Educación en la infancia, ¿cómo influyen los productos de ficción?

Ponemos buena parte de los cimientos de nuestra personalidad, imitando o fijándonos en las personas que nos rodean. Estos pueden ser los padres, familiares, amigos, pero también los personajes de series o películas favoritas. Hablamos de este tipo de influencia.
Educación en la infancia, ¿cómo influyen los productos de ficción?
Andrea Pérez

Escrito y verificado por la psicóloga Andrea Pérez.

Última actualización: 16 febrero, 2023

Crecimos viendo en la televisión series y películas que ahora difícilmente se producirían. Se suele decir que eran otros tiempos. Para algunos, más libres. Para otros, más inconscientes. Lo cierto es que lo que entonces parecía inocuo para la infancia ha resultado influir en su educación más de lo que éramos conscientes.

Desde que nacemos empezamos a aprender sobre aquello que nos rodea. Aunque existe un componente biológico, los aprendizajes tienen una importancia fundamental en nuestro desarrollo; unos aprendizajes que tienen lugar, en gran medida, como consecuencia de la interacción con el entorno. Podría decirse que aquello y quienes nos rodean forman un gran cuadro, cambiante y móvil, que nos enseña el arte de vivir en el mundo.

Al mirarlo, el niño o la niña verá en él la imagen de un montón de personas, de referentes de los que aprender. La información que van adquiriendo se va almacenando, interpretando, imitando e interiorizando. Poco a poco, las personas del cuadro se irán desdibujando. Dentro del marco comenzará a hacerse visible la silueta de quien lo estaba mirando, el niño o la niña comienza a ver su propio reflejo, su personalidad, formada con pequeños trozos que ha ido adquiriendo de aquí y allá.

Durante mucho tiempo se ha tendido a pensar que ese entorno que los niños y las niñas utilizan como referente para su aprendizaje eran únicamente los padres, familiares cercanos o amigos del colegio. Y aunque obviamente juegan un papel protagonista en este proceso, también existen otros referentes que a priori no nos habíamos planteado. Y es que los personajes de la ficción que consumen también van a influir en su educación.

Niños viendo la televisión
Las series, las películas y los programas que los niños ven influyen en su educación.

La conexión entre la ficción y la educación

Las series de televisión y las películas han tenido un auge desorbitado en las dos últimas décadas. Han pasado de ser un entretenimiento secundario a uno de los ejes centrales de nuestro ocio. Se han convertido en un medio de comunicación con un gran poder y alcance, y por su propia naturaleza no solo forman parte de la cultura social, sino que también la reflejan.

No resulta entonces descabellado que exista cierta preocupación por lo que consumen nuestros hijos e hijas en sus pantallas y en cómo esto puede influir en su educación.

Al igual que los adultos, los niños también se sienten identificados con los personajes que ven en pantalla. Empatizan y se ven reflejados en ellos. Llegan a admirarlos y sueñan con convertirse en ellos o vivir sus vidas. Imitan sus gestos, sus expresiones y también sus comportamientos y los van haciendo propios. Las tramas les ayudan a comprender sus sentimientos. Provocan en ellos alegría, tristeza, miedo, repulsión…

Se suele decir que los niños son como esponjas y no es mentira. Y es que, la identificación e imitación de sus referentes audiovisuales influirá en la construcción de su sistema de valores y creencias. Les ayudará también a aprender normas sociales y a comenzar a moverse en ellas.

A través de este proceso, comenzarán también a aprender no solo el mundo que les rodea, sino también sobre ellos mismos. Irán adquiriendo su autoconcepto, su autoestima y del papel que ocupan en la sociedad.

Acompañar y guiar en el consumo audiovisual

Realizar un visionado previo para determinar si lo consideras adecuado para su educación puede ser una opción a considerar. Así, podrá resultarte más fácil valorar el contenido de esa serie o película. También existe la posibilidad de verlo juntos y poder explicarle lo que sucede. D arle un contexto si es necesario y acompañarle en las dudas que le puedan surgir.

No por ver una película aislada en la que no se vea representado o lo haga a través de prejuicios sociales tu hijo o hija crecerá con una autoestima baja o con miedo a mostrarse tal como es. Y es que los aprendizajes de los niños no dependen solamente de este factor, sino que se parecen más a una casita hecha de ladrillos.

Para construir esa casa el niño irá seleccionando y apilando los ladrillos en función de las casas que vea alrededor y los ladrillos que les pase su entorno. Es posible que uno de esos ladrillos que ponga, o bien no lo seleccione para su casa, o que aun siendo seleccionado, la estructura de ladrillos que tiene alrededor sea tan sólida que no afecte al conjunto total de la casa.

El mundo del cine y de las series de televisión es muy amplio. Puede suceder que nuestro hijo o hija quiera ver un producto que como padres no consideremos adecuado. En ese caso, no se trata de privarles de tener libertad de elección. Podemos buscar alternativas que cumplan las expectativas de ambos, o de complementar la información y guiarles en su consumo.

Padre e hijo viendo una película
Revisar el tipo de contenido que ven tus hijos es esencial para su educación.

Hacia un audiovisual más inclusivo

A través de los productos de ficción, nuestros hijos no solo imitan e interiorizan conductas de los personajes, sino que también comienzan a interpretar el mundo y la sociedad que les rodea. Y es que la ficción nos proporciona mucha información sobre la sociedad y las normas que la regulan. Por su influencia, tiene la capacidad de transmitir y perpetuar desigualdades, estereotipos o prejuicios que existen en ella.

Durante décadas esto se ha hecho mayormente a través de la invisibilización. Ciertas personas no tenían cabida en nuestras pantallas, como aquellas con alguna discapacidad, con cuerpos no normativos o con un color de piel distinto al de la mayoría de los espectadores. Y, si la tenían, lo hacían adoptando roles que reforzaban estereotipos dañinos.

Cuando vemos una película, nos gusta encontrar puntos en común con sus protagonistas, ¿verdad? Nos gusta vernos representados física o moralmente. El hecho de que se escenifiquen situaciones que nosotros también hemos vivido nos ayuda entrar en la trama. Lo mismo ocurre cuando eres niño. La conexión les ayuda a crear esos referentes de los que van a ir aprendiendo durante su infancia. Y en ello juega un papel importante lo que se representa y cómo se representa, pero también lo que no se representa, lo que se esconde.

¿Qué ocurre cuando ningún personaje representa tu realidad? Si una niña negra nunca ha visto en pantalla un personaje con su mismo color de piel en puestos de poder, podrá pensar que ella tampoco podrá llegar a ocupar uno en un futuro.

Cuando un niño nunca ha visto en pantalla una relación romántica entre dos hombres, podrá interpretar que su orientación sexual debe ocultarse ante los demás.

Si una niña con sobrepeso tan solo ve personajes con su mismo cuerpo siendo ridiculizados por su peso, seguramente normalice esa conducta y llegue a creer que la merece.

Si nunca un personaje con una discapacidad física se muestra en pantalla de manera independiente, el niño que comparta su condición puede llegar a pensar que no será capaz de serlo.

Los niños aún no tienen formada su capacidad crítica. Carecen de la formación suficiente para poder interpretar la información que reciben, así como de analizarla y contextualizarla. Por ello, la inclusión de nuevos referentes plurales y diversos en nuestras pantallas permite a los niños normalizar no solo sus propias realidades, sino también las realidades que aún son ajenas a ellos.

La pluralidad en la ficción fomentará la educación en la infancia en la igualdad, algo de lo cual todos saldremos beneficiados.


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