Háblame de ti: cómo responder en una entrevista de trabajo
Entrevista presencial o telemática. Si hay un aspecto del que cuesta librarse en los procesos de selección es de la clásica pregunta “háblame de ti”. Sabemos que casi siempre la plantean, que es una parte decisiva, pero a pesar de ello es común quedarse bloqueado o incluso acabar hablando de aspectos que no nos benefician.
Pocas cuestiones son tan difusas como el hecho de que alguien nos pregunte que le hablemos sobre nosotros. ¿Por dónde empezar? ¿Hacemos referencia a nuestras aficiones, propósitos o valores? Tampoco tiene sentido volver a enumerar datos sobre la propia experiencia laboral o académica, cuando esa información ya aparece reflejada en el propio currículum.
Ahora bien, recordemos un detalle sencillo y trascendente a la vez. Los reclutadores consideran esta cuestión como un punto de gran relevancia. Les permite hacerse una idea rápida y general sobre cómo somos, desde un punto de vista profesional y personal. Es aquí donde pueden destacar tus habilidades sociales, tu carisma, tu resolución y también tus habilidades blandas.
Vale la pena entrenarnos previamente en esta parte de nuestra entrevista. Al fin y al cabo, el éxito no es más que la sutil y perfecta combinación del talento y, sobre todo, de la preparación.
Cuando nos pidan que hablemos de nosotros en un proceso de selección es importante razonar por qué deseamos trabajar en esa empresa.
“Háblame de ti”, la pregunta que debemos prepararnos en una entrevista laboral
Admitámoslo, no a todos nos agrada hablar de nosotros mismos. Nos resulta extraño y hasta petulante en ocasiones. Sin embargo, en un contexto de entrevista laboral es necesario cambiar el chip. Necesitamos “vendernos”, dar una imagen positiva, confiable y resolutiva de nosotros. Y esto implica no solo atender lo que vamos a decir, sino también cómo vamos a transmitirlo.
Asimismo, trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de Calgary (Canadá), insisten además en un aspecto clave. Es común que, como solicitantes de empleo, recurramos (a veces) a estrategias engañosas para mejorar la impresión del entrevistador. Hacerlo no es una buena estrategia y más sabiendo que cuando nos plantean “háblame de ti” es al inicio de la entrevista y para romper el hielo.
Se puede dar una imagen excepcional sin recurrir a la sobreexageración o a la falsedad. El carisma se destila en la confianza de un candidato, en su habilidad para comunicar siendo sucinto, pero inspirador a la vez. Por tanto, es fácil deducir que para salir airosos de una entrevista, hay que dominar una serie de estrategias.
Sortear con éxito ese momento en el que debemos hablar de nosotros mismos dependerá de si tenemos en cuenta o no las siguientes claves.
Banderas rojas: aspectos que debemos evitar
Cuando nos digan aquello de “háblame de ti”, hay líneas rojas que no debemos cruzar. No importa lo nerviosos que estemos, tampoco cuánto nos interese obtener ese puesto; mantengamos la mente fría y no caigamos en los siguientes errores:
- Hablar de tu vida personal y tus aficiones.
- No empieces tu exposición enumerando tus estudios o dando datos concretos o fechas que ya aparecen en tu curriculum.
- Intenta no improvisar. El mayor error que puedes cometer es no prepararte esa entrevista y que, además, se note.
Una fórmula sencilla: pasado, presente y futuro
“De dónde vienes, por qué estás aquí y que esperas del futuro”. Esta es una fórmula sencilla que nos puede permitir preparar con eficacia la pequeña exposición que vamos a dar cuándo nos planteen la cuestión de “háblame de ti”. La fórmula sería la siguiente:
- Pasado: explica al entrevistador cuál es tu trayectoria y cómo has llegado hasta ese punto de tu vida. Intenta ampliar la información que ya has dado en el currículum.
- Presente: argumenta en qué momento de tu vida te encuentras, qué es lo que buscas y por qué deseas trabajar en esa empresa.
- Futuro: da una imagen sencilla e inspiradora al reclutador de qué esperas lograr a corto y largo plazo. Razona tus metas y perspectivas futuras.
Asimismo, es importante que a la hora de hablar de esos tres momentos temporales, los vincules de algún modo al puesto al que optas en ese trabajo. El entrevistador debe percibir tu compromiso e interés y, sobre todo, percibir qué puedes aportar.
Ser concreto e inspirador, hay que diferenciarse del resto de candidatos
Cuando te digan “háblame de ti” ten presente un detalle. Lo más probable es que acabes recurriendo a frases que usan el 99 % de los candidatos. “Siempre soñé con ser arquitecto; desde niño he sentido la necesidad de ayudar a las personas; creo que puedo aportar mucho a esta empresa”.
Evita frases cliché e intenta ser dinámico y original. Hazlo de manera concreta, sin extenderte demasiado, buscando el contacto visual y haciendo uso de una actitud positiva. Además, procura crear una impronta emocional e inspiradora en el reclutador.
Durante una entrevista de trabajo evitemos recitar un guion milimétricamente memorizado o regurgitar detalle por detalle nuestro currículum. Seamos originales, practiquemos en voz alta previamente e intentemos destacar frente al resto a la hora de hablar de nosotros mismos.
La necesidad de saber a quién nos dirigimos
Cuando te digan “háblame de ti” ten en cuenta que, en realidad, el reclutador solo desea saber si eres el tipo de persona que puede aportar algo a su empresa. En consecuencia, es decisivo que sepas a quién te diriges, qué proyecto y qué valores defiende esa organización.
Es decir, no basta solo con que te prepares la entrevista desarrollando al máximo tu comunicación y carisma; intenta informarte sobre la empresa a la que optas. Eso te dará una ventaja y te permitirá, sobre todo, ajustar tu discurso.
Para concluir, si bien es cierto que todo proceso selectivo genera incertidumbre y ansiedad, la preparación permite ir con mayor seguridad. Confiar en nosotros mismos y en nuestro potencial también actuará como valor añadido.
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