Las causas del estrés laboral

El estrés laboral es una de las principales causas de malestar en el trabajo, baja productividad, absentismo e inestabilidad. Hoy queremos hablar de los factores que lo generan y de qué podemos hacer para que no tengan este efecto.
Las causas del estrés laboral
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 01 agosto, 2022

El estrés laboral es un problema frecuente e importante, en la medida en que en el trabajo ocupa gran parte de nuestro tiempo. Es por ello que este termina impactando en otras dimensiones vitales, con todas las consecuencias que esto conlleva.

Es obvio que en el marco del trabajo se deben asumir y gestionar una serie de presiones. Sin embargo, cuando las exigencias del entorno superan o comprometen los recursos de afrontamiento de una persona, aumenta el estrés laboral. Este afecta a la salud física y mental y también a las relaciones de trabajo, además del desempeño. Por eso es tan relevante prevenirlo, identificarlo y evitarlo.

El estrés laboral genera en la persona que lo sufre un estado de impotencia, frustración y tensión en el área laboral. Tiene repercusiones muy nocivas sobre el individuo, pero también sobre la organización. Los factores que lo desencadenan se conocen como “estresores” y de ellos hablaremos en este artículo.

La voz del ego altera constantemente el estado natural de bienestar del cuerpo. Casi todo cuerpo humano está sometido a una gran cantidad de presión y estrés, no porque esté amenazado por algún factor externo, sino por la acción interior de la mente”.

-Eckhart Tolle-

Hombre con estrés laboral

El estrés laboral

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés laboral como un conjunto de respuestas emocionales, psicológicas, cognitivas y conductuales que se presentan cuando las exigencias del trabajo sobrepasan las habilidades  y conocimientos del trabajador para desempeñarse de una manera óptima.

Dentro de las señales características de esas respuestas se encuentran algunos indicadores como: mayor tensión muscular; aumento de la presión sanguínea y del ritmo cardiaco; disminución de la atención; dificultad para solucionar problemas; sentimientos de miedo, enojo, tristeza e irritabilidad, etc.

La misma OMS indica que quienes padecen de estrés laboral tienen un riesgo siete veces mayor de desarrollar agotamiento emocional. También el doble de riesgo de presentar dolor en la espalda, el cuello y los hombros. Así mismo, es más elevada la posibilidad de presentar enfermedades como hipertensión y otros problemas cardiovasculares.

Las fases del estrés laboral

No todo episodio de estrés en el trabajo puede considerarse como estrés laboral, en estricto sentido. Este es una condición muy específica y de carácter médico. Se distinguen tres fases en su evolución:

  • Alarma. El organismo reacciona poniéndose alerta ante una exigencia que se considera desmedida u hostil. El cuerpo libera más cortisol y adrenalina, lo cual incrementa el ritmo cardiaco y agita la respiración. Es pasajero.
  • Resistencia. Si la situación amenazante se prolonga, el organismo y la mente emplean todos sus recursos para no caer en el agotamiento. Hay tensión, pero la persona desarrolla estrategias, efectivas o no, para afrontar la situación.
  • Agotamiento. Ocurre cuando la situación de amenaza se prolonga más allá de lo que una persona puede resistir. El efecto de esto es una fatiga extrema, que a veces resulta irreversible.
Mujer desbordada por estrés

Los desencadenantes del estrés laboral

Son muchos los factores que pueden desencadenar el estrés laboral. Cuando varios de ellos están presentes de forma simultánea, el peligro de desarrollar un cuadro clínico aumenta. Así, los estresores en el trabajo se han catalogado de la siguiente manera:

  • Ambiente físico. Tiene que ver con factores como ruido, mala iluminación, baja ventilación, vibración y todo aquello que provoque rechazo en términos del escenario físico del trabajo.
  • Demandas. Hace referencia a factores como los turnos, sobrecarga de tareas, exposición a situaciones de riesgo y elementos por el estilo. La persona siente que le piden más de lo que puede dar, pero también se siente obligada a cumplir.
  • Contenido del trabajo. Las labores que ofrecen la oportunidad de usar las habilidades individuales, controlar las tareas e identificarse con ellas, variar y obtener retroalimentación son menos estresantes.
  • Desempeño de roles. Cuando el entorno laboral genera conflicto, confusión, ambigüedad o inequidad, se crean las condiciones para generar estrés laboral.
  • Relaciones interpersonales. Provoca estrés que las relaciones interpersonales no fluyan como es debido. Esto incluye a superiores, subordinados, clientes, proveedores, compañeros, etc.
  • Desarrollo personal. Si una persona siente que su trabajo no es estable o que este no le permite avanzar, es más probable que desarrolle estrés.
  • Nuevas tecnologías. El tránsito hacia nuevas tecnologías provoca cierta inestabilidad. Si no se aborda de forma adecuada y se realiza de manera súbita, podría generar estrés laboral.
  • Compatibilidad con la vida privada. Cuando el trabajo compite con el tiempo en familia, o cuando este involucra parientes o amigos cercanos, puede aumentar el estrés.

Lo ideal es que una organización prevenga el estrés laboral y no que lo aborde cuando ya está presente. En realidad, no es tan complicado. Basta con aplicar un poco de sentido común y con tener muy presente el respeto por los colaboradores en cada aspecto de la organización.


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  • Osorio, J. E., & Niño, L. C. (2017). Estrés laboral: estudio de revisión. Diversitas, 13(1), 81-90.

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