Adelfopoiesis: ¿en qué consiste?

Adelfopoiesis: ¿en qué consiste?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 04 septiembre, 2020

El matrimonio homosexual como tal, en nuestra sociedad, es una posibilidad contemporánea. Sin embargo, no lo es tanto si nos atenemos a los ejemplos que nos ha dado la historia hasta hoy. Uno de estos ejemplos es la adelfopoiesis, término con el que se conocen los matrimonios legales entre personas del mismo sexo ya en la Edad Media.

Las relaciones entre personas del mismo sexo a lo largo de la historia no han sido algo extraño ni mucho menos. Si bien es cierto que la costumbre más conocida se relaciona con la pederastia en la antigua Grecia, cuando maestros y alumnos entablaban relaciones que iban más allá del aprendizaje educativo, en otras épocas de la historia sí que hubo parejas del mismo sexo entre adultos, consolidadas y aceptadas socialmente.

Decía GK Chesterton que “los arquitectos lo saben todo sobre el estilo romántico, excepto cómo construirlo”. Parece ser que, en otros tiempos, sí que hubo ‘arquitectos’ capaces de levantar relaciones íntimas entre iguales del mismo sexo y permitir que el romanticismo imperase, aunque no fuese la dinámica más común en este tipo de uniones.

¿Quiere esto decir que la homosexualidad y las relaciones entre personas del mismo sexo siempre fueron aceptadas? Obviamente no. Aunque conocemos la adelfopoiesis y otros rituales similares en la Roma antigua o el Imperio Chino, nunca ha sido la tónica habitual.

“No busco, en efecto, entender para creer, sino que creo para entender. Pues creo esto, porque si no creyere, no entendería”.

-San Anselmo de Canterbury-

Cara de dos hombres juntas

¿Qué es la adelfopoiesis?

Como podrás imaginar, el fin último de la adelfopoiesis no era unir a dos personas en un sentido romántico. Sin embargo, tanto a nivel religioso como legal, sí que reconocía la relación de dos hombres (con más frecuencia), y a veces también dos mujeres, con aceptación total por parte de la Iglesia.

Pero esta relación no se consideraba un matrimonio como tal, sino una unión que obligaba a ambas partes a cuidar uno del otro y viceversa. Así pues, compartían vida, bienes, tareas, trabajos o hasta la familia. Es más, si una de las partes moría, la otra se comprometía a seguir con los cuidados de los familiares de la persona fallecida.

Como si de una boda convencional se tratase, ambas personas del mismo sexo se prometían fidelidad hasta la muerte. Sin embargo, la práctica permitía compartir casi todo, incluso ser enterrados juntos, pero no el amor romántico de forma explícita.

No obstante, pese a no tratarse de una unión romántica, sino una especie de hermanamiento legal, parece ser que las relaciones sexuales no eran algo extraño en este tipo de unión. Aunque era algo que no se contemplaba, sí que se aceptaba implícitamente, por lo que podían tener una unión “plena” y “totalmente legalizada”.

Una práctica válida durante muchos años

Aunque la adelfopoiesis no ha sido una práctica muy habitual, estuvo aceptada social y legalmente durante casi toda la Edad Media e incluso a lo largo de la Edad Moderna. No obstante, esta unión era más común en zonas de Oriente, no tanto en Europa. Aun así, se sabe que la Iglesia Católica la ofrecía e incluso se conocen casos de santos que se ligaron a otra persona mediante esta fórmula, como sucedió con Damián y Cosme.

Por otro lado, no se sabe con exactitud por qué se abandonó este ritual. Se considera que la atracción romántica entre personas del mismo sexo pudo ser el motivo, ya que realmente nunca estuvo bien vista.

Es decir, se aceptaba legalmente que dos personas del mismo sexo se unieran para compartir vida y cargas siempre que no hubiera homosexualidad. No obstante, implícitamente parece ser que se sabía o se intuía que había algo más en muchas de estas uniones.

Dos hombres abrazados para representar la adelfopoiesis

La precursora del matrimonio homosexual

Sin duda, la adelfopoiesis se ha visto desde hace años como un antecedente del matrimonio homosexual. No obstante, el ritual, antaño, se celebraba en iglesias, donde se reunían los familiares de uno y otro contrayente frente a la cruz e implementando diversas liturgias.

Existen autores, como J. Boswell, que defienden que la homosexualidad era aceptada por la Iglesia hasta el siglo XIII. Por eso interpretan este ritual como un ejemplo de ello. No nos olvidemos que entre la alta Edad Media y la Edad Clásica no hay tanta diferencia temporal. Por lo tanto, no hablamos de una hipótesis descabellada.

“El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por olvido”.

-Ramón Llull-

Imagen cortesía de www.medievalists.net


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