¿Qué es el conocimiento social?

El conocimiento social es un campo de investigación muy amplio y de gran relevancia. Por tanto, en este artículo, nos enfocaremos en dos aspectos concretos: la construcción de las representaciones de la realidad social y la naturaleza de los fenómenos sociales.
¿Qué es el conocimiento social?
Alejandro Sanfeliciano

Escrito y verificado por el psicólogo Alejandro Sanfeliciano.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Cualquiera de nosotros a través de una observación superficial, puede ver que los fenómenos sociales tienen una naturaleza muy distinta a los físicos. Además, no solo los vemos distintos, también actuamos de manera distinta frente a ellos. Pero, ¿qué es realmente el conocimiento social? ¿Y cómo construimos ese conocimiento en nuestras mentes? Muchos psicólogos a lo largo de la historia han buscado dar respuesta a estas preguntas.

El estudio sobre el conocimiento social es un campo de investigación muy amplio y de gran relevancia. Esto es debido a que el interés de este campo de estudio es múltiple y se puede considerar desde muchos puntos de vista (psicológico, educativo, epistemológico…). En este artículo vamos a hablar de dos aspectos concretos: la construcción de las representaciones de la realidad social y la naturaleza de los fenómenos sociales.

Construcción del conocimiento social

Un aspecto clave del conocimiento social es entender cómo se construye. Las personas, al observar el funcionamiento del mundo que nos rodea, construimos representaciones o modelos que explican lo que percibimos. Esto nos sirve para dar un sentido a lo que sucede fuera de nosotros y para generar modelos propios, muy útiles como marcos para la acción.

Esta teoría de las representaciones fue creada por el psicólogo social Serge Moscovici. Con ellas, pretendía explicar que nuestro comportamiento se rige por un código común con el que nombramos y clasificamos todo lo que nos sucede. Por eso estas representaciones sociales nos permiten actuar de manera “socialmente aceptable” en la mayor parte de las situaciones.

En efecto, las representaciones hacen posible anticipar lo que va a suceder, y actuar en consecuencia. Es sencillo deducir el gran valor adaptativo que tiene nuestra capacidad para generar y ajustar modelos válidos y fiables. Por ejemplo, cuando alcanzamos una representación del funcionamiento de la electricidad y el daño que puede hacer, descartamos la idea de meter los dedos en un enchufe.

Bailarina observando libélula en una flor con sus detalles

Un aspecto clave de la especie humana, es su ambiente social. Gracias a la vida en sociedad hemos podido adaptarnos a un ambiente hostil, a pesar de la deficiencias naturales del ser humano. Por ello, es lógico pensar que debemos tener un gran repertorio de modelos sociales que nos permitan saber cómo actuar en nuestro día a día en el marco social.

Dentro de estas representaciones o modelos de la sociedad, que es lo que se denomina en psicología como conocimiento social, podemos encontrar tres grandes categorías:

  • El conocimiento de los otros y uno mismo: a través de la experiencia con los demás vamos creando modelos que nos permiten conocer a los demás y a nosotros. Conocer las mentes de los demás, es decir, saber cómo piensan los otros nos ayuda a prever sus acciones. Los estudios sobre la llamada “teoría de la mente” se pueden encuadrar dentro de este apartado.
  • El conocimiento moral y convencional: el sujeto va adquiriendo las reglas o normas que regulan las relaciones que tiene en relación con los demás. Conocer esto nos permite adaptarnos a nuestra comunidad y convivir con los demás. En este sentido, el psicólogo Lawrence Kohlberg estudió el desarrollo de la moral en el ser humano.
  • El conocimiento de las instituciones: un aspecto clave del conocimiento social es entender los roles que ocupan las personas dentro de una sociedad. Aquí hablamos de las representaciones que tenemos sobre cómo se comporta un tendero, un jefe, un representante político, etc. Esto nos ayuda a realizar cualquier acto social sin necesidad de saber cómo es la persona que tenemos enfrente, debido a que conocemos el papel que debe desempeñar.

Naturaleza de los fenómenos sociales

Aunque parece obvio que existen diferencias entre un fenómeno físico y uno social, hacer explícitas dichas diferencias se vuelve complicado. Puedes definir los hechos físicos como objetivos e independientes del sujeto y a los sociales como subjetivos y dependientes, pero desde una perspectiva socioconstructivista esta distinción carece de sentido.

Un intento por entender de que están compuestos los fenómenos sociales es el que nos propone el filósofo John Searle. Para explicar las representaciones acerca del mundo social nos introduce tres elementos: (a) las reglas constitutivas, (b) la asignación de funciones y (c) la intencionalidad colectiva.

Al igual que un juego esta compuesto por unas reglas, Searle afirma que las instituciones también lo están. Y la importancia de estas normas es que sin ellas no podría existir ni el juego ni las instituciones.

Por ejemplo, a la hora de jugar al ajedrez hay un reglamento que nos dice qué podemos hacer y qué no; si estás normas no existieran el juego carecería de sentido. Pues lo mismo sucede con nuestras instituciones, existen en medida en que decimos que existen. Un ejemplo claro es la moneda, hay una reglas que dicen cuánto vale cada billete y en que condiciones se intercambian, si estas no existieran el dinero solo sería metal o papel.

Hombre pensando en dinero

Al hablar de asignación de funciones, nos referimos a la intención de atribuir funciones a los objetos o personas. Decimos que las sillas son para sentarse y los tenedores para comer, pero estas no son propiedades intrínsecas de los objetos: la función es impuesta por el ser humano. Esta atribución es en gran medida colectiva, lo que genera un conocimiento compartido socialmente sobre la función de personas y objetos en la sociedad.

Y por último, es importante entender el papel que juega la intencionalidad colectiva. Esta supone la tentativa del ser humano por compartir creencias, deseos e intenciones. Lo cual nos permite actuar dentro de un marco donde la cooperación es posible, logrando así convivir en una sociedad adaptativa y segura para todos sus individuos.

El conocimiento social nos ayuda a entender y saber actuar dentro de la sociedad. Su estudio tiene un gran valor añadido y nos permite actuar a muchos niveles. Por ejemplo, en lo referente a la educación, entender esto nos sirve para saber qué modelos o medidas pedagógicas debemos tomar a la hora de crear una sociedad más justa y cooperativa.


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