¿Cómo favorecer el desarrollo social de niños con dificultades de lenguaje?

Las dificultades con el lenguaje en la infancia suelen afectar también el desarrollo social de los más pequeños. Veamos qué estrategias existen para favorecer estos casos.
¿Cómo favorecer el desarrollo social de niños con dificultades de lenguaje?
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 23 marzo, 2023

Desde hace más de 200 años, sabemos que existen niños y adolescentes que presentan problemas para hablar sin que haya una causa orgánica claramente identificada. Además, en un mundo en el que la densidad de población no deja de aumentar y cada vez hay más personas, favorecer el desarrollo social de estos niños debe ser una cuestión que nos ocupe.

Ya en 1835, el prestigioso psicólogo Franz Gall describió un grupo de chicos con inteligencia aparentemente normal y grandes dificultades en la producción de lenguaje oral. Las dificultades en el desarrollo del habla se conocen hoy en día como Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL).

¿Qué es el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje?

La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la undécima edición de su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), recoge el TDL como un trastorno mental, del comportamiento y del neurodesarrollo. En esencia, los niños con TDL se caracterizan por presentar dificultades persistentes a la hora de adquirir, comprender, producir o hacer uso del lenguaje.

Según Aguado (2015), existen criterios relevantes de cara al diagnóstico del TDL:

  • Las mejorías solo se producen con intervención profesional.
  • Los inconvenientes repercuten enormemente en el funcionamiento cotidiano.
  • Los niños con TDL presentan dificultades persistentes en alguna dimensión del lenguaje.
  • Aparecen en el contexto de la lengua materna y en ausencia de nuevas lenguas que podrían confundir al niño.
  • El TDL es un diagnóstico compatible con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el tener una baja inteligencia, ser disléxico o tener un trastorno emocional. Pero es incompatible si se diagnostica previamente de autismo, discapacidad intelectual, sordera o lesiones neurológicas.
El TDL se detecta habitualmente en la primera infancia, entre los 3 y los 6 años. Como consecuencia de sus dificultades, estos niños tienen muchos problemas para comunicarse, porque su habilidad es notablemente inferior si la comparamos con la de su grupo normativo.
El Trastorno de Desarrollo del Lenguaje pueden afectar desde la niñez hasta la edad adulta
El soporte gráfico es parte de las dinámicas que contemplan las terapias para abordar los TDL.

Cómo favorecer el desarrollo social de niños con TDL

En preescolar, los niños con TDL muestran un bajo nivel de desarrollo y un retraso en competencias sociales, como la capacidad para ser asertivos o el empleo de habilidades sociales. Por esta razón, se han diseñado 4 intervenciones específicas para favorecer su desarrollo social.

1. El material de Marc Monfort e Isabelle Monfort

Los pequeños con TDL manifiestan dificultades con la Teoría de la Mente (ToM, por sus siglas en inglés), que es básica para la empatía. También es un elemento clave a la hora de conectar socialmente con nuestros iguales, facilitando la cooperación y la intimidad.

Los déficits señalados pueden continuar hasta la edad adulta. Esta es una de las motivaciones por las que el matrimonio Monfort crea su propio material ayudado de un soporte gráfico, con el objetivo de estimular la expresión lingüística de estos niños.

El material de los Monfort recoge fichas y actividades que trabajan aspectos tan cruciales, como la comprensión y la expresión. El evaluador cuenta con una hoja de registro donde anota lo que el niño propone, así como las interpretaciones que da a las láminas y su progresión.

2. Aula: círculo de amigos

El objetivo prioritario en esta intervención es promover la inclusión en la escuela de los niños con TDL. Para ello, se realizan actividades de sensibilización con sus compañeros sin TDL, de manera que estos conozcan las características y necesidades de quienes tienen dificultades.

Es fundamental colaborar para tejer relaciones de amistad y de apoyo entre iguales. Se ha visto que intervenir directamente en el aislamiento que pueden sufrir los niños con TDL es beneficioso para su desarrollo social.

Para ello, se realiza un debate en el aula y, posteriormente, se escogen entre 6 y 8 voluntarios que formarán el círculo de amigos del niño con TDL. Es fundamental que estos alumnos sean socialmente competentes y adopten una actitud positiva ante sus compañeros diagnosticados.

De esta forma, el círculo de niños se reúne cada semana, junto al profesorado, para colaborar desde un enfoque de «resolución de problemas» en el que se plantean las dificultades aparecidas y cuáles son sus soluciones prácticas. Así no solo se potencia el desarrollo social de los infantes con TDL, sino que los amigos constituyen un apoyo fuerte en su aprendizaje académico.

El eje central es la reflexión en el aula sobre los puntos fuertes y las dificultades que presenta la persona con TDL, con el objetivo de fomentar la empatía en el resto del alumnado y la construcción de experiencias de amistad.

– Fonseca –

El trabajo grupal es positivo para el tratamiento de TDL
La participación voluntaria de compañeros sin TDL es un apoyo esencial en el tratamiento de quienes están diagnosticados.

3. Aula: aprendizaje cooperativo

La cooperación nos define como seres humanos. En el asunto que hoy nos trae aquí, para incorporar la cooperación en el aula se seleccionan compañeros sin TDL que, de modo voluntario, actúan como tutores de sus iguales con TDL. La cooperación en clases mejora las interacciones sociales y la aceptación por parte del resto de alumnos, así como el rendimiento escolar. Los ingredientes básicos que garantizan la eficacia de este método son los siguientes:

  • Una interacción positiva «cara a cara», la cual promueve que entre compañeros se ayuden, se animen y se motiven.
  • El trabajo en grupo no les exime de su responsabilidad personal, cada contribución es evaluada por el profesor de manera individual.
  • La interdependencia positiva, referida al hecho de que el estudiante siente que su éxito se debe al consenso del grupo para alcanzar un objetivo concreto.
  • Aparecen habilidades cooperativas, como el liderazgo, que ponen sobre la mesa aspectos tan interesantes como la capacidad de tomar decisiones, la confianza, la comunicación o la resolución de conflictos.

Un ejemplo de aprendizaje cooperativo es el programa CA/AC «cooperar para aprender y aprender para cooperar», que interviene en aspectos como la cohesión de grupo y el trabajo en equipo.

En el aprendizaje cooperativo los estudiantes trabajan para conseguir un objetivo o un reconocimiento de grupo, y este objetivo o reconocimiento depende del aprendizaje de cada uno.

– Brown –

4. El «programa de patios» para favorecer el desarrollo social

Una de las actividades favoritas de los niños es el recreo. Es en estos momentos de distensión donde es más habitual encontrar solos y aislados a los niños con TDL. Es por ello que, en España, se ha puesto en marcha el «programa de patios» en múltiples centros escolares.

En este programa, el alumno con TDL elige día tras día a los compañeros con quienes quiere jugar. Y a la vez que se produce el juego, se entrenan las habilidades sociales que tanto necesitan los chicos con dificultades en el desarrollo del lenguaje.

Los objetivos del plan de patios son la inclusión del alumnado en la vida escolar, enseñar a convivir y desarrollar la socialización y la autonomía en las relaciones sociales.

– Fonseca –

La evidencia empírica de las intervenciones en desarrollo social todavía no es sólida; o al menos tan sólida como nos gustaría. No obstante, en la actualidad aparecen nuevas líneas de investigación que generan protocolos específicos de actuación para mejorar la calidad de vida de estos menores.


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