Estrés laboral y trastornos musculoesqueléticos: ¿cómo se relacionan?
La planificación y la ejecución de tareas suele tener un coste para la persona, una carga de trabajo. A este respecto cabe preguntarse, ¿qué precio tiene la actividad para la persona que la realiza? En este sentido, el volumen de investigación que relaciona el estrés laboral y los trastornos musculoesqueléticos es significativo.
Según las exigencias de la asignación, se puede clasificar la carga de diversas formas: física, mental, auditiva y visual. Si la carga derivada del trabajo es pequeña, se habla de ‘subcarga de trabajo’, pero si es muy elevada, adopta el nombre de ‘sobrecarga de trabajo’.
Es tal la preocupación que la propia Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo ha dedicado dos campañas al respecto, en concreto ‘Da la espalda a los TME’ en el año 2000 y ‘Aligera la carga’ en el 2007.
– Moriano –
Trastornos musculoesqueléticos
Los trastornos musculoesqueléticos (en adelante TME) asociados con el trabajo son un foco de preocupación en multitud de países, al afectar de manera intensa a empleados con los costes que implica tanto para ellos como para la empresa. Además, los TME se encuentran en todos los sectores y actividades profesionales y se vinculan a aspectos como los siguientes:
- Factores psicosociales.
- Ejecución de fuerzas intensas.
- Adopción de posturas forzadas.
- Realización de gestos repetidos.
- Aplicación repetida de fuerzas moderadas, pero que implican poca masa muscular.
- Estatismo postural, es decir, el hecho de permanecer durante tiempos prolongados en la misma postura.
En el primer punto se encuadra nuestro artículo, puesto que los factores de índole psicosocial, como el contenido del trabajo, el entorno social y relacional, el estilo de mando o la escasa participación, resultan ligados a los TME de manera habitual.
¿Qué es el estrés laboral?
El estrés laboral es el resultado de las respuestas que implican sobreesfuerzo frente a las elevadas exigencias del trabajo. Para autores como McGrath o Altman, el estrés laboral implica un desequilibrio potencial entre las demandas de la tarea y nuestra capacidad de respuesta, lo cual desemboca en síntomas psicológicos, físicos y sociales que nos impiden establecer un nexo entre nuestras habilidades y expectativas relativas al trabajo.
Aspectos relacionados con el estrés laboral
De acuerdo con la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, los aspectos que más se relacionan con el estrés laboral son:
- El horario mal distribuido, con tiempos largos y descansos limitados.
- Los conflictos, la falta de apoyo, el acoso o las dificultades de conciliación.
- La cantidad de trabajo y el ritmo de ejecución, es decir, su intensidad.
- Los contenidos del trabajo o tareas aburridas y que distan de ser estimulantes.
- La ausencia de participación en la toma de decisiones y de control sobre el modo de ejecución de estas.
Por otra parte, a la hora de intervenir en la gestión del estrés en las empresas es habitual encontrarse con los programas de entrenamiento para manejarlo. Este hecho, para diversos autores, implica aceptar el estrés y naturalizarlo, lo que distancia del objetivo: minimizarlo.
Hay que ser cuidadosos pues, de manera implícita, se naturaliza el estrés laboral.
Estrés laboral y trastornos musculoesqueléticos: ¿cómo se relacionan?
Los conflictos laborales surgen con frecuencia de las exigencias elevadas de trabajo y del rol ambiguo que se nos da. Por rol ambigüo nos referimos a las tareas que distan de ser específicas o acotadas y que, por tanto, generan incertidumbre y se traducen en preguntas como: «¿qué es lo que tengo que hacer?», «¿Cuál es realmente mi labor?».
Estos factores pueden sobrecargar los tejidos blandos de nuestros músculos y provocar los TME. La explicación que se considera más plausible, es que el estrés aumenta la tensión de nuestros músculos por encima de la necesaria para realizar la actividad. Y cuando sobrepasa un determinado límite aparece la patología muscular.
Según ciertos autores, los trastornos cervico-braquiales (en cuello y hombros) parecen estar provocados por la combinación de la fatiga muscular y mental derivadas del trabajo.
– Moriano –
¿Causa o efecto?
Existen pruebas que apoyan la relación entre el estrés y los TME. Sin embargo, es difícil llegar a la conclusión de que sean la causa o el efecto de los TME. Las reacciones que se producen a nivel emocional y comportamental pueden exacerbar la exposición a factores de riesgo, es decir, factores que aumentan la posibilidad de desarrollar TME.
Por ejemplo, un repartidor de pan puede reaccionar a la presión de tiempo a la que está sometido a través de la manipulación rápida e incorrecta de las cajas. Esto produce un sobreesfuerzo físico en el organismo, debido a la gran velocidad de movimientos, así como tensión muscular.
Además, las reacciones de estrés tienden a incrementar la sensibilidad psicológica y física al dolor.
– Devereux –
La prevención del estrés laboral se convierte de forma progresiva en un interés colectivo de las empresas y sus trabajadores. La salud laboral en general y la salud mental laboral en particular son focos que atraen de manera intensa la atención, puesto que impactan de forma directa en la producción y en la calidad de vida de los trabajadores.
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