¿Cómo afecta el insomnio al cerebro?

Las consecuencias del insomnio son múltiples e importantes. Hoy queremos conocerlas mejor porque nos pueden ayudar a hacer una estimación más exacta de las repercusiones de este problema.
¿Cómo afecta el insomnio al cerebro?
María Paula Rojas

Escrito y verificado por la psicóloga María Paula Rojas.

Última actualización: 01 agosto, 2022

Dormir mal hace que durante el día nos sintamos cansados. Por otro lado, entre las consecuencias del insomnio encontramos que provoca irritabilidad y hace de altavoz o potenciador para emociones que no nos ayudan mucho, como la frustración.

Así, diferentes estudios han encontrado que las afectaciones en el sueño pueden tener consecuencias a nivel físico y psicológico. Derivaciones que, si no se tratan adecuadamente, comprometen nuestro rendimiento.

Mujer con insomnio

¿Qué es el insomnio?

Es uno de los trastornos más frecuentes en la actualidad. Se caracteriza por dificultades subjetivas, causadas por diferentes factores como una mala calidad del sueño o despertares frecuentes durante la noche.

Se ha encontrado que las personas que tienen estas condiciones presentan un hyperarousal, es decir una hiperactivación cerebral. Esto se puede ver reflejado en un procesamiento sensorial mejorado durante el inicio o transcurso del sueño.

Como consecuencia, la persona se vuelve vulnerable a las perturbaciones ambientales. Por lo tanto, es más propenso a despertarse e interrumpir el ciclo de sueño.

Las consecuencias del insomnio en nuestras funciones cognitivas

Una de las consecuencias más comunes que encontramos en las personas con insomnio es la presencia de fatiga. Una fatiga física, pero también mental.

Atención

Una de las funciones afectadas es la atención. En este caso muestra dificultades en tres aspectos específicos:

  • Atención focalizada. La persona tiene dificultades para centrarse en los aspectos importantes, ya que los accesorios pasan a ser distractores más potentes.
  • Vigilancia/atención sostenida. La persona presenta problemas para concentrarse.
  • Velocidad de procesamiento. Las funciones cognitivas de la persona se vuelven más lentas e imprecisas.

Memoria

En el caso de la memoria, los estudios se han enfocado en dos tipos de memoria. La primera es la memoria episódica. Este es un tipo de memoria declarativa que se expresa de manera consciente y se relaciona con hechos ubicados en un espacio y un tiempo.

Con ella, podemos rememorar detalles de un cumpleaños pasado o la primera cita con nuestra pareja. En el caso de las personas con insomnio, hay dificultades para fijar recuerdos de estas características.

El segundo tipo de memoria estudiada es la procedimental. Se define como una memoria no declarativa, no voluntaria, que se manifiesta por un cambio o desarrollo de una conducta. Este tipo de memoria es la encarga de recordar actividades, como conducir o montar bicicleta. En este caso, por los problemas en la consolidación del sueño en fase REM aparecen dificultades para fijar/automatizar información procedimental.

Funciones ejecutivas

Como sabemos, las funciones ejecutivas son las encargadas de las tareas más complejas de nuestro cerebro. Se pueden comparar al director de orquesta, que se encarga de coordinar a todos los músicos.

En el caso de las personas con insomnio, se han encontrado disminuidas algunas de estas funciones. En primer lugar, hablaremos de la dificultad para alternar la atención entre dos actividades. Se presenta como consecuencia de la hiperactivación que tienen las personas con insomnio por la falta de sueño.

La hiperactivación anteriormente nombrada también tiene efectos sobre la toma de decisiones. Por lo tanto, hay problemas en la resolución de algunos problemas que se presentan. Aun así, el cerebro desarrolla diferentes tipos de compensación para mitigar estas dificultades. Estos mecanismos se ven reflejados especialmente en la fluidez verbal que muestran las personas que sufren de insomnio.

Consecuencias del insomnio en nuestro estado físico y emocional

Dentro de los estudios, se ha encontrado que el insomnio crónico puede tener algunas consecuencias físicas directas e indirectas. Dentro de las consecuencias del insomnio están:

  • Tensión muscular.
  • Dolores de cabeza.
  • Trastornos gastrointestinales.
  • Somnolencia diurna.

Por otro lado, las consecuencias indirectas del insomnio se relacionan con el aumento del riesgo cardiovascular en los pacientes. Especialmente, aumenta el riesgo de sufrir un infarto o, en el caso que ya lo haya sufrido de que se le repita. Asimismo, se ha encontrado que estas personas pueden sufrir con más facilidad de hipertensión arterial, lo que sumado al insomnio puede aumentar el riesgo de muerte.

En cuanto a los cambios emocionales en los pacientes, se ha encontrado que las personas con insomnio desarrollan un modo no adaptativo de enfrentar las emociones. Esto las hace más propensas a desarrollar dificultades emocionales. Entre las más conocidas están:

  • Irritabilidad.
  • Deterioro del humor.
  • Disminución de la motivación.

Cuando el problema se presenta en la niñez, se ha encontrado una asociación del insomnio con problemas del aprendizaje, como sería una dislexia o discalculia. De igual manera, se ha creado una asociación con trastornos en el neurodesarrollo, como el déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Hombre con insomnio

Ansiedad, depresión e insomnio

Múltiples investigaciones han estudia como la ansiedad y la depresión pueden ser consecuencia del insomnio. Dentro de los resultados encontraron que la personalidad de las personas con insomnio incluye una insatisfacción general con su propia vida, preocupaciones obsesivas, tendencia a la ansiedad e hipocondría.

Asimismo, se ha encontrado la presencia de hiperactivación en la depresión, la ansiedad y el insomnio. Junto con esto, en los tres trastornos hay presencia de rumiación mental, creencias erróneas sobre aspectos como el sueño. Esto alimenta, tanto la relación entre las tres como el mantenimiento de las dificultades.

Por lo tanto, el trabajo sobre estas tres dificultades repercute sobre la sintomatología asociada a otras enfermedades. Mostrando así la estrecha relación que existe entre estas tres patologías y como es necesario un trabajo conjunto y multidisciplinar para el manejo de las mismas.


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