El efecto Galatea o el secreto del triunfo
El efecto Galatea es un factor cognitivo que induce a alcanzar ciertos resultados. Nace de un mito, el de Pigmalión y Galatea. Se cuenta que el rey de Creta, llamado Pigmalión, buscaba a la mujer ideal. Como no la encontraba en ninguna parte, decidió hacer una escultura que tuviera todos los atributos que él buscaba.
Al esculpir la figura, plasmó en ella no solo cualidades físicas, sino también la representación de muchos valores. La figura debía tener belleza, ternura, nobleza, sensibilidad y muchas virtudes más. Su obra fue tan perfecta que al terminar se enamoró perdidamente de la escultura. La llamó “Galatea”.
“Se puede hacer muy poco sólo con fe, no puede hacerse nada sin ella”.
-Samuel Butler-
La diosa Afrodita, que lo había observado todo, se conmovió al ver el amor que Pigmalión sentía por Galatea. Decidió intervenir y darle vida a la estatua. Así el rey de Creta encontró a su mujer ideal y vivieron felices para siempre. Como vemos, fue el fuerte deseo de Pigmalión el que terminó generando las circunstancias para que la estatua se convirtiera en una mujer. A ese ardor por conseguir las cosas es a lo que se llama efecto Galatea.
Definiendo el efecto Galatea
El efecto Galatea plantea que cuanto más convencidos estemos de nuestra capacidad para alcanzar una meta, más probable será que la logremos. De la misma manera, podría decirse que cuando no tenemos la convicción de ser capaces, aumenta la probabilidad de no serlo. En otras palabras, esas creencias acendradas sobre nosotros mismos determinan en gran medida el resultado de nuestros planes.
Hay un aspecto interesante, y es que el efecto Galatea no solamente opera sobre nuestro mundo interno y nuestra capacidad de logro. También tiene un claro efecto social; es decir, que se proyecta a otros. Si estamos convencidos de que somos capaces, también es más probable que alimentemos esa “ilusión” en los demás. Y viceversa. Si dudamos de lo que podemos lograr, es probable que los demás también hagan lo mismo.
De este modo, se puede afirmar que una persona tiene muchas más probabilidades de éxito cuando se trabaja mentalmente para el logro. Muchos deportistas de alto nivel trabajan sobre el efecto Galatea. Parte de su preparación consiste en alimentar/visualizar el deseo de conseguir aquel resultado o marca que quieren alcanzar, especialmente antes de una competición.
Iniciar la activación del efecto Galatea
Como ves, el efecto Galatea puede jugar a favor o en contra de nosotros. Entonces, lo ideal es que lo aprovechemos a nuestro favor. En algunos procesos de autoayuda se insiste en la importancia del enfoque, del lugar mental en el que nos posicionemos respecto a la meta. Esta articulación teórica está en consonancia con el efecto Galatea, con cómo los pensamientos pueden influir para que logremos o no un determinado objetivo.
La forma de activar el efecto Galatea tiene que ver básicamente con tres ejes. Estos son: la posibilidad, la capacidad y el merecimiento. Respecto a la posibilidad, tiene que ver con el realismo aplicado a los propósitos. La capacidad es la potencialización de habilidades y el merecimiento está asociado a una disposición constructiva.
Los pasos a seguir
Hay algunos logros difíciles, otros muy difíciles y otros imposibles. Entonces, lo primero es asegurarnos de que nuestro plan no está dentro de los imposibles. Si el deseo es el de volverte invisible, sin tener ningún fundamento o hipótesis que cambie las leyes actuales de la física, estás ante un deseo imposible.
En cuanto a la capacidad, de lo que se trata es de identificar, reconocer y exaltar todas aquellas habilidades que poseemos y que eventualmente nos permitirán lograr un objetivo. Cualquier persona puede ser capaz de alcanzar cotas más altas de las que imagina, siempre que identifique cuál es el camino que debe recorrer para conseguirlo. Lo que sigue es confiar en las propias capacidades. No medirlas, ni ponerles límite, sino tener fe en ellas. Así de sencillo.
Finalmente, el autoconcepto y la autoestima están estrechamente relacionados con la autopercepción. ¿Piensas que eres alguien lo suficientemente valioso como para alcanzar la realización y la felicidad? ¿Dudas de ello? ¿Hay algo en ti que te lleva a renunciar a los grandes logros, antes de intentarlo, simplemente porque no te ves como alguien muy exitoso?
Haz una introspección destinada a exaltar lo que eres, lo que puedes y lo que mereces. Si no tienes la convicción de que quieres, puedes y mereces alcanzar algo, probablemente no lo lograrás. Así es como funciona el efecto Galatea.