El amor de mi vida... soy yo

El amor de mi vida... soy yo
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 18 diciembre, 2017

Después de muchos vaivenes, de sentirme como un barco a la deriva, después de pasar las tormentas del amor, después de añorar el poder encontrar algún día el amor de mi vida, por fin lo encontré…  El amor de mi vida soy yo. He aprendido a quererme, a cuidarme, a respetarme; he aprendido a dialogar conmigo mismo sobre mis errores y desaciertos, perdonándome sin rencores…

Así es que creo que he encontrado a la pareja perfecta, yo… y lo digo sin pretensiones, sólo como una forma de explicarme a mí mismo que he conseguido una relación de amor bonita, estable y saludable con lo más profundo de mi ser…

Porque soy una media naranja que no necesita la otra mitad para sentirse completa, porque cada uno ya somos completos si alcanzamos la paz y la felicidad con nosotros mismos y con lo que hacemos, sin la necesidad de buscar el amor o la aprobación del otro…

Manos lanzando pétalos

 

Porque ya no necesito ponerme guapo/a para buscar que alguien se enamore de mí; porque ahora me sigo arreglando, sí, pero para mí mismo y si alguien fija su mirada en mi ser pues mejor que mejor… siempre y cuando sea para hacernos felices el uno al otro, sin más misterios ni más historias… ¿Tú quieres ser feliz, continuar este largo camino que es la vida… conmigo? Sí, pues yo también…”.

“Todos sabemos que la autoestima viene de lo que tú piensas de ti mismo, no de lo que los demás piensan de ti”

-Gloria Gaynor-

El amor empieza en ti

Ante todo y sobre todo, tenemos que estar seguros de nosotros mismos, querernos con nuestros defectos y nuestras virtudes; no importa que los haya más guapos, más inteligentes o con más carisma que nosotros…

Cada uno es único e irrepetible y ahí radica nuestra grandeza, ahí y en querer mejorarnos por dentro y por qué no, por fuera; ser coquetos no está mal siempre y cuando no lo hagamos por la obsesión de querer gustar a todo el mundo, por la inseguridad que se apoya en creer que no valemos lo suficiente o en la inseguridad que se sostiene en los complejos, complejos que hacen que centremos toda nuestra atención en ellos y dejemos de lado todo lo bueno que tenemos.

¡Basta ya! Sé feliz por como eres y eso lo reflejarás y lo llevarás por todo el mundo por bandera… Y en este caso me gustaría citar un ejemplo que quizás ahora esté de moda por un programa de la televisión española…

“Te has criticado por años y no ha funcionado. Intenta aprobarte y mira qué pasa”

-Louis L. Hay-

Mujer abrazándose a sí misma

Quiérete tal y como eres

¿Os acordáis de la tímida Laura Pausini en los comienzos de su carrera?… Siempre iba envuelta en levitas. Hace poco ella misma dijo entre risas  algo así como: “Cuando comencé mis managers querían simular mis caderas y mi culo con aquellas horribles levitas… ¡Qué viva el culo!” y así de natural y sin artificios lo confiesa, y despierta los aplausos de un público que la adora, ¿por qué?

Por simpática, carismática, natural y parlanchina… no le hace falta tener un culo ni una cara perfecta para resultar una mujer profundamente atractiva y que te atrapa; ella es feliz tal y como es… y de esta manera lo percibe el público. Así es que ¿por qué no hacemos nosotros lo mismo que además no estamos como ella y otras tantas estrellas de la pantalla, todo el día siendo observados por todo el mundo?

¿Acaso Joaquín Sabina es el hombre más guapo del mundo? Pues como él mismo dice: “Yo no estoy ya para nada, estoy mayor… ¡con lo que ha sido uno!”, ha gustado y sigue gustando a montones de mujeres porque ha sabido quererse tal y como es y eso se capta.

Así es que ¿por qué no empezamos a ser nosotros mismos el amor de nuestras vidas, a querernos y a ser felices con lo que somos? ¿Te atreves?

“Antes de decirle a alguien que lo queremos, tenemos que aprender a decirnos ‘me quiero'”

-Anónimo-


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.