Testigos de un delito: ¿qué factores influyen en la memoria?

La memoria del testigo no siempre es exacta. ¿Qué hace que las personas puedan distorsionar su testimonio cuando presencian un delito? ¿Son más fiables los hombres o las mujeres?
Testigos de un delito: ¿qué factores influyen en la memoria?
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 20 octubre, 2022

Si alguna vez has presenciado un delito o si tienes ciertas nociones de psicología forense, sabrás que el recuerdo de ese suceso puede resultar sesgado o distorsionado por diferentes variables (nuestra memoria, ni en este caso ni en otros, es una mera taquígrafa de la realidad). De este y otros temas se ha ocupado la psicología del testimonio a través de la identificación y la prevención de los factores que influyen en la memoria de los testigos.

Conoce en este artículo qué es la psicología del testimonio y qué elementos hacen que las personas que presencian un delito (ya sea un robo, un asesinato, una violación, etc.) hagan una narración de los hechos un tanto distorsionada. Ahora, ¿son más fiables los niños o los adultos? ¿Los hombres o las mujeres? Respondemos a estas y otras interesantes cuestiones sobre esta disciplina propia de la psicología forense.

Psicología del testimonio y memoria del testigo

El término “psicología del testimonio” aparece por primera vez en 1908, de la mano de Hugo Münsterberg; argumentó que “el asesoramiento por parte de psicólogos era indispensable para que los jueces, que debían desenvolverse en un campo ajeno al suyo como era el de la percepción y memoria humanas, pudieran hacerse una idea más precisa de la exactitud de los testimonios“. Actualmente, la psicología del testimonio se ocupa de las condiciones que delimitan la exactitud de las declaraciones de testigos y de los factores que afectan a la credibilidad de los testigos y sus testimonios.

Así pues, la psicología del testimonio es una rama de la psicología que se ocupa de analizar la calidad de la memoria del testigo en el ámbito forense. Nos referimos con “memoria del testigo” al conjunto de conocimientos e investigaciones que, basados en los estudios sobre la memoria humana, evalúan la calidad de los testimonios que sobre delitos y accidentes prestan los testigos esenciales.

Normalmente, cuando los testigos de un delito presencian una escena de este tipo cometen dos errores:

  • Los errores de omisión: cuando olvidan detalles de lo sucedido.
  • Los errores de comisión: cuando añaden involuntariamente nuevos datos e información no reales para rellenar los olvidos que saben que tienen.

Pero, ¿qué factores distorsionan el testimonio de una persona que ha presenciado un delito? Hablamos de los más importantes.

Hombre declarando
Los hombres reconocen mejor las voces que las mujeres.

¿Qué factores influyen en nuestra memoria cuando somos testigos de un delito?

La psicología del testimonio se ha encargado de estudiar las distorsiones en los testimonios de las personas que son testigos de un delito. Siguiendo a G. Wells (1978), podemos diferenciar algunos factores que influyen en dicho testimonio, como:

1. Circunstancias de los hechos

Hablamos de aquellas variables que sabemos o intuimos que afectan con más frecuencia a la fiabilidad de los testimonios, pero de las que únicamente podemos hipotetizar su influencia. En principio, nadie elige ni puede controlar dichas variables, ya que vienen determinadas por el azar de los sucesos. Se dividen en:

Factores de la situación

En la memoria del testigo influyen:

  • Las condiciones ambientales en las que se desarrolló el incidente (por ejemplo: distancia, oscuridad, niebla).
  • El tipo de suceso del que se trata (un accidente, una violación, un robo, etc.).
  • El tiempo del que dispone el testigo para observar el hecho.
  • La actividad a la que se hayan dedicado los testigos hasta el momento de la declaración (los comentarios entre ellos, el efecto de la conformidad a la opinión de la mayoría, etc.).

Factores de los testigos

En este caso, hablamos de las características propias de cada testigo, como la edad o el sexo, de las que cabe suponer que tienen un efecto sobre la exactitud de los testimonios.

2. Variables propias del sistema

El sistema elegido para tomar la declaración a los testigos también tiene un impacto en la memoria del testigo. Nos referimos aquí a las variables que la policía o los magistrados y abogados pueden manipular para optimizar la narración de los hechos o a la identificación de un sospechoso.

Es decir, a las instrucciones dadas a los testigos, al intervalo de tiempo entre denuncia y declaración, al orden en que se formulan las preguntas (y el tipo de preguntas), a la composición de las ruedas de identificación, etc.

Fenómenos que distorsionan la memoria del testigo

Con relación a las circunstancias del suceso, encontramos algunos fenómenos interesantes que influyen en la memoria del testigo, como:

El efecto del arousal y la violencia

La mayoría de los estudios, como el de Zanni y Oferman (1974), coinciden en señalar que niveles altos de arousal afectan negativamente a la exactitud del recuerdo de los testigos.

La violencia del incidente juega un papel clave en todo ello, ya que puede aumentar los niveles de arousal; así, según estudios como el de Clifford y Hollin (1978), la memoria del testigo es menos precisa o exacta en condiciones violentas que bajo condiciones de no violencia.

El papel del sexo en la memoria del testigo

Siguiendo a Clifford y Hollin (1978), los hombres recuerdan más detalles violentos que las mujeres, mientras que en el caso de un incidente no violento sucede lo contrario. Y cuando en vez de narrar los hechos se trata de reconocer a un sospechoso, las mujeres son más fiables que los hombres.

Investigaciones de Yarmey (1979) sugieren que las mujeres reconocen con más exactitud una cara, resultando además que son especialmente buenas cuando los rostros son de mujeres.

Además, las declaraciones sobre ropas, acciones y la apariencia física, tanto de hombres como de mujeres, son más fiables en el caso de las mujeres. Por su parte, y según Mc Gehee (1937), los hombres reconocen mejor las voces que las mujeres (un 84 % vs. un 59 %).

Mujer dando testimonio a policías
Las mujeres recuerdan menos detalles violentos, pero reconocen mejor a los sospechosos.

La edad

Si nos centramos en el recuerdo de las características faciales de los delincuentes, los niños son peores testigos que los adolescentes y que los adultos. En cambio, no hay diferencia con los adultos cuando se trata de testimoniar un suceso. Se calcula que la exactitud con la que las personas identifican a una persona se mantiene estable a partir de los 17 años, aproximadamente.

Por otro lado, es fácil que los niños se dejen influir por las personas que las interrogan, cosa que no sucede tan fácilmente con los adultos. Además, a esto se le suma que los niños encuentran el sistema de rueda de identificación mucho más estresante que la identificación por medio de fotografías, y el estrés podría empeorar la exactitud de su recuerdo, según Dent (1978).

Otros factores que influyen

Encontramos también otros factores influyentes en la memoria del testigo, como:

  • Los estereotipos.
  • Las limitaciones propias de la memoria.
  • La profesión de la persona (los policías, por ejemplo, son más exactos para recordar detalles, pero solo durante un intervalo corto de tiempo tras los hechos).

Memoria del testigo: no tan fiable como se podría pensar

Como hemos visto, la memoria del testigo no es tan fiable como parece. Y es que nuestra memoria, aunque potentísima, no es una habilidad perfecta ni una fotografía de la realidad, sino una reconstrucción de la misma. Y en situaciones de alto estrés, como lo es un suceso delictivo, esta habilidad cognitiva puede fallar.

La mayoría de estos fallos de memoria son totalmente involuntarios y, como hemos visto, dependen de factores personales del testigo, pero también de factores externos (el tipo de suceso, el tiempo de observación, las condiciones del interrogatorio, etc.).

 


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Arch, M. y Jarne, A. (2009). Introducción a la psicología forense. Departamento de psicología. Universidad de Barcelona.
  • Lemoine, E. (2014). Psicología del testimonio. Revista De Psicología4. Recuperado a partir de https://revistas.unlp.edu.ar/revpsi/article/view/1012
  • Manzanero, Antonio L. (2009). Psicología Forense: Definición y técnicas. In Teoría y práctica de la investigación criminal. IUGM, Madrid, pp. 313-339. ISBN 978‐84‐608‐0992‐0
  • Santos, J., Hernangómez, L. y Taravillo, B. (2018). Manual CeDe de Preparación PIR. Psicopatología. Madrid, España, CeDe.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.