Personas con déficit de autocontrol ¿qué pueden hacer para mejorarlo?

La ausencia de límites durante la infancia puede ser un factor clave que explicaría, en potencia, el déficit de autocontrol en la adultez. Descubramos qué más hay detrás de este tema.
Personas con déficit de autocontrol ¿qué pueden hacer para mejorarlo?
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 20 marzo, 2023

¿Cómo está tu capacidad de autocontrol? ¿Abandonas rápidamente aquellos proyectos que emprendes? ¿Tienes dificultades a la hora de tolerar la frustración? Para Jeffrey Young, el déficit de autocontrol podría deberse a cómo nos relacionamos con los límites que nos imponemos.

Más en concreto, Young se refiere a las dificultades relacionadas con el «autorregistro», el «establecimiento de metas» y la capacidad para autorreforzarse. Estos son algunos de los aspectos que trata de promover la intervención mediante terapia de esquemas. Ahora bien, ¿qué es un esquema?

 «El objetivo de la terapia de esquemas es un proceso de autodescubrimiento y transformación en el que los pacientes aprenden a identificar y a abordar los patrones disfuncionales que están afectando a su vida».

-Jeffrey Young-

Los esquemas

Un esquema es una ‘forma aprendida de vivir’ y sería el resultado de la historia biográfica singular e idiosincrásica de las personas. En concreto, Young identifica 18 esquemas; entre ellos podemos mencionar el de autosacrificio, el de fracaso o el de subyugación.

Son paquetes de datos que indican, de manera inconsciente o automática, cómo reaccionar ante los eventos de la vida. Es decir, cómo y qué pensar, qué sentir y cómo afrontar las vicisitudes. Los esquemas son vehículos para la supervivencia; en el pasado tuvieron una función: sostener y proteger a la persona.

Por ejemplo, Luisa es una paciente que acude a consulta y, tras la evaluación mediante el Cuestionario de Esquemas de Young, obtuvo una puntuación significativa en el esquema de «insuficiente autocontrol». En la génesis de este, identificamos lo siguiente:

  • Su madre se mostraba ante ella como «indefensa» y le pedía con frecuencia que le ayudase en tareas cotidianas. Por lo tanto, quien satisfacía las necesidades emocionales de la madre era la propia Luisa. En consecuencia, las necesidades de Luisa quedaron sin satisfacer.
  • El padre de luisa se mostraba frecuentemente irascible e irritado y era común que le dijera a Luisa, con tono hostil: «No sé por qué proteges tanto a tu madre».
  • Luisa vivió una infancia con pocos límites. Como ella era la encargada de «cuidar de su madre», asumió el rol de adulta muy temprano. Podía hacer cuanto quisiera siempre y cuando cuidara de su madre.
  • Sus padres nunca pusieron en común los problemas, ni entre ellos ni con Luisa.

Luisa, para sobrevivir a lo largo de su infancia, «hizo lo que ella quiso». Le sirvió. En el presente manifiesta que «todo le parece aburrido» y que «es incapaz de centrarse en nada, porque todo lo que comienza lo abandona cuando pierde el atractivo».

El resultado es que los esquemas en un momento inicial son muy adaptativos, debido a que promueven la supervivencia. Sin embargo, con el tiempo pueden convertirse en aversivos y desadaptativos. Si los esquemas ejercen un control excesivo sobre la persona, se transforman en esquemas de autosabotaje (Young, 2015),

«Los esquemas se originan en representaciones basadas en la realidad y en su comienzo pueden generar respuestas adaptadas a estas».

-Jeffrey Young-

Mujer junto a su madre señalando una ventana
Volcar atenciones sobre los demás y descuidar las necesidades propias derivan en esquemas aversivos.

El esquema de insuficiente autocontrol

El «esquema de insuficiente autocontrol» caracteriza a las personas que distan de poder disciplinarse a sí mismas. Se traduce en que al paciente le cuesta o se niega a emplear el autocontrol. Por consiguiente, sucumbe ante la emoción de incertidumbre, ya que le cuesta o es incapaz de ponerse límites a sus impulsos.

La persona, a raíz de la frustración que experimenta, concluye que es útil restringir la influencia de su cosmos emocional. En otras palabras, se niega a expresar sus emociones y sus impulsos. Así pues, estos se intensifican y el ciclo de insuficiente autocontrol y ausencia de autodisciplina se reinicia (Young, 2015).

Este esquema se relaciona con un déficit en la autonomía. A la persona, cuando es adulta y se «separa» de su familia, le cuesta funcionar de manera independiente como lo hace el resto de la población.

Las expectativas que tienen sobre sí mismos y sobre el contexto que les rodea interfieren a la hora de diferenciarse de la relación que mantuvieron en la infancia con sus progenitores. En el caso de Luisa, ahora que «ya no tiene que cuidar de su madre» sino «de sí misma», no sabe cómo hacerlo.

«En la forma más leve de este esquema, los pacientes presentan un énfasis exagerado en la evitación de la incomodidad. Por ejemplo, evitan la mayor parte del conflicto o incomodidad».

-Jeffrey Young-

¿Qué pueden hacer las personas con déficit de autocontrol?

Considerar acudir a un psicólogo o psicóloga puede ser una alternativa útil para quienes tienen déficit de autocontrol, porque las personas con estos esquemas suelen carecer de dos habilidades concretas: el «autocontrol» o ‘la aptitud a la hora de contener las experiencias emocionales y las pulsiones’ y la «autodisciplina» o ‘capacidad para lidiar bien con lo aburrido y frustrante durante el tiempo que dure una tarea en concreto’.

El objetivo de la intervención será ayudar a reconocer el valor intrínseco de esperar, es decir, de prescindir de un refuerzo inmediato para conseguir metas más grandes a medio y largo plazo.

Para ello, es vital facilitar la expresión del universo de emociones que pueda sentir la persona, así como fomentar pensamientos y conductas opuestas a las que dicta el esquema. Algunas de las técnicas que se utilizan son las que listamos enseguida (Young, 2015):

Mujer vestida de blanco acostada en su cama abraza una almohada
Las personas con insuficiente autocontrol carecen de la capacidad para disciplinarse.
  • Realizar una reestructuración cognitiva, para que la persona aprenda las consecuencias de rendirse al impulso antes de que este la «rapte». O sea, Luisa, entre la emoción de frustración que sientes y el impulso de abandonarlo todo y hacer otra cosa (que posteriormente abandonarás), ¿qué pensamientos hay?
  • Tareas entre sesiones. Por ejemplo, organizarse y «obligarse» a cumplir una tarea, aunque sea monótona y cause aburrimiento. También el hecho de ser puntuales o de estructurarse el día a día de acuerdo con ciertas actividades. El objetivo es tolerar la frustración y, para lograrlo, hay que entrar en contacto con esa emoción.
  • Las estrategias de meditación, que permiten alcanzar estados placenteros y de relax, son útiles para distraerse y recomendables en la terapia de esquemas.
  • A veces, el terapeuta puede realizar tarjetas con pequeños recordatorios que señalan los motivos de «por qué es importante el autocontrol», así como los métodos (de reestructuración, de relajación o de tolerancia a la frustración) que se han enseñado.
  • También se instruye en la capacidad para premiarse los logros de actuación. En otros términos, cuando la persona es capaz de autocontrolarse, debe autoproporcionarse un pequeño obsequio. Puede ser una actividad, un reconocimiento verbal o algo material.

Como hemos visto, el déficit de autocontrol podría tener, potencialmente, sus orígenes en una infancia caracterizada por la ausencia de límites. En consecuencia, cuando la persona se hace adulta y se convierte en un «ser humano independiente de sus progenitores», se encuentra con que dista de saber qué hacer, cómo organizarse, cómo estructurar sus días y siente una gran frustración respecto a ello. En estos casos, la terapia basada en esquemas podría ser de gran ayuda.

«Los esquemas disfuncionales a menudo se originan en experiencias tempranas de abandono, negligencia o abuso emocional. Y pueden ser tratados a través de la terapia de esquemas».

-Jeffrey Young-


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  • Herrera Palacios, A., García Cruz, R., Higareda Sánchez, J. J., Romero Palencia, A., & Castillo Arreola, A. D. (2021). Validación del Cuestionario de Esquemas de Young (YSQ-S3) en Jóvenes Mexicanos. Acta de investigación psicológica, 11(2), 105-118. https://doi.org/10.22201/fpsi.20074719e.2021.2.386
  • López Pell, A. F., Cid Colom, J., Obst Camerini, J., Rondón, J. M., Alfano, S. M., & Cellerino, C. (2011). Guías esquematizadas de tratamiento de los trastornos de la personalidad para profesionales, desde el modelo de Young, Klosko y Wheishar (2003). Ciencias psicológicas, 5(1), 83-115. http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-42212011000100008&lng=es&tlng=es.
  • Young, J. E. (2015). Terapia de esquemas. Desclée de Brouwer.

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