Breve historia de la psicoterapia
La psicoterapia es una rama de la psicología muy reciente. De hecho, no podemos hablar propiamente de ella hasta el último cuarto del siglo XIX, cuando al fin se desvinculó la enfermedad mental de las concepciones sobre naturales. No obstante, mientras tanto, la sociedad siempre ha tenido interés en explicar algunos fenómenos que ocurrían en las personas en los que no se podía encontrar una causa biológica clara.
Si nos remontamos a los comienzos más distales, las sociedades tribales ya hablaban de un alma que estaba presente en todos los objetos naturales. Creían en el animinismo y pensaban que la enfermedad era un fenómeno de posesión de un alma extraña. Los métodos de los que se disponía hasta entonces eran: las ceremonias para la restauración de ese alma perdida, el exorcismo, las confesiones y la incubación.
Un poco más tarde, con Grecia y el mundo antiguo, nos encontramos con el origen de la psicoterapia contemporánea y su pensamiento racional, así como la filosofía y la medicina. En este contexto, Aristóteles distingue los diferentes usos de la palabra ensalmo. Era una palabra persuasiva según la cual el ser humano cambia.
Platón señaló los efectos beneficiosos del discurso bello sobre el alma y el cuerpo. Algunas de sus observaciones sobre las pasiones, sueños y el inconsciente, parecen antecedentes del pensamiento freudiano.
No podemos dejar de nombrar a Hipócrates y a Galeno.
- El Corpus Hipocraticum es uno de los hitos de la medicina moderna. Hipócrates relacionó las enfermedades con estados del organismo y postuló la existencia de cuatro humores asociados con un temperamento, a saber: sangre-sanguíneo, flema-flemático, bilis amarilla-colérico y bilis negra-melancólico.
- Galeno, por su parte, desarrolló los postulados hipocráticos y distinguió entre las cosas preternaturales, las naturales y las no naturales.
De la Edad Media hasta la Psicoterapia
En la Edad Media la Iglesia considera la enfermedad mental como un producto de la voluntad del diablo. La confesión era el vehículo de sanación. Más tarde, en el Renacimiento, empiezan a destacar autores como Pinel, que introdujo el tratamiento moral a los enfermos mentales. Se trataba de empezar a humanizar a estos pacientes, teniendo una concepción optimista de la enfermedad.
Como hemos comentado, la psicoterapia aparece como tal en el siglo XIX. Cobbe utiliza el término “psicoterapéutico” en un artículo en el que defiende el papel de la fe en la curación. En esta etapa son elementos clave el hecho de aislar enfermedades a las que no se podía encontrar una lesión anatómica. Por otro lado, se depura el mesmerismo y la hipnosis es vista como un procedimiento aceptable. El procedimiento terapéutico por excelencia es la sugestión hipnótica.
El origen de la hipnosis podemos situarlo en el magnetismo animal de Van Helmont. Messmer sería su principal representante. Se creía que un fluido físico llena el Universo y que el desequilibrio de ese fluido genera enfermedad. La cura consiste en reequilibrar ese fluido.
De esta corriente surgieron seguidores (los “fluidistas”) y detractores (los “animistas”). El marqués de Puysegur sería uno de estos animistas, utilizó la hipnosis como un “sonambulismo artificial” con el que permitía al paciente recuperar recuerdos que fuera de ese estado era incapaz de recuperar.
Más tarde, Braid, acuña el término hipnosis y la define como un sueño nervioso. Posteriormente y en base a estos avances, surgen las escuelas de Nancy, con Liébault y Berheim como representantes, los cuales abandonan la hipnosis, creando el mismo estado, pero en vigilia. Ese estado fue llamado entonces “psicoterapia”.
En 1895 un neurólogo vienés, Sigmund Freud, publica junto a Breuer Estudios sobre la histeria . Con esta obra desarrollarían el método catártico, aplicado a la paciente Ana O. Posteriormente, desarrollaría la asociación libre, mediante la cual el paciente se tumbaba en un diván y hablaba sobre algún tema de su biografía de forma libre.
Desarrollo hasta la actualidad
Tras el psicoanálisis, surgen una variedad de enfoques alternativos, como el de Carl Rogers, más centrado en la persona. Posteriormente, el conductismo se presenta como una herramienta que entiende los trastornos como aprendizaje. Pero no es hasta los años 60 y 70 que la terapia de conducta se consolida con autores como Skinner y Wolpe.
Además, surgen modelos como la Psicología humanista liderada por Maslow y su pirámide de las necesidades y el Modelo sistémico, aplicado sobre todo a la terapia familiar. Por otro lado, los modelos cognitivos aparecen como evolución a las teorías conductistas basadas en el aprendizaje. Sus representantes son Beck, Ellis, Mahoney y Meichembaum.
Por último, desde los años 90 empiezan a despuntar las Terapias de tercera generación o Terapias contextuales. Suponen volver al conductismo radical, teniendo en cuenta la parte cognitiva, pero sin intentar como los racionalistas modificar su contenido, sino la relación del paciente con ella.
Lo que queda claro a día de hoy es que la psicoterapia es más eficaz que el no tratamiento, pero que no sería posible establecer diferencias significativas entre los distintos enfoques y que habría que considerarlos equivalentes, como ya postula la paradoja del pájaro Dodo o “todos ganan”.
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- Feixas, G. y Miró, T. (2004): Aproximaciones a la psicoterapia. Paidós. Barcelona