Cuando el estrés se transforma en enfermedad
El ritmo de vida acelerado que llevamos provoca que el estrés haga acto de presencia. Cada día más personas sufren el ritmo que imponen las obligaciones que han contraído. Nos ocupamos de muchas cosas a la vez y además, queremos hacerlas todas rápido y bien. Este nivel de exigencia y la presión de cargar con tantas responsabilidades acaban pasando factura.
Son cada vez más los estudios que exploran las consecuencias del estrés prolongado en nuestro organismo. Los resultados apuntan que instalarnos es un estado dominado por el estrés es muy peligroso para nuestra salud. Es muy difícil vivir una vida libre de preocupaciones, pero nuestra actitud hacia ellas es decisiva. Las enfermedades psicosomáticas son un ejemplo de la importancia que tiene nuestro estado mental y la conexión mente-cuerpo.
El cortisol, causa de enfermedades
El cortisol es una hormona tiroidea producida por la glándula suprarrenal. Se libera cuando estamos estresados. Por otro lado, cuando se libera durante un largo periodo de tiempo pone en peligro nuestra salud.
El cortisol hace que se libere glucosa en sangre para así enviar gran cantidad de energía a los músculos. Tiene el objetivo de dotarnos de energía en situaciones de emergencia
Cuando el estrés se da en un momento puntual, el organismo vuelve a restablecer los niveles hormonales. Cuando la situación se prolonga por un largo periodo de tiempo aparecen síntomas adversos, tales como:
- Cambios en el comportamiento. Irritabilidad, sentimiento de ira, estado de ánimo decaído.
- Hipertensión.
- Dolor de cabeza.
- Problemas digestivos.
- Falta de apetito o hambre desproporcionado.
- Dolores musculares.
- Pérdida de memoria.
- Afectación del sistema inmune.
Todos estos síntomas producidos por el cortisol a la larga pueden producir una patología. Se ha relacionado con afecciones como hipertiroidismo, diversos problemas cardiovasculares (angina de pecho, infarto de miocardio), infecciones cutáneas (herpes, psoriasis, eccemas) y enfermedades digestivas (úlceras, gastritis).
Enfermedades psicosomáticas y estrés
Son enfermedades físicas que surgen por estrés o por cualquier tipo de malestar psicológico que acaba expresándose en forma de enfermedad. El DSM-5 los ha catalogado como trastornos de síntomas somáticos y trastornos relacionados. La ausencia de pruebas físicas o biológicas que expliquen la sintomatología referida por el paciente hace que sea difícil buscar un tratamiento efectivo al problema.
Los síntomas que se suelen presentar son diferentes, pero todos son fuentes de malestar y dificultan el discurrir de normal de la vida diaria. Estos síntomas no están asociados con una causa física que los explique. Así, es importante detectar que se trata de una enfermedad psicosomática para poder encontrar una solución, derivando al paciente a un especialista de la salud mental.
Los síntomas pueden ser generales o específicos y, en ocasiones, son identificados como sensaciones normales (como la sensación de tener hambre) o confundidos con síntomas característicos de enfermedades leves (como un resfriado). El síntoma más frecuente registrado en este tipo de pacientes es el dolor.
Estudios científicos que demuestran la relación
Según el Texas Heart Institute el estrés es uno de los factores que más aumentan la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular. Argumentando, por ejemplo, que el estrés aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, aumentando la necesidad de oxigeno del corazón.
La revista Nature publicó un artículo en el cual se afirmaba que existe una relación directa entre el estrés y el cáncer. Los experimentos liderados por Tian Xu revelaron que las células “estresadas” pueden emitir señales que induzcan a la generación de tumores, afectando a las células sanas vecinas. El lado positivo de este descubrimiento es la posibilidad de tener una nueva vía para combatir el cáncer, interceptando y bloqueando las señales de estrés que intercambian las células.
Un grupo de investigadores argentino identificó en sus estudios el estrés como en detonante del inicio de la demencia. Según el grupo liderado por el doctor Reich el estrés puede desencadenar un proceso degenerativo en el cerebro y proyectarlo sobre el sistema neuroendocrino e inmune. Aunque no implica causalidad directa sería interesante seguir investigando hasta que punto existe relación
De una u otra forma, lo que parece claro es que un estado continuado de sobre-activación en nuestro cuerpo mina nuestras defensas y nos hace más propensos a contraer dolencias y enfermedades. Esta causa no aparece reflejada en ninguna resonancia magnética, por eso la identificación del origen de la dolencia psicosomática es tan complicado, y a menudo rechazado por los pacientes.