Tiroides y embarazo ¿cuál es su relación?

A lo mejor, por la información que tenemos, no encontramos alguna relación entre el estado de embarazo y la tiroides. Sin embargo, sí tienen una unión bastante estrecha. De hecho, es muy importante porque la tiroides juega un papel fundamental en el desarrollo del feto y en la salud de la madre durante y después del embarazo. Si quieres saber más al respecto, te invitamos a seguir leyendo.
Tiroides y embarazo ¿cuál es su relación?
Mariel Mendoza

Revisado y aprobado por la médica Mariel Mendoza.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 19 abril, 2023

Tiroides y embarazo guardan una relación directa que no todo el mundo conoce. Durante la gestación, la glándula tiroides de la mamá está “obligada” a aumentar su producción de tiroxina entre un 30 y un 50%. Su equilibrio y buen funcionamiento favorecerán el correcto desarrollo cerebral del feto y de su sistema nervioso a lo largo del primer trimestre.

A veces, resulta entre fascinante y aterrador descubrir cómo nuestras glándulas y hormonas median tanto en nuestro bienestar. A menudo, basta un pequeñísimo desequilibrio entre ellas para percibir que ciertas cosas ya no van bien. Subimos o bajamos de peso, nos encontramos más cansados, o peor aún, en caso de querer concebir un bebé, podemos incluso tener ciertas dificultades.

La tiroides de un feto no se forma hasta la semana 10 o 12 de la gestación. Hasta ese momento depende en exclusiva de la de su mamá.

Las irregularidades en la menstruación, la fertilidad y hasta el correcto desarrollo de un embarazo dependen de ese pequeño órgano en forma de mariposa situado justo ahí, debajo de la nuez de Adán. Con apenas 30 gramos se alza como esa precisa fábrica de las hormonas triyodotironina (T3) y tiroxina (T4) que tienen un impacto inmenso en nuestra salud y sobre todo, en el buen desarrollo de un bebé a lo largo de esos primeros meses de gestación en el interior de su madre.

Imagen de un feto representando la relación entre la tiroides y embarazo

Tiroides y embarazo, la importancia de un intercambio clave entre la madre y el hijo

La glándula tiroides se desarrolla en el feto entre la semana 10 y la 12 de embarazo. Hasta ese momento, dependerá en exclusiva de la glándula tiroides de su madre. Algo así tiene sin duda una relevancia inmensa. Aunque, como se menciona el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, no es hasta la semana 20 que produce suficiente. Si una mujer tiene un historial clínico caracterizado por algún trastorno en la tiroides, como puede ser el hipotiroidismo, pueden suceder varias cosas.

La primera es que a pesar de que hay cierta dificultad a la hora de concebir, ello no significa que sea imposible quedar embarazada.  Ahora bien, el riesgo de un aborto está ahí, así como los nacimientos prematuros u otros problemas médicos como la preeclampsia (hipertensión gestacional). Tiroides y embarazo son dos palabras que toda mujer debe tener presente en caso de desear tener un hijo. De ahí, que se recomiende siempre realizar un perfil analítico tiroideo para diagnosticar cualquier problema, cualquier pequeña disfunción que pueda causar a corto o a largo plazo problemas mayores.

Los cambios hormonales durante el embarazo

Un embarazo normal conlleva ya de por sí una alteración directa de la función tiroidea. Esto se debe a la influencia de dos hormonas muy concretas: la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), la hormona que se mide en la prueba del embarazo, y el estrógeno, la principal hormona femenina.

La primera, la hormona gonadotropina coriónica, actúa como un estimulante para la tiroides. Ese cambio en el organismo de la mujer surge a los 2 o 3 días tras la concepción y durará alrededor de tres meses. Hay mamás que sí perciben este cambio de forma más acusada (también conocido como el falso hipertiroidismo), hasta el punto de experimentar más vómitos de lo normal, palpitaciones e incluso pérdida de peso.

mujer tocándose el cuello simbolizando la tiroides y embarazo

Por otro lado, una vez llegado el segundo trimestre, surgen otros efectos que también modifican la función de la tiroides.  En este caso, las responsables son las propias hormonas femeninas (los estrógenos). Así, entre la semana 16 y la 20, lo que sucede es que el nivel de esa proteína encargada de fijar la tiroxina en sangre se dobla (la TBG). Esa alteración se conoce como el falso hipotiroidismo, pero si los análisis clínicos indican que la T4 libre (tiroxina) no se ha modificado, no hay problema.

Síntomas del hipotiroidismo en el embarazo

Puesto que la tiroides y el embarazo presentan una relación tan evidente, es común que se controle de forma periódica el perfil tiroideo a lo largo de toda la gestación en la mamá. Así, y en caso de que se detecte una producción insuficiente de tiroxina, estaremos ante un diagnóstico de hipotiroidismo. Cabe decir, que es fácilmente tratable. Algunos de los síntomas, como afirma un estudio, serían los siguientes:

  • Uñas y cabellos débiles y quebradizos.
  • Cansancio.
  • Aumento anormal de peso.
  • Sensación de frío continua.
  • Dolor muscular y articular.
  • Piel seca.
  • Problemas digestivos

Asimismo, como hemos señalado al inicio, la aparición de un problema en la tiroides durante el embarazo aumenta el riesgo de aborto y de un nacimiento prematuro.

Síntomas del hipertiroidismo en el embarazo

La aparición de hipertiroidismo durante la gestación es un trastorno relativamente bajo. Tal y como nos revelan los estudios poblacionales, la incidencia está en 2 mujeres de cada 1000. Parte de la sintomatología, como cuentan las investigaciones, es la siguiente:

  • Pérdida de peso
  • Problemas intestinales.
  • Poca tolerancia al calor.
  • Desánimo y mal humor.
  • Temblores.
  • Insomnio
  • Aparición del bocio (cuello hinchado).
  • Preeclampsia: hipertensión y retención de líquidos.

Por su parte, si una mamá padece hipertiroidismo durante la gestación y no recibe tratamiento, también hay riesgo de muerte fetal. 

mujer embarazada representando la relación de la tiroides y embarazo

Tiroides y embarazo: la importancia de la prevención

La relación entre tiroides y embarazo no debe quitarnos el sueño siempre y cuando, contemos con un adecuado seguimiento médico. Estos trastornos en la glándula tiroides son tratables y tienen buen pronóstico tanto para la madre como para el bebé. Ahora bien, en caso de que tengamos antecedentes familiares asociados a esta enfermedad y estemos pensando en tener un bebé, es recomendable comentar este dato con los especialistas.

Una adecuada supervisión basada en controles periódicos, sumados a una dieta ajustada y a unos hábitos de vida saludables, nos permitirán sin duda vivir un embarazo más seguro.


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