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Alimentos para mejorar el estado de ánimo

Cuando nos alimentamos bien y satisfacemos los requerimientos nutricionales de nuestro cuerpo, ayudamos a que el organismo funcione correctamente. Nuestro cerebro, por su parte, también necesita nutrientes para combatir la depresión, mediante la reparación de sus neurotransmisores. Estos son fundamentales para la comunicación entre las células nerviosas.
Tanto la serotonina como la noradrenalina, dos sustancias que están en el cerebro, se relacionan con la depresión. Cuando hay bajos índices de estos componentes en nuestro organismo, sentimos un altibajo que nos conduce hacia la tristeza.
Una buena dieta alimenticia, nos ayuda no solo a tener una buena apariencia, sino que también incide en el buen funcionamiento de la capacidad cognitiva y nerviosa. Comer mal y hacer dietas o ayunos extremos, impiden el adecuado funcionamiento del cerebro.
Antidepresivos naturales
El comer adecuadamente, sube nuestras defensas y evita que nos sintamos tristes, bajos de ánimo y de autoestima. Los alimentos ricos en nutrientes y vitaminas son muy importantes para que superemos la depresión o impidamos que esta llegue a nuestra vida, bien sea por factores genéticos o situaciones coyunturales.
Para ayudar a nuestro cuerpo a fortalecer los órganos y sistemas, de forma natural, y a combatir la depresión y sus efectos, nada mejor que elegir alimentos ricos en vitaminas. Dentro de la lista están: melaza, pescado azul, remolacha, soya, avena, repollo, cacao, plátano, lentejas, pan integral, arroz, nueces, ajo, naranja, fresa, cebolla, aceite de oliva, frambuesa, cúrcuma, jengibre, limón, pimiento y Omega 3.
Vitaminas B y C para evitar la depresión
La vitamina C es una sustancia que podemos encontrar en algunas frutas y verduras. Estas nos ayudan a reducir los niveles de vanadio. Este elemento, al parecer, contribuye a incrementar los síntomas de depresión bipolar. La vitamina C ayuda a regularlos y se encuentra en los cítricos y en la mayoría de los alimentos verdes.
Con la vitamina B aumentamos la serotonina, ya que la folacina o acido fólico se encuentra contenida en esta. Los espárragos, lechugas, zanahorias y tomates, entre otros, son algunos ejemplos de alimentos con vitamina B.
Otras vitaminas del mismo grupo son la piridoxina (B6) y la cobalamina (B12), las cuales ayudan al mejoramiento del sistema nervioso. Están contenidas en alimentos de origen animal, como el hígado de res o las almejas, así como en huevos o leche. Estas vitaminas también se encuentran en los cereales fortificados, hongos y algas.
Alimentos que aumentan la depresión
Aunque los dulces son deliciosos e incitan a comer más y más, debemos tener precaución de ingerirlos en exceso. En un principio pueden contribuir a contrarrestar la depresión, pero si se consumen más de la cuenta, pueden alterar el funcionamiento normal de nuestro organismo o generarnos sobrepeso. Ambas situaciones traerían dificultades emocionales a nuestra vida.
La cafeína es otro alimento con el cual debemos tener prudencia. Su exceso altera el sistema nervioso y lleva a una degradación de la serotonina. Esta sustancia es necesaria para el bienestar, el equilibrio y la confianza que debemos mantener en nuestra vida. En caso de que el café haga parte de nuestra dieta diaria, eliminarlo súbitamente produciría ansiedad y malestar, por lo que es mejor hacerlo paulatinamente. Si no puedes dejarlo, al menos debes regularlo. Un buen café es estimulante; muchos cafés al día te dejan al borde de un ataque de nervios.
Por último, bebidas como el alcohol o compuestos fermentados, son depresores innatos. No solo generan una dependencia progresiva, sino que su abstinencia produce grandes alteraciones en nuestro organismo. Dejar de consumir estos elementos, por breves periodos incluso, puede dar origen a una fuerte depresión en algunos casos. Por eso es mejor evitar su consumo o, por lo menos, moderar su ingestión.
Graduada en periodismo de la Fundación de Educación Superior INPAHU de Bogotá. Estudios de Licenciatura en Ciencias Sociales, en la Universidad Distrital “Francisco José de Caldas” de Bogotá. Autora de los libros “Un duro – Aproximaciones a la vida” y “Un río de mil brazos”. Co-autora de los libros “Humor cautivo”, “Inventario de asombros”, “Impresos comunitarios” y “Seis historias para ser contadas”, entre otros. Ganadora de la beca en periodismo cultural, Ministerio de Cultura de Colombia (1999). Ganadora de los premios de periodismo Semana-Petrobras (2011) y Entrégate a Colombia-Servientrega (2012). Ganadora de las Pasantías Nacionales en Literatura del Ministerio de Cultura (2009 y 2018). Ganadora en el concurso de crónica “Ciudad de Bogotá” (2014). Mención de honor en el Concurso Nacional de Crónica y Testimonio, Universidad Central (2017) y en el Premio Nacional de libros de crónica (2010). Ganadora de la convocatoria “Leer es mi cuento” (2011), entre otros.