¿Por qué tenemos amigos que nunca escriben?

¿Tienes algún conocido que, si bien responde tus mensajes, rara vez toma la iniciativa de escribirte, aunque sea un "cómo estás, qué tal va todo"? Si es así, te explicamos a qué se debe.
¿Por qué tenemos amigos que nunca escriben?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 05 octubre, 2023

Hay personas que solo te responden los mensajes, pero que rara vez toman la iniciativa a la hora de escribirte -es decir, son reactivas, pero casi nunca proactivas-. Tu móvil jamás mostrará una notificación avisándote de un WhatsApp suyo que de alguna manera tú no hayas provocado. Olvídate de que muestren interés por ti en contentos comunicativos que no tengan otro fin, como el de compartir una información, mostrar agradecimiento o hacer una petición.

¿A qué se debe este tipo de dinámicas comunicativas? Si nos hacemos esta pregunta es porque ahora mismo buena parte de las interacciones cotidianas discurren en el universo digital. Y lo que sucede aquí nos impacta, nos preocupa y nos suscita numerosas dudas relacionales. Sobre todo, para aquellos que hacen de este canal, su principal instrumento de conexión.

Asimismo, en esas situaciones en las que estamos lejos de ese amigo, ese familiar o incluso de la pareja, nos inquieta ver como los mensajes dejan de llegar. Cuando se pierde el flujo de la espontaneidad, cuando la otra persona deja de compartir con nosotros sus pensamientos, fotos del día a día y preocupaciones, suenan las alarmas en la central nuclear de nuestra mente…

La calidad de una relación entre dos personas también se puede medir por la interacción entre sus mensajes. Cuando estos dejan de fluir tanto como antes o dejan de producirse, siempre hay una explicación detrás. 

Adolescente triste con el móvil pensando en las personas que solo te responden los mensajes
Nos hemos habituado a las conversaciones por mensajería y cuando estas no son tan fluidas, pensamos que algo malo sucede en ese vínculo.

Personas que solo te responden los mensajes, ¿a qué se debe?

Los mensajes de texto son rápidos. No solo nos permiten comunicarnos los unos con los otros. También son un canal para expresar ideas, sentimientos, miedos, alegrías… Nos enviamos mensajes para compartir momentos vitales concretos, fragmentos de tiempo fugaces con personas especiales. «Hoy he tenido un buen día en el trabajo». «Tienes que ver tal película, a mí me ha encantado»…

Es cierto que podríamos marcar el número de esa persona y hablar con ella. Sin embargo, a veces, preferimos dejar ese mensaje fugaz, ese pensamiento al vuelo, esas líneas informando de algo que no tiene excesiva relevancia. Nos hemos habituado a ese tipo de dinámica comunicativa y apenas sabemos vivir sin ellas.

Así, datos, como los aportados por el Centro de Investigaciones Pew (organización que brinda información sobre problemáticas, actitudes y tendencias sobre el mundo), señala que el mensaje de texto es la forma de comunicación más utilizada por los adultos menores de 50 años. En ocasiones, hasta nos volvemos dependientes de esta forma de comunicación.

Lo hacemos hasta el punto de necesitar respuestas inmediatas por parte de nuestros interlocutores. No toleramos las esperas y nos preocupa, sobremanera, que alguien deje de escribirnos. Ahora bien, hay un hecho menos frecuente, pero aún, así llamativo… ¿Qué pasa con las personas que te responden los mensajes, pero que no te escriben en el día a día? Lo analizamos.

Una de las razones por las que alguien no tiene iniciativa por escribirnos es por falta de interés en nosotros. Responden porque no se atreven a dejar la relación de manera inmediata, pero lo harán poco a poco.

Semi-ghosting o cuando nos van dejando poco a poco

Hay relaciones que, casi sin saber por qué, se vuelven cada vez más superficiales. Son personas que, cuando les proponemos quedar y vernos, no rehúsan. Sin embargo, ese encuentro es apresurado y forzado. Son esas mismas figuras que cuando les preguntamos qué es de sus vidas y cómo van, no dudan en respondernos. Sin embargo, lo hacen de manera escueta, sin profundizar.

Hay amistades e incluso relaciones de pareja en las que ya no existe el afecto, pero tampoco la sinceridad. La sinceridad para decir de manera asertiva que ya no desean mantener con nosotros ese vínculo.

En lugar de expresarlo, dejan pasar el tiempo recurriendo a dinámicas cada vez más frías para que seamos nosotros quienes tomemos conciencia de dicha realidad.

El narcisismo: te respondo cuando me preguntas por mi vida (la tuya no importa)

Quien más y quien menos se ha visto en esa tesitura relacional. Esa en la que está presente una figura con una personalidad claramente narcisista. Lo que sucede en estos casos es que dicha persona solo se muestra interesada en interaccionar con nosotros cuando les preguntamos por sus vidas.

Basta un mensaje como «¿qué tal vas?» para que, al instante, nos cuenten con todo detalle cómo va su vida afectiva, laboral y existencial. No dudan en vanagloriarse y en darse mucho brillo. Sin embargo, rara vez tendrán la iniciativa (ni el interés) para enviarnos un mensaje y preguntarnos cómo estamos.

Adolescente con el móvil pensando en las personas que solo te responden los mensajes
Hay personas con quienes tenemos una buena relación sin necesidad de enviarnos mensajes.

Personas que solo te responden los mensajes, pero que sí te llaman

No todo tiene por qué ser negativo. Porque más allá de la vida digital está el mundo real, y es ahí donde se aprecia la calidad de una relación entre dos personas. Es muy posible que tengamos un amigo al que no le agrade estar tan pendiente del móvil. Son personas que valoran más una conversación cara a cara, una cena, un café juntos, un paseo, una fiesta y un viaje de fin de semana.

Puede que nos moleste un poco el hecho de que no interaccionen con nosotros vía WhatsApp, pero no les cuesta llamar y estar hablando durante horas. Con esto queremos decir algo muy simple. Es cierto que hay personas que solo te responden los mensajes, y que no tienen iniciativa para escribirte. Pero eso no significa que no te aprecien.

Hay que analizar la relación yendo más allá del mundo digital. Debemos ver las voluntades, los gestos, el interés en compartir tiempo, la calidad de la complicidad y la confianza. Si esto no existe cara a cara, tampoco se apreciará en un mensaje de texto.


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