¿Qué es la atención selectiva? Características, teorías y ejemplos

La atención selectiva es la capacidad para focalizar la mente en un estímulo o una tarea concreta, sin permitir que otros estímulos interrumpan lo que se está haciendo.
¿Qué es la atención selectiva? Características, teorías y ejemplos
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 21 abril, 2024

La atención se encuentra en la base de la mayoría de procesos psicológicos y es en sí misma compleja. De manera conceptual, la podemos dividir en diferentes tipos, y una de ellas es la conocida como atención selectiva.

A lo largo de este artículo podrás conocer un poco más de este proceso y las teorías que se han formulado sobre su funcionamiento. Además, aprenderás a estimularla y sabrás qué factores influyen sobre ella.

¿Qué es la atención selectiva?

La atención selectiva o focalizada es la capacidad de un organismo para dirigir el foco de su mente hacia un estímulo concreto mientras se aparta a los competidores. Dicho de otro modo, cuando nos concentramos en un estímulo e ignoramos aquellos que pueden distraernos.

Este tipo de atención es necesaria para la realización de tareas concretas, el aprendizaje y la memoria. Gracias a ella podemos responder a demandas muy exigentes. Además, cabe señalar que el origen de la mayoría de estas demandas se encuentra en nuestros sentidos.



Ejemplos

  • Al escuchar un pódcast filtramos los estímulos ambientales e internos para concentrarnos en las palabras del hablante.
  • En las conversaciones con otras personas usamos la atención selectiva para no distraernos de lo que nos están diciendo.
  • Al ver una película interesante, nos concentramos tanto que ignoramos por unos segundos que el teléfono está sonando.
  • Cuando leemos una novela ignoramos los sonidos ambientales que nos distraen para centrarnos solo en la trama del libro.
  • En las sesiones de meditación enfocamos nuestra atención en la respiración e ignoramos los pensamientos intrusivos y otros distractores externos.
  • Al conducir en medio de mucho tráfico, no le prestamos atención a aquellos estímulos irrelevantes como las vallas publicitarias y nos enfocamos solo en conducir con cuidado.
  • Un ejemplo de atención selectiva es buscar a un amigo entre la multitud. De entre todas las personas, dirigirás tu atención hacia un rostro concreto, y procederás a ignorar a los demás.

Características de la atención selectiva

La atención selectiva tiene diversas cualidades que la convierten en una de las más apreciadas. Mediante ella ―y otras memorias y procesos―, las personas podemos aprender, memorizar y comprender la trama de las historias. Veamos algunas de sus propiedades esenciales:

  • Limitada: carece de la capacidad de enfocarse en diversos estímulos al mismo tiempo. Para centrarse en una cosa debe ignorar a las demás.
  • Capacidad de filtro: una de sus cualidades más destacadas es la de filtrar la información para centrarse en la que importa en el momento.
  • Control voluntario: puede administrarse de forma voluntaria. Por ende, podemos dirigirla conscientemente hacia determinados estímulos o situaciones.
  • Flexibilidad: con el apoyo de otros tipos de atención, puede cambiar de foco y centrarse en otro. Esto la convierte en un proceso cognitivo flexible que se adapta a las demandas del entorno.
  • Automática: también puede funcionar en automático. Cuando centramos la atención de manera involuntaria en un objetivo que nos sorprende o aparece de manera repentina en nuestro campo perceptivo.
  • Destaca estímulos relevantes: en consonancia con su capacidad de filtrar, la atención selectiva tiene la característica de resaltar un estímulo, mensaje o dato sobre el resto de estímulos que están en el entorno.

Teorías sobre la atención selectiva

Puesto que se trata de un proceso de selección y descarte de estímulos, los modelos sobre la atención selectiva se denominan «modelos de filtro» o «cuello de botella». Recordemos que un modelo, en este caso funcional, es la abstracción de un proceso que nos permite comprenderlo mejor. Vamos a describir los más importantes.

1. Broadbent: modelo del filtro rígido

Broadbent postuló que todos los estímulos se reciben, pero llegan a un almacén a corto plazo, donde uno de ellos se selecciona por sus características físicas y pasa el filtro de la atención. Para demostrarlo, ideó el experimento de la escucha dicótica.

En este experimento presentó mensajes verbales con tres números diferentes para cada oído, pero simultáneos. A los participantes se les pedía que repitieran los mensajes mientras los escuchaban. La idea era sobrecargar sus sentidos para analizar cómo su cerebro filtraba los mensajes.

Los resultados de sus investigaciones le llevaron a afirmar que solo podemos prestar atención a un canal auditivo a la vez. La información que se pierde por el canal al que no se atiende dependerá de las características del estímulo y las necesidades del organismo.

2. Treisman: modelo de filtro atenuado

Nació como una modificación del modelo de Broadbent, pero se diferencia del anterior en que el filtro no descarta la información innecesaria, sino que la atenúa para permitir que la relevante destaque.

Para que te hagas una idea, es como bajar el volumen de la música para entender lo que está hablando la gente con la que estás.

Anne Treisman sostenía que, a nivel introspectivo, una persona puede pensar que la información a la que no atiende se ha perdido, pero en realidad no es así. Los mensajes irrelevantes del entorno reciben un procesamiento también, pero más superficial para desviar la atención hacia aquellos que se volvieron importantes.

3. Deustch y Deustch: modelo de atención selectiva de filtro tardío

Este modelo afirma que todos los estímulos que llegan al organismo se procesan y alcanzan un significado, ya que de otra manera no se podría seleccionar el input que pasará a la consciencia. La selección de este estímulo se realiza en función de su importancia en el momento presente.

Lo que diferencia a este modelo de los dos anteriores es que rechaza que los estímulos sean filtrados al comienzo del proceso cognitivo. En cambio, sostiene que estos se descartan más adelante. De otra forma, no habría manera de saber qué estímulo necesita atención prioritaria.

4. Johnston y Heinz: el filtro flexible

La característica fundamental de este modelo es que propone una ubicación flexible del filtro. Así, la selección del estímulo relevante se realiza en un momento variable, que depende de las características del mismo y de la tarea que tiene que realizar.

Este modelo introduce, además, el concepto de capacidad o recursos de procesamiento. Junto a la idea de un filtro flexible va seguida la noción de que, cuanto más completo sea el análisis del mismo, mayor demanda cognitiva requiere.

Los estudios sobre los procesos básicos sentaron las bases de la psicología científica, además de repercutir en el resto de áreas de la psicología. Su versatilidad fue la clave para progresar hasta los modelos de neuromarketing, definición de trastornos de la atención o modelos educacionales.

Factores que afectan a la atención selectiva

La atención es un proceso cognitivo que puede afectarse con facilidad. Para nadie es un secreto lo sencillo que es distraerse por un ruido, por una conversación ajena o, incluso, hasta por los propios pensamientos. Así pues, recibe la influencia de factores tanto internos como externos.

Factores internos

Estos factores aluden a todos aquellos procesos o estado internos del individuo que deterioran o potencian el rendimiento de la atención en un momento o actividad específica. Veamos los más destacados.

  • Carga cognitiva: tener mucha carga mental hace que el rendimiento de la atención disminuya y que, por ende, nos desenfoquemos con mayor rapidez.
  • Metas: es más probable de que le prestemos más atención a la información, los datos, los estímulos, los mensajes o los conocimientos que están en sintonía con nuestros objetivos y que pueden ayudarnos a conseguirlos.
  • Motivación: cuando tenemos el entusiasmo y las ganas de hacer algo que nos acerca a nuestras metas, la atención puede verse potenciada. Por el contrario, si la motivación es baja, es más probable que nos distraigamos con mayor facilidad.
  • Emociones: influyen sobre la atención porque la redireccionan hacia aquellos estímulos que son coherentes con ellas. Si nos deprimimos, es posible que la tristeza nos haga enfocarnos en todo aquello que nos hace sentir desesperanzados, desilusionados o decepcionados.
  • Expectativas: nuestras expectativas influyen sobre nuestra atención para que filtre la información y resalte aquella que la confirma o la desconfirma. Si durante una fiesta esperamos que nuestro crush vaya, seguramente nuestra atención selectiva estará más activa buscando señales de que ya llegó.

Factores externos

Son todos aquellos factores que no dependen del sujeto, sino de variables ambientales. El contexto tiene una influencia notable sobre nuestros procesos cognitivos atencionales y puede determinar, hasta cierto punto, el rendimiento que estos tienen.

  • Prominencia del estímulo: los estímulos ambientales que poseen una cualidad destacada (brillo, forma, olor y demás) atraen la atención con facilidad.
  • Intensidad, tamaño y movimiento: entre más intenso y grande sea un estímulo, más atención selectiva activará. De igual modo, atrae más nuestra atención lo que está en movimiento.
  • Novedad: las cosas nuevas despiertan nuestro interés y movilizan nuestra atención selectiva porque no estamos familiarizados con ellas. Como la mente no las conoce, prefiere prestarles mucha atención para descartar que no sean una amenaza.
  • Relevancia: un estímulo importante para una tarea que realizamos hace que invirtamos más recursos atencionales en él. La atención selectiva puede activarse o desactivarse de acuerdo con la frecuencia con que aparezca ese estímulo en nuestro campo perceptivo.

Consejos para mejorar la atención selectiva

La atención selectiva es valiosa para desarrollar tareas académicas que exigen niveles altos de concentración para aprender. También es necesaria para cargos laborales que demandan mucha atención a los detalles. En general, es un proceso cognitivo útil para cualquier ámbito de la vida. A continuación, te daremos algunas recomendaciones para potenciarla.

1. Atención plena

Este ejercicio de meditación, conocido también como mindfulness, es muy pertinente porque estimula la atención selectiva. Al emplear esta práctica oriental, se potencia el enfoque de la atención sobre un estímulo o sobre el momento presente.

2. Estilo de vida saludable

Fomentar hábitos de vida saludable es otra estrategia que puedes usar para optimizar tu atención. Si tu cuerpo y tu mente están sanos, tu rendimiento cognitivo en tareas de concentración será mejor. Haz ejercicio, come saludable, medita, haz yoga, duerme lo suficiente, comparte tiempo con tus amigos, ten una buena higiene del sueño.

3. Organización

Planea tus actividades y establécete objetivos. Recuerda que las metas tienen la facultad de influir de manera positiva sobre tu atención. Además, tener estructurada tu rutina te ayudará a saber dónde debes depositar mayores recursos atencionales. Este tipo de orden cotidiano te ayudará a no estresarte con el desorden, el cual puede deteriorar tu atención.

4. Distribución de tareas

Repartir tus labores y dedicarte a cada una de manera progresiva es favorable para tu atención selectiva. Recuerda que su capacidad es limitada y que no puede atender simultáneamente muchas cosas. Por ende, para optimizar su rendimiento, distribuye tus tareas a lo largo del día y realízalas una a una o de manera alterna.

5. Tiempos de descanso

Aparta tiempo de dispersión y relajación en tu rutina. Descansar te permitirá recuperar energía y no agotar tan rápido tus procesos atencionales. La mente, al igual que el cuerpo, necesita periodos de descanso para restaurarse y reponerse.

Trastornos relacionados con la atención selectiva

Algunos problemas de salud mental presentan también fallas en el uso de la atención selectiva. Vale la pena aclarar que este déficit no explica el desarrollo general de dichos trastornos o enfermedades, pero sí es un síntoma destacado en algunos casos.

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad

El TDAH se caracteriza por falta de atención, impulsividad e hiperactividad. Quienes lo padecen tienen dificultades para concentrarse y mantener altos niveles de atención selectiva. Esto puede generarles problemas para aprender o realizar otras actividades donde se requiera mucho enfoque.

Ansiedad y depresión

En el caso de ambos trastornos se observa el uso excesivo de la atención selectiva. Por un lado, la persona ansiosa se centra solo en aquellas predicciones sobre potenciales peligros futuros.

Por su parte, el depresivo tiende a enfocarse en los sucesos que retroalimentan su estado actual. En la depresión y la ansiedad, el sujeto tiene rumiaciones y preocupaciones que mantienen su atención selectiva sobre una misma narrativa.

Enfermedades neurodegenerativas

El párkinson y el alzhéimer son algunas de estas enfermedades que afectan diversas funciones cognitivas, como la atención selectiva. El deterioro progresivo que producen tiene un impacto negativo no solo sobre la calidad de vida y el bienestar del afectado, sino también sobre su desarrollo cognitivo.



Seleccionar, filtrar y procesar

En este artículo, hemos aprendido que la atención selectiva es un proceso cognitivo que se centra en un estímulo en particular mientras filtra los demás. Esto le permite procesar mejor la información que tiene como objetivo.

Existen diversos factores que la afectan y que pueden potenciar o deteriorar su rendimiento. Para explicarla, múltiples autores han desarrollado sus propios modelos, lo que ha permitido ampliar la comprensión que tenemos de ella.

Por último, también hemos aprendido a fomentarla mediante la atención plena, la organización y los estilos de vida saludables. ¿De qué forma usas este tipo de atención? ¿Imaginas cómo sería tu vida sin ella? Te invitamos a seguir indagando sobre estos temas.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.