El síndrome de resignación en niños
Daria tiene siete años, es ucraniana y reside en Suecia. No reacciona cuando le hablan o le tocan. La alimentan a través de una sonda nasogástrica. Su historia y la de otros menores protagonizan La vida me supera, documental producido por Netflix.
Daria presenta un extraño cuadro neuropsiquiátrico conocido como «síndrome de resignación». Desde los años 90, en Suecia, se registran casos de niños con este síndrome, hijos de refugiados procedentes de las antiguas repúblicas yugoslavas y soviéticas.
Este síndrome tiene un comienzo progresivo, los niños comienzan a retraerse, a perder el apetito y a no ir a la escuela, entrando en un estado de estupor –estado de inconsciencia parcial, cercano a la apariencia del coma-, que deriva en un estado catatónico e inconsciente, el cual puede durar meses o, incluso años.
¿Qué es el síndrome de resignación?
Se denomina síndrome de resignación a una extraña alteración que lleva produciéndose en Suecia durante décadas en la población infantil y adolescente refugiada. En 1958, la psiquiatra sueca Anna-Lisa Annell describió este síndrome como un trastorno muy raro que ocurría principalmente después de un trauma psicológico severo.
No fue hasta 1998 cuando Suecia registró el primer caso de este síndrome, describiéndolo como un trastorno de larga evolución que afecta a niños y adolescentes psicológicamente traumatizados y que se encuentran inmersos en un proceso migratorio.
En 2014, la Junta Nacional de Salud y Bienestar Sueca incluyó el diagnóstico de síndrome de resignación como una entidad de diagnóstico separada. A los niños y adolescentes víctimas de este síndrome se les conoce popularmente en Suecia como niños apáticos (apatiska barn).
¿Cómo se manifiesta y por qué?
Este se caracteriza por un inicio depresivo que progresa con la aparición de un nivel extremo de apatía, inmovilidad y mutismo sin una razón biológica aparente. Observándose, en primer lugar, una disminución de las pautas comportamentales habituales, las actividades diarias y la motivación. Posteriormente, estos niños entran en un estado catatónico, semejante al coma, durante meses o años, permaneciendo inmóviles e inertes.
Según Elisabeth Hultcrantz, médica voluntaria, el desencadenante de los casos descritos surge cuando se comunica a las personas inmigrantes que se les deniega el asilo y se encuentran con que deben volver al país de origen, pudiendo ser el principal causante de este síndrome el trauma en el cerebro.
Otros expertos también coinciden en señalar las experiencias traumáticas como condición previa para desarrollar este síndrome, soliendo ser la amenaza de deportación al país de origen.
Una investigación reciente sobre el síndrome de resignación:
Hultcrantz y Knorring realizaron una investigación en 2019 con 46 niños con síndrome de resignación, y destacaron que todos los niños solicitantes de asilo, que desarrollaron el síndrome de resignación en Suecia, estuvieron expuestos a traumas, persecuciones y violencia.
Aparte de influir una condición de vida difícil y traumática en la familia, también está presente una vulnerabilidad individual, ya que en este estudio no todos los menores de una misma familia se habían visto afectados por el síndrome. Además, la mayoría de los niños tenían antecedentes de enfermedad mental, trastorno depresivo y trastorno de estrés postraumático.
Otras características comunes en los menores fue que la mayoría de los niños pertenecían a minorías étnicas reprimidas y perseguidas, como las zonas de los Balcanes, de la antigua Unión Soviética, Yugoslavia o Siria.
La edad media en la que aparecían los primeros síntomas era a los 11 años y, en la mayoría de los casos, los niños entraban en este estado tras ser sus familias informadas de una próxima deportación.
El menor que experimentaba este síndrome solía ser el que había sido el responsable de su familia, haciendo de traductor, o el que había vivido las experiencias más traumáticas en el país de origen, como violencia y asesinato de uno o varios miembros de su familia, o ellos mismos habían sido las víctimas
¿Solo se ha observado en Suecia?
Se han registrado pocos casos de niños y adolescentes con los mismos síntomas o similares en otros países. En Australia, se ha observado un síndrome muy similar en niños refugiados y solicitantes de asilo que habían estado en la isla de Nauru.
Aparte de estar relacionado con traumas previos y amenazas de deportación, no se conocen las causas exactas de este síndrome ni el motivo de reporte solo en este país, pero también se habla de la influencia de un factor social y cultural de la enfermedad (culture-bound).
Un caso conocido de menores afectadas por el síndrome de resignación en la misma familia es el de las hermanas Djeneta e Ibadeta, refugiadas provenientes de Kosovo, cuya imagen fue premiada por el concurso de fotoperiodismo World Press Photo en 2018. Djeneta llevaba 2 años y medio postrada en cama sin responder y su hermana Ibadeta más de seis meses.
Tras las grandes incógnitas que rodean al síndrome de resignación en niños, es necesaria una mayor investigación para que niños y niñas, como Daria, puedan tener un tratamiento más específico y preciso.
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- Sallin, K., Lagercrantz, H., Evers, K., Engström, I., Hjern, A. y Petrovic, P. (2016). Resignation Syndrome: Catatonia? Culture-Bound?. Frontiers in behavioral neuroscience, 10, 7.
- von Knorring, AL. y Hultcrantz, E. (2019). Asylum-seeking children with resignation syndrome: catatonia or traumatic withdrawal syndrome?. Eur Child Adolesc Psychiatry 29, 1103–1109.