El miedo a decir lo que piensas: la trampa de negarse a uno mismo

¿Tienes miedo a decir lo que piensas? ¿Quieres saber por qué te ocurre, e incluso cómo superarlo? ¡Aquí te lo contamos!
El miedo a decir lo que piensas: la trampa de negarse a uno mismo
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 06 octubre, 2022

¿Tienes miedo a decir lo que piensas?, ¿prefieres guardar silencio antes que pronunciarte?, ¿sientes que no sabes cómo superarlo? Aunque no lo creas, este temor es bastante común, tiene mucho que ver con la baja autoestima, las inseguridades y la falta de asertividad.

Ahora bien, ¿de qué manera combatirlo? A continuación trataremos de dar respuesta a estas preguntas y te propondremos algunas claves para que este temor deje de ser el gran protagonista en tus relaciones con los demás.

El miedo a decir lo que piensas

El miedo a decir lo que piensas se explica por diversas causas, como por ejemplo: falta de autoestima, poca asertividad, ausencia de seguridad en uno mismo, etc. No obstante, a continuación, haremos especial énfasis en la asertividad, pues es uno de los conceptos clave para comprender el temor a expresarnos.

Hombre con gafas dudando

¿Falta de asertividad?

La asertividad fue definida por primera vez en la década de los 40. El psicólogo Andrew Salter definió a la asertividad como una habilidad para expresar las opiniones y los deseos personales. De hecho, Salter encontró en sus investigaciones que prácticamente todos podíamos ser asertivos, lo que pasa es que no lo somos en las mismas situaciones.

Como vemos, la asertividad tiene mucho que ver con el miedo a decir lo que piensas. Cuanto más asertivos somos, menos miedo tenemos a expresarnos libremente. Además, con el tiempo, Salter agregó que la asertividad también implicaba defender nuestros derechos de forma respetuosa, honesta y sincera.

Lo mejor de todo es que esta habilidad la podemos desarrollar. Por lo tanto, si trabajamos en ella, el miedo a decir lo que pensamos se reducirá.

Además, existe una pequeña técnica del profesor Craig Malkin de la Universidad de Harvard que permite ser más asertivo. Se trata de utilizar la siguiente estructura de comunicación:

“Me siento A (sentimiento), cuando hago B (acción). Me sentiría mejor si C (petición)”.

¿Por qué ocurre?

En la actualidad, hay diferentes explicaciones sobre las causas del miedo a decir lo que pensamos. Te dejamos algunas de las más comunes:

Sentir que nos van a rechazar

Muchas veces no decimos lo que pensamos por miedo al rechazo. Un estudio de la Universidad de Michigan reveló que nuestro cuerpo crea las mismas sustancias químicas cuando sufrimos un rechazo social que cuando nos dan un golpe. Es decir, el rechazo también duele.

La realidad es que si seguimos en esta línea durante mucho tiempo, acabaremos por dejar de ser nosotros mismos. No podemos depender de la opinión o aprobación de los demás para ser felices, por ello es muy importante trabajar la autoestima y la asertividad.

Creer que lo que pensamos no tiene valor

Otra posible causa detrás de este temor es la (falsa) creencia de que lo que pensamos no tiene valor, o no aporta nada útil o importante. En gran parte, esto también tiene que ver con la autoestima y la seguridad en uno mismo.

Está claro que muchas veces lo que pensemos no será nada nuevo, o incluso nada “relevante”. Sin embargo, no debemos infravalorarlo o menospreciarlo, porque lo que pensamos siempre tiene valor al ser algo único.

Pensar que haremos el ridículo

El miedo a decir lo que piensas también puede deberse al temor de hacer el ridículo, debido a la (falsa) convicción de que lo haremos.

El sentido del ridículo es un arma de doble filo. Por un lado, evita que se pueda salir perjudicado de alguna situación, pero por el otro, puede resultar paralizante, sobre todo cuando se es tímido e inseguro. Además, esto último impide afrontar nuevos retos y ser uno mismo, por lo que hay que tener cuidado con eso de “hacer el ridículo”.

Por ello, preguntarse qué significa para uno mismo hacer el ridículo, qué pasaría si lo hiciese y cuestionarse si sería tan grave es un buen ejercicio de reflexión. Se trata de un pequeño truco para relativizar, desdramatizar y, en definitiva, ver que nada es tan grave o importante (¡ni siquiera hacer el ridículo!).

“Se necesita valor para hacer el ridículo”.

-Charlie Chaplin-

¿Cómo superar el miedo a decir lo que piensas?

¿Se puede superar el miedo a decir lo que piensas? ¡Por supuesto! Aunque cada persona lo logrará a su manera, aquí dejamos algunas pautas generales para empezar a trabajar en ello:

  • Empieza por situaciones fáciles: puedes empezar por decir lo que piensas con gente con la que tengas mucha confianza, y en temas que no sean especialmente conflictivos o delicados. Poco a poco, podrás ir “asumiendo” situaciones más difíciles.
  • Confía en ti: suena fácil, ¿no? Sabemos que no lo es, por eso es algo en lo que deberás trabajar poco a poco, por ejemplo a través de la psicoterapia. La seguridad en uno mismo será clave para reducir el miedo a decir lo que piensas.
  • Analiza cómo te sientes: después de probar el decir lo que piensas en situaciones fáciles (que irán aumentando en dificultad), pregúntate cómo te has sentido y anótalo. Reflexionar sobre esas emociones te ayudará a conocerte mejor y a detectar posibles miedos a la hora de expresar lo que piensas.
Amigos hablando sobre el miedo a decir lo que piensas

El camino hacia ser uno mismo

Superar el miedo a decir lo que piensas es una puerta abierta hacia el camino de ser tú mismo.

Expresar la propia opinión es una señal de honestidad e incluso nos hace más atractivos (nos aporta veracidad). La clave está en trabajar la asertividad y en tener claro que lo que aportamos siempre es importante.

Lógicamente, si queremos aportar algo realmente valioso, no solo basta con decir todo lo que nos pase por la cabeza, sino con formarnos una opinión crítica de las cosas y hacer introspección cuando sea necesario. En este sentido, es importante cuidar nuestro lenguaje.

Tampoco se trata de ser “excesivamente sinceros” y soltar cualquier cosa y a cualquier persona. De hecho,  la asertividad consiste precisamente en la capacidad de ser sinceros de forma respetuosa. Además, podemos decir lo que pensamos de muchas formas, y la manera en la que lo digamos será importante, pues influirá en la reacción del receptor ante el mensaje.

“No le tienes que gustar a todo el mundo, no todo el mundo tiene buen gusto”.

-Anónimo-


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  • Castanyer, O. (1996). La asertividad. Expresión de una sana autoestima. Bilbao: Descleé de Brouwer, pp: 348.
  • Goleman, D. (2006). Inteligencia social, Barcelona, Kairós.
  • Naranjo Pereira, María Luisa (2008). Relaciones interpersonales adecuadas mediante una comunicación y conducta asertivas. Revista Electrónica "Actualidades Investigativas en Educación", 8 (1), 1-27. [Fecha de Consulta 25 de Julio de 2021]. ISSN:. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44780111
  • Romi Arellano, M.J. (2003). Cuando digo no, me siento culpable. Nuevas ediciones de bolsillo.

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