¿Conoces la hipersomnia? Te explicamos sus síntomas y tratamiento
Seguro que alguna vez has dormido mucho más de lo que hubieras deseado y aun así has seguido teniendo sueño. Puede que en ocasiones hayas sentido tanto sueño durante el día que casi no podías mantenerte en pie. En ese caso puede que estuvieras sufriendo de hipersomnia.
Los trastornos del sueño-vigilia incluyen 10 trastornos o grupos de trastornos. Entre ellos encontramos el insomnio, la hipersomnia, la narcolepsia, los trastornos del sueño relacionados con la respiración, trastornos del ritmo circadiano sueño-vigilia y el síndrome de piernas inquietas, entre otros.
En este artículo os hablaremos de uno de ellos: la hipersomnia. A grandes rasgos, la hipersomnia significa mucho o demasiado sueño. Quien sufre de hipersomnia no se siente descansado y presenta una somnolencia excesiva.
¿Qué características presenta la hipersomnia?
La hipersomnia es un término diagnóstico amplio. Incluye síntomas de excesiva cantidad de sueño (p. ej., sueño nocturno prolongado o sueño diurno involuntario), propensión al sueño durante el día e inercia del sueño.
Las personas con hipersomnia se duermen rápidamente y tienen una buena eficiencia de sueño, superior al 90%. Pueden tener dificultad para despertarse por la mañana. A veces parecen confundidos, combativos o atáxicos. La ataxia hace referencia a la descoordinación de algunas partes del cuerpo. Esta alteración prolongada de la alerta en la transición sueño-vigilia a veces se denomina inercia del sueño. La inercia del sueño se conoce coloquialmente como “borrachera de sueño”. También puede ocurrir tras despertarse de una siesta diurna.
Durante ese período, la persona parece despierta. Sin embargo, presenta una disminución de la habilidad motora y la conducta puede ser muy inapropiada. También son frecuentes los déficits de memoria, la desorientación temporal-espacial y la sensación de mareo.
Este período puede durar desde unos minutos hasta horas. La necesidad persistente de dormir puede llevar a una conducta automática que la persona realiza con poco o ningún recuerdo posterior. Por ejemplo, hay personas que descubren que han conducido varios kilómetros de manera inconsciente tras realizar una conducción “automática” en los minutos precedentes.
Aunque el sueño sea largo, no es reparador
Para algunas personas con hipersomnia, el sueño nocturno tiene una duración de 9 horas o más. Sin embargo, el sueño es a menudo no reparador y existe dificultad para despertar tras esas horas de sueño.
En estos casos, la somnolencia excesiva se caracteriza por varias siestas diurnas involuntarias. Estas siestas diurnas tienden a ser relativamente largas (una hora o más) y no conllevan un aumento de la alerta (la persona sigue sin sentirse descansada).
Las siestas diurnas ocurren casi cada día, a pesar de la prolongada duración del sueño nocturno. Por otro lado, la calidad del sueño se puede referir o no como buena. Estas personas sienten una somnolencia durante un largo período de tiempo. Es diferente a un “ataque de sueño”.
Los episodios involuntarios de sueño suceden en situaciones de baja estimulación y de baja actividad. Por ejemplo, suceden durante conferencias, leyendo, al ver la televisión o al conducir largas distancias. En los casos más graves pueden manifestarse en situaciones que requieren una gran atención. Ejemplos de estas situaciones son el trabajo, las reuniones o los encuentros sociales.
¿Qué criterios existen para diagnosticar un trastorno de hipersomnia?
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), los criterios diagnósticos del trastorno de hipersomnia son los siguientes:
A. El individuo refiere somnolencia excesiva (hipersomnia) a pesar de haber dormido durante un período principal que dura al menos siete horas, con uno o más de los síntomas siguientes:
- Períodos recurrentes de sueño o de caerse de sueño en el mismo día.
- Un episodio principal de sueño prolongado, de más de nueve horas diarias que no es reparador.
- Dificultad para estar totalmente despierto después de un despertar brusco.
B. La hipersomnia se produce al menos tres veces a la semana durante un mínimo de tres meses.
C. La hipersomnia se acompaña de malestar significativo o deterioro en lo cognitivo, social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
D. La hipersomnia no se explica mejor por otro trastorno del sueño y no se produce exclusivamente en el curso de otro trastorno del sueño (p.ej., narcolepsia o una parasomnia).
E. La hipersomnia no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga o un medicamento).
F. La coexistencia de trastornos mentales y médicos no explica adecuadamente la presencia predominante de hipersomnia.
Además, el DSM-5 especifica tres tipos de gravedad de hipersomnia:
- Leve. Existe dificultad para mantener la alerta durante el día, 1-2 días/semana.
- Moderado. Dificultad para mantener la alerta durante el día, 3-4 días/semana.
- Grave. Existe dificultad para mantener la alerta durante el día, 5-7 días/semana.
Características asociadas a la hipersomnia que apoyan el diagnóstico
Aunque son frecuentes el sueño no reparador, la conducta automática, las dificultades para despertar por la mañana y la inercia del sueño en la hipersomnia, éstos también se pueden ver en otros trastornos, como en la narcolepsia.
Aproximadamente un 80% de las personas con hipersomnia refiere que su sueño no es reparador. Tienen dificultades para despertarse por la mañana.
La inercia del sueño, aunque es menos frecuente, es muy específica de la hipersomnia. Las siestas cortas (de menos de treinta minutos) a menudo no proporcionan descanso.
Las personas que padecen de hipersomnia con frecuencia parecen dormidos y pueden incluso quedarse dormidos en la sala de espera del médico.
Una pequeña proporción de sujetos con hipersomnia tiene antecedentes familiares de hipersomnia. Asimismo, presentan síntoma de disfunción del sistema nervioso autónomo, como dolores de cabeza de tipo vascular, reactividad del sistema vascular periférico (fenómeno de Raynaud) y desmayos.
¿Cómo de frecuente es el trastorno de hipersomnia?
La hipersomnia es diagnosticada en aproximadamente el 5-10% de las personas que acuden a las clínicas de trastornos del sueño por problemas de sueño diurno. Alrededor de un 1% de la población general europea y estadounidense tiene episodios de inercia del sueño.
La hipersomnia afecta a hombres y a mujeres con parecida frecuencia. Es decir, estamos ante un trastorno que afecta a hombres y mujeres por igual.
Tratamiento de la hipersomnia
El tratamiento de este trastorno puede realizarse desde dos frentes. Por un lado, existe el tratamiento farmacológico. El especialista del sueño puede recetar medicamentos específicos para ayudar al paciente a mantenerse despierto por más tiempo.
Esto es preferible a tomar cantidades ingentes de sustancias psicoactivas, como el café. Una ingesta excesiva de psicoestimulantes puede traer consecuencias graves para la salud, sobre todo de tipo cardíaco.
El tratamiento no farmacológico de la hipersomnia consiste fundamentalmente en la modificación de los patrones de sueño. Para ello se realiza entrenamiento en control de estímulos con el objetivo de que la persona aprenda a detectar cuándo empieza su somnolencia. Entonces es el momento de realizar una serie de ejercicios que le ayuden a despejarse.
También se utilizan técnicas que hagan más fácil mantener la concentración. En este sentido, podría estar indicado el mindfulness. Por último, son muy importantes las técnicas de higiene del sueño. Mediante la higiene del sueño se le enseña al paciente a establecer unas condiciones de sueño que le ayuden a descansar mejor.
Estas pautas de higiene del sueño hacen referencia tanto a factores ambientales (temperatura de la habitación, iluminación, etc.) como a factores alimenticios (no ingerir ciertos alimentos antes de acostarse), y a otro tipo de factores involucrados en el descanso. Así pues, la hipersomnia es una condición médica o psicológica que puede ser tratada. Si leyendo los criterios diagnósticos estimas que puedes sufrir hipersomnia, entonces te aconsejamos que acudas a tu médico. Recuerda que el diagnóstico solo lo puede realizar un profesional habilitado para ello.
Referencias bibliográficas
American Psychiatric Association (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Editorial Médica Panamericana.
Belloch, A., Sandín, B. y Ramos, F. (Eds.) (2008). Manual de psicopatología (2 vols.), edición revisada. Madrid. McGraw-Hill.