Crisis de ausencia en adultos: síntomas y consecuencias

Las crisis de ausencia en adultos también existen y pueden llegar a ser limitantes. Conócelas mejor en este artículo.
Crisis de ausencia en adultos: síntomas y consecuencias
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 21 marzo, 2022

Podemos confundirla con la sensación de soñar despierto. Sin embargo, las crisis de ausencia en adultos distan de ser meras ensoñaciones; de hecho, poseen un correlato cerebral muy característico. Sin embargo, el diagnóstico suele ser complicado, pues los síntomas que se observan de forma directa son ambiguos, ya que pueden confundirse fácilmente con episodios de ensimismamiento.

A continuación, podrás conocer mejor estas crisis, la idea es que al final seas capaz de identificarlas de forma más directa y sencilla. Es muy importante estar alerta ante este tipo de ausencias, en especial en adultos mayores. Vamos a verlo en detalle.

¿Qué es una crisis de ausencia?

Hombre preocupado
Hay dos tipos de crisis de ausencia: típica y atípica.

Una crisis de ausencia es un periodo de pérdida de consciencia breve y repentino. Durante el mismo, la persona parece mirar a la nada durante unos segundos, para luego regresar a su nivel de alerta normal, sin que existan lesiones físicas.

Si bien son más comunes en niños que en adultos, existen casos en estos últimos que también requieren de atención médica. Por lo general, estas crisis se corrigen por sí solas en la adolescencia, por lo que su presencia en la adultez suele indicar problemas que requieren de diagnóstico y tratamiento.

En función de la duración y de las características de la crisis, se diferencian dos tipos: típica y atípica. Vamos a verlas en detalle:

  • Típica: son las más habituales. La persona interrumpe la acción que estaba realizando y parece haberse quedado en blanco. Suele durar menos de 10 segundos.
  • Atípica: duran más de 10 segundos y suelen incluir movimientos y síntomas más variados, como frotar los dedos.

Causas

En realidad, estas crisis son convulsiones causadas por una actividad anormal en el cerebro. Suelen ser de inicio generalizado (es decir, que afectan a ambos hemisferios cerebrales) y que normalmente solo afectan al nivel de consciencia y no al tono muscular.

Si bien las convulsiones suelen ser resultado de patrones eléctricos anormales en las neuronas (como la repetición de disparos en bucles de 3 segundos), también pueden deberse a la alteración química de los neurotransmisores. De ahí que sea necesario un diagnóstico hecho por un profesional.

Síntomas

El síntoma más llamativo es la mirada perdida que dura alrededor de unos 10 segundos. Esto se confunde a menudo con falta de atención (aunque más en el caso de niños), pero si observas bien podrás identificar otras señales:

  • A diferencia de otras crisis convulsivas, no existe desorientación posterior, así como tampoco dolor de cabeza o somnolencia.
  • En ocasiones, un movimiento se ve interrumpido sin que se produzca pérdida de equilibrio: por ejemplo, si el sujeto se dispone a coger un vaso de agua y se queda paralizado a medio camino.
  • En algunos casos se observan pequeños movimientos, como el chasquido de la lengua, el aleteo de los párpados, movimientos de masticación, frotar los dedos o tics en las manos.
  • Amnesia posterior del episodio.

Consecuencias y perjuicios de las crisis de ausencia

Mujer cansada al despertar
Las crisis de ausencia son causadas por una breve actividad eléctrica anormal en el cerebro.

Si bien se trata de un trastorno de la consciencia, una crisis de ausencia no produce daño cerebral. Sí es cierto que pueden ocasionarse caídas a causa de una crisis y crearse un cuadro de ansiedad, si la persona no comprende lo que le ocurre.

Por otro lado, si las ausencias son muy frecuentes, se corre el riesgo de que la persona pierda el hilo de lo que estaba haciendo. Estas interrupciones constantes en la actividad resultan limitantes en ciertos contextos, como el estudio o el trabajo.

Diagnóstico y tratamiento

Para diagnosticar las crisis de ausencia es necesaria una batería de pruebas. Las más importantes son la anamnesis y el electroencefalograma (EEG). Con los resultados de esta última prueba, es más sencillo conocer el patrón de la actividad eléctrica cerebral y sus posibles anomalías.

Una vez que sabemos que lo que ha ocurrido ha sido una convulsión, y no otro fenómeno, la intervención más habitual se basa en la administración de anticonvulsivos. No obstante, se le pide al paciente que acuda de nuevo al médico si las crisis reaparecen o se agravan.

Si estás aquí porque crees que puedes estar sufriendo estas ausencias, recuerda que este espacio es meramente informativo. Ante cualquier duda sobre tu estado de salud (y, en especial, si está afectando a tu día a día), recuerda acudir a tu médico de confianza para que este sea el que realice la evaluación que corresponde a las circunstancias que se plantean.


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