Esquizofrenia y familia: ¿cómo es la interacción?

La esquizofrenia es una condición que afecta a todo el entorno familiar. Si no se aborda en forma adecuada, puede provocar problemas individuales y grupales. Esto no solo tiene un impacto negativo sobre la persona afectada, sino sobre toda la estructura familiar.
Esquizofrenia y familia: ¿cómo es la interacción?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 29 junio, 2022

La esquizofrenia es un trastorno complejo. Precisamente es esta complejidad la que ha alimentado, al menos en parte, los distintos debates que se han dado sobre ella. Mientras que los psiquiatras más ortodoxos lo definen como una enfermedad incurable, quienes esgrimen una postura más holística piensan que sí es posible superarla. De hecho, hay muchos casos reportados de cura.

Lo anterior nos muestra de entrada una de las dificultades que deben afrontar las familias en las que ha hecho aparición la esquizofrenia: la incertidumbre. De seguro, escucharán o leerán información divergente al respecto. Habrá argumentos para esperar que todo mejore y otros que solo sirven para sumergirlos en el pesimismo.

Rara vez los psiquiatras se toman en serio la orientación a la familia  en estos casos. Lo más habitual es que se señalen algunas pautas generales para el manejo de la esquizofrenia en casa. También suele recomendarse que ante episodios agudos la única alternativa es la hospitalización. Esa falta de orientación puede hacer mucho más difícil el manejo de esta situación. Hablaremos sobre ello.

Nuestra sociedad produce esquizos como produce champú Dove o coches Renault, con la única diferencia de que no pueden venderse”.

-Félix Guattari-

Hombre con esquizofrenia
La familia es el principal pilar sobre el que se apoya la persona con esquizofrenia.

La esquizofrenia en casa

Ninguna familia está preparada para la llegada de la esquizofrenia. Lo usual es que se perciba como algo que irrumpió de forma intempestiva, aunque no sea así. Total, los familiares de una persona con este trastorno no están habilitadas para reconocer los primeros síntomas y no es raro que los pasen por alto, hasta que se presente una manifestación aguda de la enfermedad.

Tras el diagnóstico vienen sentimientos similares a los de un duelo. Hay negación, dolor, culpabilización y desconcierto. Al mismo tiempo, hay que atender a la persona que ha enfermado. Ambos procesos son muy exigentes. Por lo general, el manejo obedece a las instrucciones que ofrezca el psiquiatra encargado del caso. Esto suele enfocarse en la administración de medicamentos y en la recomendación de no estresar al familiar enfermo.

Muchas veces los medicamentos no ofrecen una mejoría contundente y es necesario hacer cambios, quizás en varias ocasiones, hasta que se encuentre un fármaco y una dosis que aporten cierta estabilidad. Tal estabilidad  suele ser frágil y cambiante. Todo en conjunto puede llevar a la desesperanza o al rechazo de la situación. ¿Qué hacer?

Estrategias de afrontamiento

La esquizofrenia es una alteración que produce vivencias muy particulares, tanto en la persona que la experimenta como en las personas que la rodean. La actitud inicial del entono puede ser la de disponibilidad y ayuda, pero también la de evitación e incluso crítica.

El punto es que el entorno familiar  es decisivo en el curso de la esquizofrenia. Junto a los fármacos y la atención psicológica, su rol es especialmente importante en la intervención. Lo indicado es observar los siguientes consejos.

Informarse bien

Como lo indicamos al comienzo, la información sobre la esquizofrenia muchas veces es contradictoria. Pese a esto, resulta conveniente buscar fuentes serias y acopiar datos relevantes al respecto. No es bueno tratar de sacar conclusiones definitivas, pero sí conocer de qué se trata esta enfermedad y como se aborda médicamente.

Elaborar un plan conjunto

Es más fácil cuando la familia logra ponerse de acuerdo en la forma como debe abordarse la situación. Lo ideal es que el trabajo de cuidado se distribuya de la forma más equitativa posible, para que nadie sienta una sobrecarga. Así mismo, que todos estén de acuerdo en aspectos básicos, como la actitud hacia la persona afectada.

Hacer del hogar un espacio seguro

La persona afectada necesita un entorno estable y tranquilo. Los demás miembros de la familia también lo requieren. Por eso, lo adecuado es incrementar la habilidad para resolver conflictos de una forma serena y trabajar en estrategias para sortear la ansiedad. Todos saldrán beneficiados.

Fomentar la socialización

Es muy habitual que la esquizofrenia conduzca al aislamiento de la persona afectada. A veces la familia también cae en esta situación y no es conveniente. Lo mejor es mantener una vida social activa, aunque sin llegar a extremos. Así mismo, motivar al pariente para que comparta su tiempo con otros.

Cuidar de uno mismo

Cada persona de la familia tiene la responsabilidad de velar por sí mismo y por su propio bienestar. Cuanto mejor se encuentre, mayor será el aporte que le haga a la persona afectada. Es muy importante aprender a atender a las propias necesidades y deseos, al tiempo que se atiende a los compromisos familiares.

Mujer mirándose al espejo
El autocuidado es fundamental para poder ayudar a la persona con esquizofrenia.

La psicoterapia es una buena opción

Lo usual es que la parte más difícil de todo el proceso se dé al comienzo. Hay muchas dudas, sentimientos encontrados y dolor. Serenarse es lo mejor. También prepararse para un proceso que suele ser largo, aunque no siempre eterno.

La psicoterapia individual o familiar son una buena opción cuando la familia siente que la situación está saliéndose de las manos. Se trata de un espacio en el que se pueden tramitar las inquietudes y dificultades implicadas en la situación. También es un espacio de crecimiento y una oportunidad para ser mejores.


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