¿A qué edad un niño tendría que decir su primera palabra, señalar, pedir...?

¿A qué edad un niño tendría que decir su primera palabra, señalar, pedir...?
Sergio De Dios González

Escrito y verificado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 23 agosto, 2023

El primer balbuceo, la primera palabra, la primera frase, el primer gateo o los primeros pasos son hitos que ningún padre se quiere perder, incluso inmortalizar. En medio de todo este desarrollo para los padres surge una preocupación importante, ¿a qué edad mi hijo tendría que ser capaz de completar cada uno de estos hitos del desarrollo?

La infancia es una etapa mágica, tanto para los padres como para los niños. Para estos últimos supone la aventura de realizar una gran cantidad de descubrimientos todos los días. Pero quizás no sean estos descubrimientos lo mejor, sino la cara de asombro de los pequeños al ser conscientes de cada vez son capaces de enfrentarse a retos más difíciles.

Para los padres el crecimiento de los más pequeños también su pone una alegría, que al mismo tiempo guarda un punto de nostalgia por lo que se fue y ya no volverá. Durante este crecimiento, especialmente durante los primeros años, muchos padres se muestran preocupados porque sus hijos puedan presentar algún trastorno en su desarrollo.

Hitos que los niños suelen alcanzar antes del año de edad

Si os parece, vamos con ellos. Al final del séptimo mes el niño tendría que estar cerca de girar la cabeza cuando le llamamos por su nombre y responder con una sonrisa a las personas que le sonríen. Además, estaría en disposición de responder emitiendo sonidos cuando le interpelamos y de disfrutar del juego en compañía de otros.

Cuando cumple el primer año tendría que poder hacer gestos sencillos, como señalar aquello que quiere o decir adiós con la mano. Emitir sílabas como “pa” o “va” y reaccionar cuando reciben una negativa. Además, a esta edad les encanta imitar gestos y si su desarrollo es normal tendrían que estar en disposición de hacerlo. Nos referimos a gestos sencillos, como el de aplaudir.

En el genial documental “María y yo“, en el que se aborda el tema del autismo a través de la historia de María. Su madre nos dice que al final del primer año de edad se dio cuenta de que algo iba mal, ella había cuidado siempre de muchos niños y con María tenía la sensación de que no la quería. Esta sensación solo era el producto de la ausencia de fascinación que sienten los niños con algún trastorno del espectro autista (TEA).

Hitos que los niños suelen alcanzar antes del segundo año de edad

Cuando cumplen el año y medio de edad (18 meses para los más despistados) deberían ser capaces de compartir reclamos de atención común y de seguir a los demás cuando prestan atención a algo en concreto. También sería capaces de imitar acciones un poco más complejas que hacemos los mayores como hablar por teléfono. También es el momento de que pronuncien sus primeras palabras y las utilicen de manera espontánea, algo que por cierto les encantará, no solo por los premios que recibe cuando lo hace sino porque para él se abre un nuevo mundo para la comunicación.

Así, al final del segundo año el niño debería ser capaz de construir oraciones cortas, de entre tres y siete palabras. Además, ya habría alcanzado el desarrollo suficiente como para seguir instrucciones sencillas (ahora no hables, ve a jugar al salón, busca la pelota, etc.) y para señalar un objeto si lo nombramos o lo nombra él mismo (es el principio de la coordinación entre acción y lenguaje). En el apartado social, es un momento en el que se incrementa de manera notable el interés por otros niños y se produce una gran mejora en el juego conjunto.

Hitos que se logran en el tercer y cuarto año de edad

Como pasa el tiempo, ¿verdad? Ya estamos en el tercer y cuarto año de nuestro pequeño y este está tan grande que probablemente ya ha alcanzado la mitad de su peso adulto. Ya es muy mayor y por lo tanto vamos a ver en él avances increíbles. Quizás no lo notes, porque el cambio es muy progresivo, pero va a pasar de utilizar cuatro o cinco palabras a construir frases completas. Ya es capaz de diferenciar plurales y singulares en el lenguaje y además empieza a ser todo un experto en el uso de pronombres.

A los tres años ya ha alcanzado la suficiente madurez como para vestirse y desnudarse solo, salvo atarse los cordones. Además va a ser capaz de almacenar órdenes en su memoria y seguirlas de manera secuencial (quítate la ropa, déjala en el cesto de la ropa sucia y recoge los juguetes). El desarrollo de su memoria y de su aparato locomotor hace que pueda empezar a ayudar en casa recogiendo los juguetes o poniendo algunos objetos en la mesa.

Como decíamos antes, al final del segundo año en el niño se produce un despertar social y a la vez un despertar simbólico. Esto significa que va a poder jugar a juegos de hacer “como si” y además probablemente vaya a empezar a disfrutar mucho en el juego colaborativo con otros niños. También es el momento en el que empiezan las rabietas y el momento en el que su carácter se va a empezar a manifestar de una manera más pronunciada.

Esto son solo algunos de los hitos del desarrollo que se producen en los primeros años de la vida del pequeño. No obstante si hay algo que te preocupa, lo mejor es que consultes directamente con el especialista ya que no todos los niños tienen el mismo ritmo de crecimiento. En este sentido, algunas de las preguntas que le puedes hacer al pediatra son:

-¿Qué puedo hacer para seguir y estimular el desarrollo de mi hijo en función de su edad?

-¿Qué debo hacer si me preocupa el progreso de mi hijo?

-¿Dónde puedo conseguir más información?

-¿Me puede remitir al especialista que pueda darme más información?

Seguro que tu pediatra estará encantado de darte toda la información que necesites para que puedas disfrutar y seguir el desarrollo de tu pequeño. En cualquier caso, no tiene sentido preocuparse antes de hablar con él, ya que hemos dicho cada niño es un mundo y las comparaciones sirven de poco.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.