el camino de mi propia evolución. Igualmente, me doy cuenta de que el silencio es un maestro igual que la soledad y que la paz en el corazón la construyes tú mismo cuando seleccionas tus pasos.
A veces no puedes decidir como quisieras o lo que deseas, entonces decides usando el criterio que nunca parece fallarte “es el único remedio que me queda”. Lo que siempre permanece invariable es que en tu vida eres tu quien decide, eres tú el que marca el camino, quien construye tu vida…
Si alguien elige por ti, es que estás dejandole que lo haga, por lo tanto, al final estás decidiendo no decidir por ti. Las elecciones, el si o el no, el quería y el voy marcan tu devenir. Por eso, tras décadas vividas, me doy cuenta de que vivir es una bendición y cómo vivo es una decisión que nadie ha tomado por mi y que voy a hacer mía todo el resto de mi vida.