La primera de las curiosidades del noviazgo es que se trata de un vínculo contemporáneo. Se estima que lo que hoy consideramos normal no adquirió este estatus hasta los años…
3 cosas que todas las relaciones exitosas comparten

Una relación de pareja es mucho más que tener a alguien cerca para que nos haga compañía. No se trata de un vínculo para sobrellevar los ratos de ocio, ni un pretexto para ponerle un velo a la eterna soledad en la que nacemos y morimos. Tampoco es el bastón en el que buscamos apoyarnos para eludir nuestras inseguridades y temores.
El amor de pareja es una fuerza renovadora que enriquece nuestros días y, en más de una ocasión, nos permite saldar deudas con las experiencias oscuras de la vida. Una relación saludable nos ayuda a crecer. Fortalece nuestro cuerpo y nuestra mente, y nos permite ir más allá de nosotros mismos: dejar de ser unos lobos solitarios que recorren un camino incierto.
Construir una relación saludable tiene más que ver con el esfuerzo que con la buena fortuna. Hay cuatro consejos que pueden ayudarte a que tu relación de pareja sea un pasaje valioso y enriquecedor para tu vida.
Lo más importante: confiar
Confiar en alguien significa que conoces a esa persona, percibes que te conoce a ti y sabes que no te haría daño de forma intencional o premeditada. Sientes que es alguien que está de tu lado y que puedes compartir con ella lo que piensas y sientes, sin hacer cálculos ni tomar precauciones.
¿Se puede lograr esto en pareja? Claro que sí. La confianza surge cuando las dos personas involucradas en la relación lograr consolidar un pacto de apoyo mutuo, que no implica la ausencia total de fallas, sino la buena voluntad para no afectar al otro, o la buena disposición para reconocer los errores y repararlos.
Fortalecer la comunicación
La comunicación implica un proceso en el que cada una de las partes dice lo que realmente quiere decir, con las palabras que mejor lo expresan. A la vez, ambas personas abren su mente y su corazón a la escucha de lo que el otro tiene o quiere comunicar.
Cuando se logra ese nivel de comunicación realmente se ingresa en el terreno de la intimidad entre dos seres humanos. Tampoco es algo que se logre de la noche a la mañana. Se debe invertir mucho esfuerzo en ello, pero el resultado lo compensa todo.
Saber tolerar
La palabra “tolerancia” no es sinónimo ni de resignación, ni de represión de los sentimientos hostiles. Se trata de una virtud más elevada que en realidad hace referencia a la capacidad para aceptar al otro como es, sin pretender cambiarlo. Tú decides si amas o no amas a esa persona.
Pero no puedes intentar amarla y, a la vez, buscar todas las estrategias posibles para que deje de ser como es y se convierta en una réplica de tus deseos y expectativas. Construir una relación sana significa que aceptas y te sientes aceptado, aún con fallas y errores.
Aprender a respetar
La palabra “respeto” se repite con frecuencia en todos los órdenes de la vida. Sin embargo, no siempre nos detenemos a mirar lo que significa realmente. Respetar al otro es asumirlo como alguien digno. Esto supone valorar sus virtudes, sus capacidades, ideas, sueños y posibilidades. No hacer algo que pueda menoscabarlo, ofenderlo o perjudicarlo. Implica una actitud de buena voluntad para buscar todo lo que le haga bien a esa persona.
Las relaciones de pareja perfectas no existen. Sin embargo, en medio de su imperfección logran convertirse en un importante soporte emocional para nuestras vidas. De las dos persona que conforman la pareja, depende que ese vínculo sea un estímulo para crecer o solo un pasaje insignificante.
Graduada en periodismo de la Fundación de Educación Superior INPAHU de Bogotá. Estudios de Licenciatura en Ciencias Sociales, en la Universidad Distrital “Francisco José de Caldas” de Bogotá. Autora de los libros “Un duro – Aproximaciones a la vida” y “Un río de mil brazos”. Co-autora de los libros “Humor cautivo”, “Inventario de asombros”, “Impresos comunitarios” y “Seis historias para ser contadas”, entre otros. Ganadora de la beca en periodismo cultural, Ministerio de Cultura de Colombia (1999). Ganadora de los premios de periodismo Semana-Petrobras (2011) y Entrégate a Colombia-Servientrega (2012). Ganadora de las Pasantías Nacionales en Literatura del Ministerio de Cultura (2009 y 2018). Ganadora en el concurso de crónica “Ciudad de Bogotá” (2014). Mención de honor en el Concurso Nacional de Crónica y Testimonio, Universidad Central (2017) y en el Premio Nacional de libros de crónica (2010). Ganadora de la convocatoria “Leer es mi cuento” (2011), entre otros.