Trastorno límite de la personalidad (TLP) y traumas: ¿cómo se relacionan?

Si hay una condición estigmatizada e incomprendida es el trastorno límite de la personalidad (TLP). Casi un 70 % de las personas que lo padecen fueron víctimas de maltratos o abusos en la infancia. Hoy queremos hablar de la necesidad de reformulación en estos casos.
Trastorno límite de la personalidad (TLP) y traumas: ¿cómo se relacionan?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 01 agosto, 2022

El trastorno límite de la personalidad (TLP) y los traumas guardan un vínculo significativo. Es importante destacar este detalle por un aspecto tristemente evidente. Estamos ante una condición psicológica denostada y hasta estigmatizada. Desde un punto terapéutico sabemos que son pacientes complicados. Pero desde el plano social, la visión negativa de la misma suele ser desmesurada.

Ahora bien, se nos olvida el sufrimiento con el que lidian estos hombres y, sobre todo, mujeres -puesto que la incidencia es más elevada en este sector poblacional-. Los diagnósticos tardan en llegar y la atención clínica no siempre es la más acertada. En la actualidad, se atisban cambios. Estamos asistiendo a un intento por reformular y visibilizar mucho más esta realidad clínica.

Para empezar, muchos dudan de que estemos realmente ante un trastorno de la personalidad. Es más, la propia “etiqueta” estigmatiza de forma notable a los pacientes. Lo perciben como un defecto de su personalidad y, con ello, se elevan aún más los sentimientos de autodesprecio e inutilidad. En realidad, muchos expertos opinan que deberíamos verla como una respuesta compleja al trauma. Lo analizamos.

La convivencia y el trato con los pacientes con TLP suele ser compleja. Sin embargo, con un enfoque terapéutico adecuado, podemos lograr que sus síntomas se reduzcan y tengan un mayor control sobre sus emociones e impulsos.

mujer representando el trastorno límite de la personalidad (TLP) y traumas
Ver a las personas con trastorno límite de la personalidad como pacientes con una condición del espectro del trauma mejoraría su atención.

¿Cómo son las personas con trastorno límite de la personalidad (TLP)?

Una parte amplia de los pacientes que se atienden en urgencias psiquiátricas evidencian un trastorno límite de la personalidad. Muchos llegan por intentos de suicidios o conductas autolíticas. Son personas que padecen, que sufren, que evidencian una sensibilidad emocional casi descarnada, que los conduce hacia conductas impulsivas y autodestructivas.

Tener a una hija con TLP, por ejemplo, es convivir con alguien que se detesta a sí misma, que busca nuestro afecto, pero que, a la vez, nos dice palabras cargadas de desprecio. Es más, en muchos casos, evidencian también un problema de la conducta alimentaria. Por otro lado, tener a una pareja con esta condición es amar a alguien que ha intentado quitarse la vida más de una vez.

La vida es realmente dura tanto para quien evidencia este trastorno como para el entorno. Por ello, es importante no dejarnos llevar solo por el estigma o por la idea de que son personas problemáticas. Es recomendable verlo como lo que son, pacientes con una realidad emocional muy concreta.

¿Qué características les definen?

Para detectar la presencia de un TLP (trastorno límite de la personalidad) debemos remitirnos al DSM 5 o Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Aquí se nos señala que basta con que alguien evidencie 5 de las 9 características para ser etiquetado con esta condición mental:

  • Miedo al abandono
  • Patrón de relaciones interpersonales inestables.
  • Alteración de la identidad.
  • Impulsividad en al menos dos áreas que son potencialmente dañinas para uno mismo: las relativas al sexo, el dinero, los atracones de comida, la conducción temeraria y el abuso de sustancias.
  • Intentos suicidas o conducta autolesiva.
  • Inestabilidad afectiva.
  • Problemas para controlar la ira.
  • Sentimientos crónicos de vacío.
  • Ideación paranoide transitoria asociada al estrés o síntomas disociativos.

Una investigación de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Noruega Occidental, en Noruega, señala que aunque la incidencia general está en el 1 o 2 % de la población, hay un aspecto que descuidamos. Cuando una persona recibe el diagnóstico, lo vive de manera problemática, reconoce el estigma que ello supone y elude, en muchos casos, recibir ayuda especializada.

En los últimos 20 años, hemos avanzado en el tratamiento del TLP. Los programas de tratamiento especializados, como la terapia conductual dialéctica (DBT) y el tratamiento basado en la mentalización (MBT), son muy efectivos.

La necesidad de una reformulación: trastorno límite de la personalidad (TLP) y traumas

Lo señalábamos al inicio. En los últimos años, están apareciendo muchas voces que proponen un cambio en la terminología del trastorno límite de la personalidad. En lugar de TLP, deberíamos llamarlo trastorno del espectro traumático. Se trataría de una variante del trastorno de estrés postraumático crónico o complejo. Conozcamos las razones.

Abuso sexual, un condicionante común

La doctora Mary Zanarini revisó la literatura empírica sobre esta condición. Pudo ver que el trastorno límite de personalidad (TLP) y traumas están relacionados. De hecho, en un estudio del año 2000, puntualizó que el abuso sexual está presente entre un 40 y un 70 % de los casos. En concreto, podían aparecer las siguientes circunstancias:

  • Negligencia por parte de un cuidador.
  • Abuso sexual por parte de un cuidador.
  • Ser testigo de violencia sexual en la infancia.
  • Haber sufrido alguna violación ya en la época adulta.

Etiopatogenia del trastorno límite de personalidad (TLP) y traumas

En otra investigación más reciente, se evidenció una vez más la presencia de los traumas en esta condición mental. Es más, se profundizó también en el aspecto genético y biológico. Se puso sobre la mesa el hecho de que puede existir una interacción entre genes (polimorfismos FKBP5 y variantes CRHR2) y el entorno (abusos, negligencia emocional, etc.).

Un niño que padece Trastorno límite de la personalidad (TLP) y traumas
Los efectos de una infancia de abusos, son el desencadenante de una parte de los trastornos de la personalidad.

Mayor vulnerabilidad a los efectos psicológicos del estrés

No todas las personas reaccionan de igual modo a una situación traumática. Si bien es cierto que sufrir algún tipo de abuso en la infancia puede alterar por completo el desarrollo psicosocial de la persona, hay quien evidencia secuelas mentales más severas. 

De este modo, se estipula que el trastorno límite de la personalidad (TLP) y los traumas están relacionados porque existen personas con mayor vulnerabilidad a los efectos psicológicos del estrés. Esto se traduce en un complejísimo artefacto de secuelas emocionales, como la ira, la impulsividad, los síntomas disociativos…

Esto coincide sin duda con estudios previos, como los realizados por Johnson, Cohen, Brown et al. (1999) quienes ya demostraron esto mismo hace décadas. Los pacientes que habían padecido abuso o negligencia en la infancia cuadriplicaban la incidencia en algún trastorno de la personalidad.

Según nos indican los estudios, el TLP evidencia una tasa de suicidio de 10 a 50 veces mayor que la tasa en la población general.

La necesidad de un cambio

El simple hecho de que el 75 % de las personas con TLP (trastorno límite de la personalidad) intente suicidarse ya es un problema más que evidente para tomarnos más en serio esta condición. Más allá de si son problemáticos, manipulativos y definidos por una evidente desregulación emocional, tenemos básicamente a personas que sufren lo indecible.

Detrás de la etiqueta está el ser humano que necesita un enfoque terapéutico más acertado y, sobre todo, de una sociedad más empática. Tal vez, al retirar el “trastorno de la personalidad” y sustituirlo por trastorno del espectro traumático, el paciente se sienta menos estigmatizado y más motivado para iniciar un tratamiento psicológico.

Sería un buen inicio.


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