El nombre de la rosa

Una gran novela de detectives en plena Edad Media en la que el trasfondo es religioso, filosófico y espiritual. Finalmente, el propio protagonista tendrá que ponerse a prueba
El nombre de la rosa
Sergio De Dios González

Escrito y verificado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 07 octubre, 2022

El escenario de “El nombre del la Rosa” -publicada en 1980 y adaptada también al cine- es singular. Se trata de una abadía benedictina situada en los Apeninos durante 1327. A ella se dirigen el franciscano Guillermo de Baskerville y su fiel acompañante Adso de Melk. No obstante, ignoran el inquietante misterio que les aguarda a su llegada. A Guillermo, con un oscuro pasado como inquisidor, se le encarga la misión de participar en una reunión en la que se discutiría sobre la supuesta herejía de una rama de los franciscanos: los espirituales.

Establecido con acierto el escenario, Umberto Eco crea una novela de detectives en plena Edad Media. Un escenario histórico en el que la religión daba y quitaba poder. También, concedía caprichos o segaba vidas en nombre de un Dios. Este, además de omnipotente, era retratado como castigador y contrario a cualquier divertimento mundano y a su expresión más natural: la risa.

El misterio en el nombre de la rosa

El nombre del monje protagonista,Guillermo de Baskerville, dista de ser azaroso. Umberto Eco le puso Guillermo en honor al conocido filósofo Guillermo de Ockham, famoso sin duda por su conocida “Navaja de Ockham”. Esta peculiar navaja defiende que cuando existen dos hipótesis que explican unos hechos con el mismo acierto deberá prevalecer aquella que sea más sencilla. Esta idea no es mundana, ya que la ciencia actual evoluciona siguiéndola.  La formulación moderna de este requisito es el “criterio de parsimonia o de simplicidad”.

Un criterio que está también muy presente en el proceder de uno de los detectives más famosos de la historia. Hablamos de Sherlock Holmes. El apellido de Guillermo, Baskerville, está relacionado precisamente con uno de los casos que le dio fama y gloria al emblema de Sir Arthur Conan Doyle, el perro de los Baskerville.

La explicación del origen del nombre del fraile quedaría en mera anécdota si no trascendiera más allá, sin embargo es toda una declaración de intenciones para el proceder de Guillermo, que dedicará gran parte de su estancia en la abadía a intentar resolver los crímenes que allí están empezando a sucederse, en una cadencia que recuerda a otra de las novelas de misterio más famosas, hablamos de “Diez Negritos” de Agatha Christie.

Otro de los guiños a la historia que aparece en “El nombre de la rosa” tiene que ver con el custodio de la extensa biblioteca del convento. Hablamos de Jorge de Burgos y de su referencia literaria Jorge Luis Borges. En palabras del autor: ” …biblioteca más ciego solo puede dar Borges, también porque las deudas se pagan”.

Las espinas de la rosa

Es precisamente este personaje el que se encuentra detrás de los asesinatos que se suceden uno tras otro en la abadía. Todo por su afán de impedir que saliera a la luz el segundo libro de poética de Aristóteles. Un libro dedicado al humor y al que el fraile temía porque entendía que la risa no era más que un viento diabólico que deforma las facciones y hacen que los hombres parezcan monos. 

Jorge, al igual que muchos religiosos de la época, pensaba que la risa era algo característico del pueblo inculto y salvaje, pero que debía ser alejado de la Iglesia para que la intelectualidad, que en aquellos oscuros momentos giraba a su alrededor, no la adoptara también como un instrumento de la verdad. La iglesia temía que la comedia despojara al hombre del temor a Dios, de manera que este dejara de seguir sus preceptos.

Risa como antídoto al diablo y al temor

Fray Jorge pensaba que la risa era el antídoto del temor. Del temor al diablo que hacía que los hombres abrazasen a Dios. Sin este temor, creía, no había razón para que los hombres no se rieran de Dios igual que lo hacían del resto de elementos. Sin embargo, en el oficio de Jorge reside su propia condena, ya que como amante de los libros es partidario de controlar el conocimiento y no de destruirlo. Así, solo tomará este camino cuando es consciente de que está atrapado, de que ha sido descubierto por Guillermo y que no le queda otra opción.

En la película también podemos apreciar otro enfrentamiento clásico medieval entre la razón y la fe. Es el enfrentamiento que precisamente se produce en la obra entre el inquisidor Bernardo Gui y Guillermo y que removerá los cimientos de la iglesia con el nacimiento de la reforma protestante y el auge de la ilustración.

Libro o película, “El nombre de la rosa” implica pasar un buen rato para aquel aprecie la buena literatura y un argumento que además de ser misterioso habla de nuestra condición, de la condición humana.


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  • Backes, V. M. S., Prado, M. L., Schmid, S. M. S., Cartana, M. H. F., Marcelino, S. R., & Lino, M. M. (2005). Educación continua o permanente de los profesionales de salud: el" nombre de la rosa" hace la diferencia. Revista Panamericana de Enfermería3(2), 125-31.
  • Eco, U. (2010). El nombre de la rosa. Lumen.
  • Giovannoli, R. (Ed.). (1987). Ensayos sobre" El nombre de la rosa". Lumen.

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