Cefalea depresiva, una realidad muy común

La cefalea depresiva es un tipo de dolor de cabeza que surge con más intensidad por las mañanas y nada más levantarnos. No todo el mundo sabe que tras esa molestia, puede haber un trastorno depresivo.
Cefalea depresiva, una realidad muy común
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 10 mayo, 2022

Mientras un dolor de cabeza por tensión o cansancio se alivia con un paracetamol o aspirina, para la cefalea depresiva no sirven estos fármacos. Los analgésicos más comunes no son útiles, como tampoco alivia acostarse en la cama con las persianas bajadas. Por lo general, esta molestia suele aparecer por las mañanas y persiste durante meses.

Una de las consultas más habituales en los centros de atención primaria es precisamente esta realidad clínica. Son muchas las personas que acuden quejándose de este tipo de cefaleas continuadas que merman por completo la calidad de vida. Lo más importante es que junto a esta característica, aparecen otras sintomatologías: cansancio, alteraciones del sueño y la alimentación, el desánimo, la desesperanza…

Es decir, es frecuente que quien sufre este tipo de problema aún no haya recibido el diagnóstico de depresión. Es más, en ocasiones, pueden tardar meses en recibirlo porque se focaliza antes la mirada sobre la sintomatología somática que en el origen psicológico. Por ello, como siempre sucede, es decisivo comprender el origen de todas esas molestias físicas que condicionan nuestro bienestar.

La cefalea por depresión aparece en el 60 % de las personas que lidian con este trastorno psicológico.

Hombre preocupado con cefalea depresiva
Es más común que las personas vayan al médico por molestias físicas que por problemas psicológicos.

Cefalea depresiva, algo más que un dolor de cabeza

La presencia de una depresión es a veces tan sutil y encubierta que no es fácil detectarla. Además, se da otro hecho: por término medio, se sitúa más la atención en las molestias físicas que en los dolores emocionales. Esto hace que muchas personas prioricen acudir al médico para consultarle sus problemas para conciliar el sueño o dolores de cabeza, que por la ansiedad o la desesperanza con la que lidian.

La cefalea depresiva es un trastorno primario doloroso e incapacitante que aparece en cerca del 60 % de los pacientes con una depresión. Este es, posiblemente, uno de los síntomas físicos más comunes y uno de los más limitantes. Asimismo, es interesante saber que fue el psiquiatra español Demetrio Barcia, experto en el trastorno depresivo, quien describió esta condición por primera vez en 1970.

Desde entonces, se ha profundizado en este tema en numerosas ocasiones dada la gran incidencia. A día de hoy sabemos, por ejemplo, que migraña y depresión también están relacionadas. Una investigación del Instituto de Psicología y Neurociencias del Comportamiento de California habla de desencadenantes genéticos.

Veamos más características.

¿Cómo se manifiesta?

Buena parte de los dolores de cabeza crónicos de origen tensional pueden esconder en realidad un trastorno emocional como la depresión. Es decir, aunque puedan diagnosticarnos que ese dolor de cabeza tiene como origen la tensión de los músculos del cuello y del cuero cabelludo, lo cierto es que el desencadenante puede ser psicológico en algunos casos.

  • La persona que sufre cefalea depresiva experimenta un tipo de dolor vago y difuso, no pulsátil y distribuido alrededor de toda la cabeza.
  • Estos dolores suelen ser más intensos los fines de semana, cuando se tienen vacaciones o en momentos de más estrés.
  • La molestia aparece sobre todo por las mañanas y nada más levantarnos.
  • El origen nunca es orgánico.
  • Los analgésicos más comunes no funcionan.
  • Es frecuente estar meses con este problema sin que se alivie o se encuentre una solución.

¿Cuál es el origen?

Un posible origen de la cefalea depresiva es el descenso de neurotransmisores como la serotonina y la norepinefrina. Asimismo, las alteraciones en la dopamina y las endorfinas, también puede vincularse a este tipo de dolor de cabeza, al existir una disminución drástica de los opiáceos en el cerebro.

Sea como sea, las causas y los desencadenantes no están claros del todo. Lo más decisivo es descartar cualquier origen orgánico. En el momento en que no hay un origen biológico o fisiológico concreto, es cuando podemos intuir que, tal vez, el desencadenante sea somático y vinculado a algún trastorno del estado del ánimo.

Tanto la ansiedad como la depresión cursan de manera frecuente con las cefaleas y los dolores músculo-esqueléticos. Estos malestares dificultan en muchos casos que la persona pueda desempeñar sus responsabilidades cotidianas. Sobre todo, cuando se le añaden otras variables que no siempre se exponen en la consulta de los médicos, como son la tristeza recurrente, la apatía, la falta de motivación y de esperanza, etc.

Hombre triste con cefalea depresiva
Una depresión va más allá de un estado de ánimo abatido o sin motivación. Cursa también con numerosos síntomas físicos.

¿Cuál es el tratamiento?

La cefalea depresiva es un indicador orgánico del trastorno depresivo. Junto a él, aparecen más molestias, más alteraciones psicofísicas. No podemos olvidar que esta condición es una realidad poliédrica, tiene muchas caras, muchas características que conforman un mismo desencadenante clínico que se puede tratar y curar.

El enfoque terapéutico requiere de varias estrategias. Por un lado, es común recurrir a los antidepresivos tricíclicos y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Asimismo, los inhibidores de la monoaminooxidasa son muy útiles para el tratamiento del dolor de cabeza por depresión.

Ahora bien, el ámbito farmacológico nunca será totalmente efectivo sin la terapia psicológica. Necesitamos profundizar y tratar esos aspectos que nos han conducido hasta esa situación debilitante. Todos podemos derivar en algún momento en esta isla de sufrimiento.

Sin embargo, habilitarnos en nuevas estrategias de afrontamiento, en enfoques de pensamiento más saludables y en otros hábitos de vida, nos permitirá dejar atrás, poco a poco, esta situación. No dudemos en solicitar siempre ayuda especializada.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Arroll B, Macgillivray S, Ogston S, Reid I, Sullivan F, Williams B, Crombie I. Efficacy and tolerability of tricyclic antidepressants and SSRIs compared with placebo for treatment of depression in primary care: a meta-analysis. Ann Fam Med. 2005 Sep-Oct;3(5):449-56. doi: 10.1370/afm.349. PMID: 16189062; PMCID: PMC1466912.
  • Dindo, L.N., Recober, A., Haddad, R. et al. Comorbidity of Migraine, Major Depressive Disorder, and Generalized Anxiety Disorder in Adolescents and Young Adults. Int.J. Behav. Med. 24, 528–534 (2017). https://doi.org/10.1007/s12529-016-9620-5
  • Jahangir, S., Adjepong, D., Al-Shami, H. A., & Malik, B. H. (2020). Is There an Association Between Migraine and Major Depressive Disorder? A Narrative Review. Cureus12(6), e8551. https://doi.org/10.7759/cureus.8551

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.