Cómo evitar las distracciones más habituales en el trabajo
La atención se ha convertido en uno de los atributos clave del mundo actual. No podría ser de otra manera en una realidad en la que pululan las distracciones y con frecuencia resulta muy difícil concentrarse. Esto genera diversas consecuencias, especialmente en el trabajo, ya que se traduce en menor eficiencia.
Las distracciones más habituales en el trabajo nos vuelven más torpes y lentos. Lo peor es que roban tiempo valioso y terminan haciendo que tengamos que hacer aplazamientos a la hora de hacer entregas. A la vez, quitan energía e incrementan la fatiga.
Lo ideal es que podamos sortear las distracciones en el trabajo de una manera inteligente. Cuando esto se logra, las actividades fluyen más y se obtienen mejores resultados. ¿Cuáles son esos factores que nos desvían la atención y nos quitan tiempo valioso? Las siguientes son algunas de ellas.
“Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado con las mínimas distracciones”.
-Jorge Luis Borges-
Distracciones digitales
Las distracciones digitales encabezan la lista de los factores que desvían la atención. Un ordenador es una poderosa herramienta de trabajo, pero también una enorme y poderosa fuente de distracciones. En algunas ocasiones, se tienen abiertas cinco ventanas al tiempo: una con noticias, otra en una red social, una más en el banco, etc.
Ni qué decir del teléfono móvil. Las notificaciones hacen que se interrumpa lo que uno está haciendo, casi de inmediato. Por todo esto, lo más indicado es delimitar un lapso para dedicarlo exclusivamente al trabajo. Eso significa cerrar todas las ventanas que no sean pertinentes, apagar el móvil y dirigir la atención solo hacia lo que se está haciendo.
Preocupaciones por el futuro
Es habitual que la mayoría de nosotros tenga asuntos no resueltos dándonos vueltas por la cabeza. A veces es algún compromiso pendiente, un asunto de la casa que no se ha resuelto, las vacaciones de verano o las cuentas del mes entrante. Es inevitable que así sea, pero lo que sí puede y debe evitarse es traer esto a colación cuando se trabaja.
Aquí el secreto está en delimitar espacios de tiempo para dedicarlos de manera exclusiva a las tareas que debemos realizar. Lo aconsejable son mínimos de 20 minutos, ya que el cerebro es capaz de mantener la concentración por un periodo así de corto de manera realmente efectiva. Luego, podemos descansar cinco minutos, para después continuar con otro bloque de la misma temporalidad.
Desorganización
La desorganización es otro de los factores que más nutre las distracciones. El solo hecho de tener que interrumpir una actividad para encontrar algo que se necesita hace que se pierda el hilo de lo que se está haciendo. Y si esto ocurre con mucha frecuencia, se desperdicia un montón de tiempo.
También está la desorganización mental que tiene lugar cuando no se planifican las actividades de una forma adecuada. A veces eso lleva a duplicar tareas, a tener que volver a una fase anterior para hacer algo que impide continuar en la fase siguiente, etc. Lo recomendable es tener planes semanales y comenzar cada día con un esquema lógico de lo que se va a hacer.
Familia y sentimientos
Tener en mente a familia, amores o amigos en el trabajo no es buena idea. Tampoco lo es tener en mente el trabajo cuando se está con los seres queridos. Entremezclar esos dos ámbitos suele generar algún grado de deterioro en ambos. Hay un momento para disfrutar de esos vínculos con los demás y otro para disfrutar del trabajo.
Las distracciones en este caso no necesariamente tienen que ver con dificultades o preocupaciones en esos ámbitos. A veces se trata de favores, recados o comunicaciones que se establecen con los seres queridos durante el trabajo. Mientras se realizan las actividades laborales, lo indicado es enfocarse en ellas y no en otros asuntos.
No conocer bien las herramientas de trabajo
Cuando no se conocen bien las herramientas de trabajo se pierde mucho tiempo “adivinando” o probando a hacerlas funcionar. Es importante saber utilizar bien el software, las máquinas y todos aquellos elementos con los que se opera en el día a día.
Por otro lado, es relevante contar con todo lo necesario para desempeñar bien el trabajo. Las herramientas deben ser funcionales y no presentar problemas. De lo contrario, también se pierde mucho tiempo (y a veces mucho trabajo) resolviendo los problemas que generan.
Las distracciones están ahí todo el tiempo y hay que saber capotearlas para optimizar nuestro rendimiento. De lo contrario, podemos terminar agotados, y además con la sensación de que toda esa inversión que hacemos en tiempo y energía no sirve para nada.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bailey, C. (2019). Hyperfocus: cómo centrar tu atención en un mundo de distracciones. Reverte-Management.
- Cuesta González, H., & Sierra Peralta, L. (2005). Fatiga laboral como factor de riesgo psicosocial: una revisión conceptual.
- Paz, D. C. B. (2020). Síndrome de burnout y fatiga laboral. CIENCIAMATRIA, 6(1), 264-294.
- Useche Mora, L. G. (1992). Fatiga laboral. Avances en enfermería.