Quiéreme como soy, no como quieres que sea

Quiéreme como soy, no como quieres que sea
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Raquel Aldana

Última actualización: 07 julio, 2019

Quiéreme como soy, no como quieres que sea. Porque algo se rompe en mi interior cada vez que me exiges que sea de una manera determinada y cada vez que piensas que debo hacer las cosas como tú las harías.

Algo no funciona cuando no nos aceptamos como diversos y cambiantes. Algo no funciona cuando nos sumergimos en nuestro discurso y dejamos de atender a lo que los demás sienten, piensan y vivencias.

O sea que en el momento que descuidamos nuestra capacidad empática, nuestras relaciones se reestructuran y desintegran la simetría, creando así juegos de poder a través de los que lejos de colaborar para el bienestar, pugnamos para alcanzar nuestros intereses.

gif mujer bailando

Alas o límites: los juegos de poder

Habitualmente exteriorizamos una serie de creencias y patrones de relación sobre cómo deben ser las parejas. Suponemos e intentamos mostrar que colaboramos con la persona a que amamos, que cuidamos de la estabilidad y de la convivencia en pareja.

Habitualmente esta capacidad individual de cooperar por el bien de la pareja es defendida ardientemente por los miembros. Sin embargo, lo cierto es que muchas veces esto es irreal y se pueden intuir ciertos juegos de poder.

Los juegos de poder no son más que la serie de estratagemas que usamos para lograr algo en nuestra relación (bien sea un cambio de la pareja, bien sea un tipo de deseo específico, bien sea la consecución de algún mérito, etc.).

Mujer cubriéndose de las hojas

En las relaciones muchas veces empleamos energía, tiempo y dinero para lograr algo que, en realidad, excluye a la otra persona y genera una relación asimétrica. O sea pretendemos alzarnos con el poder que nos otorga lograr que el otro haga lo que queremos. Esta desigualdad en la posesión de poder determina que la esencia de sus demandas reales sean distintas. Esto es:

  • Rosa quiere que Carlos se acople a lo que ella desea de una manera no conflictiva.
  • Carlos quiere otra cosa pero no tiene poder para cambiar lo actual.

Entonces ocurren dos cosas:

  • Rosa, en la crisis, ve amenazada su posición de poder, lo cual genera verbalizaciones del tipo “Carlos está de los nervios, saca las cosas de quicio, es un neurótico, etc”.
  • Carlos, por parte, no sale de su negativa y busca, como Rosa, salirse con la suya y tener la razón.
pareja tijeras

La importancia de querer a los demás tal cual son

Somos personas y, como tal, tenemos luces y tenemos sombras. En realidad esto se reduce a una adecuación de nuestras expectativas. No podemos esperar que los demás cumplan siempre con nuestro parecer ni que beban los vientos por nosotros cuando nos conviene. Por eso es importante esperar todo de nosotros y dejar a un lado concepciones idealistas sobre nuestras relaciones.

¡¡Qué sería de nosotros sin la pluralidad!! Si no fuésemos universalmente únicos, el mundo y, por ende, nuestros intercambios personales serían muy aburridos. Por eso, partiendo de esa base, es imprescindible que manejemos nuestras expectativas (esto es importante, pues no podemos hacerlas desaparecer de manera radical) y respetemos a las personas que nos rodean y que queremos.

El arcoiris de emociones, pensamientos y comportamientos que manifestamos ante los demás es lo que nos define. Por eso cuando intentan cambiarnos, manejarnos o adecuar parte de nosotros en base a esos intereses, nos enfadamos y nos asustamos. Si hacemos caso a ese malestar es más difícil que se cometa una injusticia con nosotros.

Si por el contrario dejamos que nos gobiernen, perderemos nuestra esencia y aquello que nos hace sentirnos bien. Nos haremos “un copia y pega”, personas sin individualidad ni criterio que se quedan vacías por cubrir lo que los demás necesitan y olvidarse de lo que ellos desean, anhelan y demandan.

Ilustración principal de Benjamin Lacombe


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