Cómo saber cuándo renunciar
Renunciar o darse por vencido está considerado como lo peor que puedes hacer. Para muchos, renunciar o rendirse es un signo de debilidad del carácter. Tanto, que muchas personas soportan situaciones dañinas durante años por no sentir el fracaso y, en definitiva, por no saber cuándo renunciar.
Renunciar es quizá una de las decisiones más difíciles que puedas tomar. Habrá mucha presión social, especialmente en la actualidad cuando nos encontramos constantemente con un mensaje sobre perseguir y luchar por lo que quieres. La realidad es que a pesar de que no sea un trance agradable, saber renunciar te puede traer beneficios, paz mental y sobre todo te abrirá puertas a nuevas oportunidades.
Esto no quiere decir que haya que renunciar al primer intento, o cuando las cosas empiezan a estar mal, sino que hay que saber reconocer en qué situaciones y en qué momento renunciar o darse por vencido es la mejor opción.
Una retirada a tiempo, es una victoria.
Refranero popular.
Cuando hemos invertido tiempo, dinero y pasión o amor en lo que hemos realizado, renunciar resulta especialmente difícil. Nos dedicamos a nuestro negocio, empleo, pareja en cuerpo y alma, y cuando las cosas no salen bien nos parece muy difícil simplemente alejarnos. Nos preguntamos, después de todo lo que he pasado, del tiempo, de la inversión de los años… ¿Voy a dejarlo todo ahora?
Es importante identificar cuándo alcanzamos ese punto en el que algo más que beneficiarnos, nos daña. Sin duda, el momento para parar y decir adiós sería ese.
Cómo renunciar
Si tras luchar por nuestro objetivo no conseguimos ver resultado, no hay que persistir y debemos aceptar que la situación no nos aporta ningún beneficio. En este caso, tendríamos que plantearnos si es el momento de renunciar. Como no es un proceso fácil, antes de dar el paso podemos plantearnos varias tareas:
Ser honesto con uno mismo acerca de la situación
La mejor manera de saber si nos estamos engañando, atrapándonos en una situación potencialmente dañina, es externalizar de algún modo la situación que vivimos y verla a la distancia. Para esta tarea escribir puede ser muy útil. Por ejemplo, escribir un diario , o escribir una carta a uno mismo como si fueras un amigo lejano. Para ello, escribe en esa carta qué le recomendarías, qué crees que podría ayudarle a tomar la decisión.
Hacer una lista de pros y contras
Aunque parezca un tópico, hacer una lista de las cosas buenas y malas de la situación por la que estás pasando siempre es una opción excelente. En un lado, anota todos los beneficios de continuar con eso con lo que estás pensando renunciar. En otro, todos los inconvenientes. Para hacer estas listas, tienes que hacer el esfuerzo y mantener el mayor grado de objetividad posible. No son razones de peso ideas como “hemos sido amigos por mucho tiempo”. A lo largo de la vida todo va cambiando, por lo que el tiempo es algo relativo.
Pedir consejo
Hablar con alguien de la situación y pedir consejo es siempre una buena opción. Mejor aún si esta persona no está involucrada con el asunto y que, además, te conozca bien. Esto podría ayudar a que tener una opinión neutra, de confianza y con conocimiento sobre qué opciones serían viables.
Darte tiempo para pensar
Muchas veces las situaciones pueden parecer apremiantes y generarnos mucho estrés. Sin embargo, por mucha necesidad que sientas por resolverlo y por la posible existencia de plazos, date un espacio y período de tiempo para pensar y evaluar. Ahora bien, es importante no caer en un bucle de sopesar la situación. Las decisiones en el fondo son realmente emocionales y, hasta en las peores situaciones, en el fondo sentimos qué es lo mejor para nosotros.
Adelante
Si después de todo esto decides quedarte, tienes que saber que también es una opción muy valiente. Si por el contrario, a pesar del miedo, decides renunciar, es posible que hayas tomado una buena decisión, ya que será lo que hayas considerado mejor para ti.