¿Por qué no puedo decir lo que siento?

¿Por qué no puedo decir lo que siento? ¿Te ocurre esto y no entiendes por qué? ¡No te pierdas el siguiente artículo para averiguar sus posibles causas!
¿Por qué no puedo decir lo que siento?
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 23 julio, 2020

“¿Por qué no puedo decir lo que siento?”. ¿Alguna vez te has hecho esta pegunta? El terreno emocional no siempre es fácil de gestionar en uno mismo. Hay personas que tienen facilidad para expresar cómo se sienten y comparten sus emociones con los demás de forma espontánea, sin la práctica les suponga esfuerzo. Sin embargo, hay otras a las que les cuesta mucho más expresar sus emociones. ¿Por qué ocurre esto?

En este artículo intentaremos indagar en las posibles causas que nos dificultan la expresión de emociones, así como en las consecuencias que esto conlleva. ¡No te lo pierdas!

Mujer agarrada a un cojín

¿Por qué no puedo decir lo que siento?

¿Por qué hay personas que tienen tantas dificultades para expresar lo que sienten? Antes de responder a ello, vamos a tratar de definir el término emoción. Según Fernández, Zubieta y Páez (2001), “la emoción es un fenómeno complejo con dimensiones centrales y de vivencia subjetiva, con componentes expresivos, motores y de movilización fisiológica“.

Así, las emociones son procesos complejos que se manifiestan a través de nuestros pensamientos, deseos y actos y que no siempre resultan fáciles de gestionar o de entender. Resulta lógico pensar, pues, que no todas las personas sepan cómo verbalizar o expresar lo que sienten. La causa podría encontrarse entre las siguientes:

Represión emocional

Según Fernández, Zubieta y Páez (2001), la represión emocional implica un estilo de evitación o de no confrontación de hechos estresantes; se concibe también como una inhibición de la respuesta afectiva. De esta manera, la represión emocional respondería a ¿por qué no puedo decir lo que siento?

Cabe mencionar que, a su vez, la represión emocional puede encontrar asiento en diferentes desencadenantes; uno de ellos podría ser la incapacidad para afrontar lo que nos está ocurriendo (a nivel interno y externo).

Se trata, en cierta manera, de un estilo de afrontamiento, que puede ser temporal o permanente. Así, podríamos decir que la represión emocional sería “la gran causa” que se esconde tras la dificultad de expresar lo que sentimos. Pero, ¿qué puede haber detrás de ella? Ofrecemos algunas ideas.

Ausencia de asertividad

Otra variable que explicaría por qué nos cuesta decir lo que sentimos es la ausencia de asertividad. Pero, ¿qué es la asertividad? Según Matson y cols., 1980; Bornstein y cols., 1977 y Romano y Bellack, 1980, citados en Caballo (1983), es una habilidad social.

Otros autores, como Alberti y Emmons (1978), especifican un poco más y definen este concepto como la conducta que permite a una persona actuar en base a sus intereses más importantes, defenderse sin ansiedad inapropiada, expresar cómodamente sentimientos honestos o ejercer los derechos personales sin negar los derechos de los otros .

En este sentido, la ausencia de asertividad puede constituir un obstáculo para expresar lo que sentimos. La asertividad, como muchas otras habilidades en psicología, se puede trabajar y potenciar. Para ello, la psicoterapia es una buena opción, así como grupos terapéuticos cuyo objetivo sea potenciar las habilidades sociales.

“Cuando dices “sí” a otras personas, asegúrate de que no te estás diciendo “no” a ti mismo”.

-Paulo Coelho-

Exceso de timidez

La timidez también tiene múltiples definiciones; en el ámbito de la psicología, autores como Pilkonis (1977) la han definido como “la tendencia a evitar interacciones sociales y a fracasar a la hora de participar apropiadamente en situaciones sociales.

Sin embargo, sabemos que la timidez no solo influye a la hora de relacionarnos con los demás, sino también a la hora de expresar cómo nos sentimos.

Por lo tanto, un exceso de timidez también podría responder a la pregunta de “por qué no puedo decir lo que siento”. Igual que la asertividad, la timidez también se puede trabajar, lo que nos puede ayudar a expresar más (y mejor) lo que sentimos. Aun así, la timidez es un rasgo de la personalidad que, si aprendemos a manejar, no siempre tiene por qué ser perjudicial.

“Yo era el mayor tímido jamás inventado, pero tenía un león dentro de mí que no se callaba”.

-Ingrid Bergman-

Mujer tímida

Consecuencias de no expresar las emociones

Según la psicóloga Ángela Corona, reprimir o esconder las emociones puede hacer que nos acabemos aislando de los demás. Corona añade que no expresar lo que sentimos impedirá que nuestros sentimientos fluyan con libertad, lo que puede acabar generándonos un bloqueo interior.

Efectos negativos para la salud

Por otro lado, un estudio llevado a cabo en 2019 por The Nort American Menopause Society, en el que participaron 304 mujeres, reveló que silenciar lo que sentimos puede conllevar efectos negativos para la salud física y mental. Además, en mujeres puede incrementar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.

Lógicamente, cada caso es un mundo y no se puede generalizar; sin embargo, sí creemos importante mencionar aquí que lo más saludable para todos será encontrar la manera no solo de expresar, sino también de gestionar y canalizar nuestras emociones. Lo ideal es que cada persona pueda encontrar su forma, ya sea a través del arte, la literatura, la propia expresión verbal, el cuerpo, etc.

“Cuando expreso lo que pienso y siento, libero la mente y sano mi cuerpo”.

-Walter Riso-


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Caballo, V. (1983). Asertividad: definiciones y dimensiones. Estudios de Psicología, 13: 53-62.
  • Fernández, I., Zubieta, E. y Páez, D. (2001). Emocionarse en Latioamérica. Sociotam, XI, 1.
  • Matson, J.L., Kazdin, A.E. y Esveldt-Dawson, K. (1980). Training interpersonal skills among mentally retarded and socially dysfuncional children. Behavior Research and Therapy, 18: 419-427.
  • Pilkonis, P.A. (1977a). Shyness, public and private, and its relationship to other measures of social behaviour. Journal of Personality, 45: 585-595.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.