Capacitismo, un tipo de discriminación

El capacitismo es una forma de pensar muy extendida en el mundo occidental. Sin embargo, no solo refleja desinformación y desconocimiento, también daña el tejido social. ¿Qué es? ¿Por qué es tan nocivo? Consigue las respuestas en este artículo.
Capacitismo, un tipo de discriminación
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 27 mayo, 2023

El capacitismo es un prejuicio negativo contra las personas que presentan alguna discapacidad o tienen diversidad funcional. Quienes se adhieren a este modo de pensamiento creen que todo el mundo debe adaptarse a las normas y hábitos mayoritarios o, de lo contrario, tendrán que excluirlos.

Por desgracia, el capacitismo es una de las formas de discriminación más extendidas. Muchas personas ven el mundo desde esta perspectiva, sobre todo porque predomina la idea de una sociedad competitiva, en la que priman los más fuertes. Incluso, son muchos los que no creen que estas ideas sean una forma de exclusión, sino una suerte de «selección natural».

Las personas apegadas a este prejuicio consideran que la discapacidad es un «error». Creen que todo lo que se sale de la norma mayoritaria o de la normalidad  aceptada, es un defecto y no una manifestación de diversidad, como también lo es la etnia, el género o las preferencias sexuales. Esta ideología es un obstáculo para construir sociedades equitativas.

Como toda ideología, el capacitismo se expresa en el lenguaje. Va a ser un lenguaje que, por un lado, va a descalificar a todas aquellas personas que van a realizar actividades no estandarizadas y aquellas que presentan atributos corporales que se alejan de este ideal de cuerpo normativo.

~ Mareño Sempertegui ~

El capacitismo y la discriminación

El capacitismo no es una teoría ni una doctrina, sino una ideología. Esto es un sistema de creencias y de prácticas en el que solo hay una forma de entender el cuerpo humano y la relación que guarda con el entorno. La basa de dicha ideología es que ciertas capacidades son más valiosas que otras y, por lo tanto, quienes no las poseen son inferiores a los demás.

Las capacidades que se estiman como superiores son las mayoritarias o, más bien, las que valora el mercado en el marco de la producción. Los capacitistas piensan que esas habilidades deben ser universales y que otras capacidades no tienen valor. Como consecuencia de esto, juzgan a los demás en función de si cuentan o no con tales atributos.

En el fondo, el capacitismo separa en dos grupos a las personas: las que son productivas en términos del mercado formal y las que no. Desde ese punto de vista, quienes no se ajustan en pleno al modelo de productividad imperante se convierten en personas indeseables y, a la vez, impedidas para desear. Con ello se instaura una discriminación bárbara.



¿Cómo se expresa el capacitismo?

De acuerdo con un artículo publicado en Actas de Coordinación Sociosanitaria existe discriminación múltiple, compuesta e interseccional. La primera se produce cuando la persona suma varios episodios de discriminación, por diversos factores suscitados en cualquier momento. La segunda combina los factores discriminatorios en un caso particular, lo que genera una dificultad adicional.

La tercera discriminación es la interseccional, en la que todos los factores de discriminación actúan en simultáneo. Por ejemplo, se da en personas con discapacidad que tienen bajos niveles de estudios, porque les cuesta acceder a la formación académica y, a largo plazo, esto incide en su incorporación al mercado laboral. A su vez, se traduce en prejuicios sociales.

Por su parte, la Revista Argentina de Educación Superior puntualiza dos expresiones comunes del capacitismo a nivel educativo. Hablan de la «invención del estudiante promedio», comparándole con la noción de un «estudiante universal».

Otro modo de expresión es la invención del «problema de la discapacidad», asociándolo a la inclusión en las aulas de grupos poblacionales que antes no acudían a ellas, por ser catalogadas como personas discapacitadas.

El capacitismo internalizado es un problema de salud y bienestar que se materializa en numerosas consecuencias psicológicas, sociales y físicas complejas.

~ Jóhannsdóttir, Egilson & Haraldsdóttir ~

Capacidad y funcionalidad

Uno de los puntos más cuestionables del capacitismo es que en esta ideología se confunde el término capacidad con funcionalidad. En este orden de ideas, la revista Política y Sociedad precisa que la capacidad se refiere a la aptitud para llevar a cabo algo; mientras que la funcionalidad tiene que ver con la posibilidad de adelantar una acción, de una manera específica y útil para otros.

Una persona puede tener la capacidad de escribir bellos poemas, pero es posible que esto no se considere funcional, en tanto no rinde beneficios directos en determinada forma de producción o mercado. Así, un poema podría cuestionar tales realidades o crear nuevas sensibilidades frente a estas. La poesía revela la vida, pero no hace más rápida o eficaz la producción.

En la actualidad, se habla de personas con capacidades diversas , en lugar de referirse a ellas como «personas con discapacidad».  Un trabajo compartido en Arte y Políticas de Identidad comenta que, debido a sus limitaciones, a las personas con discapacidad les ha tocado toda su vida recuperar las oportunidades que desde el principio sí tienen otros; esto va desde la escolarización y el empleo, hasta el ocio y el disfrute.

Quizás un invidente, por ejemplo, no tenga la posibilidad de hacer algunas cosas. No obstante, y como lo evidencian miles de ejemplos, son muchas más las que sí puede hacer. Lo que tal vez no logre es ser igual al obrero de una fábrica común y corriente.



La diversidad funcional: una manera de afrontar el capacitismo

La diversidad funcional es un concepto que toma fuerza, en particular para confrontar al capacitismo. El término lo propuso el humanista Javier Romañach Cabrero, en 2005. Se define como el fenómeno por el cual las personas tienen capacidades diferentes entre sí e incluso presentan grandes diferencias en sí mismos a lo largo de la vida.

De lo anterior se desprende que las capacidades no son una realidad estática e inmutable, sino una esfera dinámica en constante transformación. Por lo tanto, así como hay diversidad cultural y sexual, también es plausible hablar de una diversidad funcional. Las sociedades no deben ser uniformes, sino aceptar la diferencia, ya que esta enriquece.

Lo anterior es más contundente considerando que las máquinas ya reemplazan al hombre en muchas tareas. No significa que nos volveremos discapacitados frente a estas, sino que necesitamos desarrollar nuevas capacidades ante aparatos que trabajan mejor que las personas múltiples oficios. Por eso, muchos creen que el capacitismo es una ideología destinada a desaparecer.


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