¿Cómo es el cerebro sinestésico? Esto es lo que dice la ciencia

El "cerebro sinestésico" funciona de manera diferente. Escuchar sonidos al ver colores o sentir un olor cuando alguien nos acaricia responde a pequeñas alteraciones neurológicas muy concretas, a la vez que fascinantes. Lo analizamos.
¿Cómo es el cerebro sinestésico? Esto es lo que dice la ciencia
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 junio, 2021

Ver colores al escuchar música. Saborear un helado y sentir una caricia en la mejilla. Tocar el pétalo de una flor y experimentar un sabor dulce en la boca… Todas estas experiencias sensoriales describen una alteración neurológica que experimentan miles de personas en todo el mundo. Sin embargo, ¿cómo es el cerebro de un sinestésico? ¿Qué explica, en realidad, esta característica?

Sabemos que figuras, como Vincent Van Gogh, Vladimir Nabokov, Wassily Kandinsky o Nikola Tesla evidenciaban la facultad de experimentar dos sentidos a la vez. Lo cierto es que durante mucho tiempo se pensó que la sinestesia era una característica propia de las mentes con tendencia a la fantasía y que no había ninguna base científica que lo explicara.

Sin embargo, con la llegada del nuevo milenio, neurocientíficos y psicólogos e incluso genetistas prestaron atención a esta singularidad neurológica. Lo que han ido descubriendo hasta día de hoy resulta, cuanto menos, fascinante. Profundizamos en ello.

Según los expertos, la sinestesia puede mejorar las habilidades cognitivas como la creatividad e incluso la memoria. La razón de ello reside en un cerebro más hábil para establecer conexiones. 

cerebro con corazón para representar cómo es el cerebro sinestésico

¿Qué es la sinestesia?

Empecemos por clarificar la definición de sinestesia. Se trata de un fenómeno perceptivo orquestado por una alteración neurológica. Implica que se activen de manera automática e involuntaria varias regiones sensoriales o cognitivas a la vez en respuesta a estímulos concretos. Esto se traduce en que los sonidos puedan tener color, que la música tenga sabor, que las letras se asocien a determinadas tonalidades, etc.

Asimismo, es importante considerar una serie de detalles. La sinestesia no responde a una experiencia alucinatoria, como se sospecharon los psiquiatras Bleuler y Lehmann en 1871. Tampoco define ningún trastorno mental como la esquizofrenia ni es producto de una mente muy imaginativa.

Podríamos decir que el primer hito importante que nos permitió entender la sinestesia como un fenómeno neurológico fue el estudio de 1995 dirigido por el doctor Paulesu. En esta investigación se realizaron diferentes pruebas diagnósticas con tomografía por emisión de positrones para medir las respuestas hemodinámicas en los sinestésicos.

Lo que se descubrió es algo que ya se sospechaba: el cerebro sinestésico funciona de manera diferente…

¿Cómo es el cerebro sinestésico?

Se estima que entre el 3 al 5 % por ciento de la población tiene algún tipo de sinestesia. Asimismo, es más común en las mujeres que en los hombres. Por otro lado resulta interesante saber que muchos lo conciben como un don, porque ver el mundo a través de una integración múltiple de varios sentidos a la vez, hace que la realidad sea más intensa, peculiar y fascinante a la vez.

Por no hablar de otro detalle: es muy común que las personas sinestésicas sean más creativas y tengan además una mayor memoria debido a que disponen de un cerebro con más conexiones. Estudios como los realizados el doctor Gian Bheeli, de la Universidad de Zurich y publicados en la revista Nature, nos indican además que hay una base genética y que por término medio es hereditaria.

Sonidos con sabor dulce, música que estalla en colores, texturas que evocan imágenes… Si nos preguntamos cómo es el cerebro de un sinestésico, a día de hoy la ciencia ya nos ha dado algunas interesantes respuestas.

El fenómeno de la activación cruzada

Como bien sabemos, los niños pasan por una época de desarrollo cerebral que consiste en la poda neurológica. Es decir, se trata de un proceso en el que se eliminan conexiones sinápticas entre neuronas para dar forma a un cerebro más especializado. Hasta los 12 -13 años es común tener muchas más neuronas y sinapsis de las que son funcionalmente necesarias. Esa progresiva desaparición es necesaria para el correcto funcionamiento cerebral.

Ahora bien, al parecer las personas sinestésicas no completan del todo esa poda neuronal. Esto provoca que diversas áreas se crucen entre sí. Trabajos de investigación como los realizados en la Universidad de Amsterdam (Holanda), nos hablan de que regiones asociadas al color en la corteza occipito-temporal, pueden conectarse de pronto con regiones motoras, de manera que hasta determinados movimientos podrían evocar en la persona una tonalidad.

Cabe señalar que cada sinestésico presenta unas experiencias únicas partiendo siempre de la forma en que se conecte su cerebro.

La hipótesis de la mediación límbica

Si nos preguntamos cómo es el cerebro de sinestésico hay que tener en cuenta la hipótesis de la mediación límbica. Fue enunciada por primera vez por Richard Cytowic y Frank Wood en 1982 y señala que la sinestesia estaría orquestada por el sistema límbico y en concreto, por el hipocampo.

Se ha podido observar que los sinestésicos tienen muchas más fibras conectivas en esta área, las cuales parten desde el propio sistema límbico hasta el neocórtex. Esto se traduce en un mayor número de fenómenos perceptivos, de sensaciones, de recuerdos e incluso de emociones.

flores coloridas para simbolizar Cómo es el cerebro sinestésico

¿Cómo es el cerebro sinestésico? Lo que revelan los estudios de neuroimagen funcional 

A medida que han evolucionado las técnicas de diagnóstico y neuroimagen, disponemos de muchos más datos sobre cómo es el cerebro sinestésico. De este modo, gracias a todos los voluntarios con sinestesia que se han ofrecido para realizar las pruebas de tomografía por emisión de positrones (PET) y resonancia magnética funcional (fMRI) sabemos lo siguiente:

  • Las regiones de la corteza visual presentan una mayor activación.
  • Hay una mayor densidad de materia gris.
  • Elevada sobreconectividad desde la corteza auditiva hasta la ínsula (esta última región se relaciona con las emociones y la regulación de la homeostasis del cuerpo).
  • Una mayor interconectividad de todo el cerebro en comparación con los no sinestésicos.

Para concluir, en la actualidad la sinestesia es un fenómeno fascinante que atrae por igual a neurocientíficos y a psicólogos. Se espera que en los próximos años sepamos muchas más cosas, pero lo más importante es que quien evidencia esta particularidad, lejos de vivirlo de manera problemática, parece disfrutar de su don.


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