Cuentos medievales con moraleja para niños

Los cuentos medievales son algo más que princesas sabias y guerreros feroces y valientes. Esconden en su fuero interno atractivas moralejas que sirven como lecciones didácticas y educativas para los pequeños.
Cuentos medievales con moraleja para niños
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 30 mayo, 2019

No siempre es el Medievo la mejor época para buscar inspiración. No obstante, tenida por muchos como una época oscura y sucia, también tuvo sus momentos lúcidos. Buen ejemplo de ello son estos cuentos medievales con moraleja que ayudan a un desarrollo temprano adecuado en los niños.

Sea como fuere, no podemos ver los cuentos medievales con ojos del presente. Sin embargo, sí que los debemos adaptar a nuestros tiempos sin que pierdan su esencia y su sentido si los queremos usar con niños en la primera infancia, que comprende el período de 0-7 años aproximadamente.

Lejos de observar la Edad Media como una etapa oscura llena de superchería y analfabetismo, podemos convertirla a través de sus historias en un momento de caballería, justas y princesas que den sentido al mundo imaginario del niño.

Eso sí, una vez el niño va desarrollándose y supera los 6-7 años, es mejor dejar de endulzar las historias de manera progresiva. Así, entenderá mejor la historia de su mundo, conocerá las razones de la evolución y las formas de pensamiento actuales desde sus bases medievales, clásicas, modernas, etc.

Libro con páginas volando

Vamos a comenzar con algunos cuentos medievales con moraleja que, obviamente, cuentan con ciertas licencias en su desarrollo e imaginario para añadir seres fantásticos y sorprendentes. No obstante, ello no va en detrimento de la enseñanza final de la historia, pero sí ayuda mucho al pequeño a crear su mundo de fantasía e imaginación, tan útil y necesario para los pequeños.

El mago Merlín y Arturo Pendragón

Si existe una historia que maravilla a los niños, esa es la que cuenta la relación entre el mago Merlín y Arturo Pendragón, que pasaría a la historia como el célebre Rey Arturo de Camelot.

En realidad, la historia de Merlín y Arturo posee muchos cuentos en sí, muchas moralejas y mucho de leyenda que, según parece, fue usada en la Alta Edad Media para dar a la fundación de las Islas Británicas un toque casi místico encerrando magias, caballeros nobles y poderosas doncellas.

La leyenda cuenta que el mago Merlín se hizo cargo del hijo varón de rey Uther, educándolo en el seno de una familia noble sin que supiera que Arturo, tal y como bautizó al joven, era en realidad el futuro Rey de Camelot. Según la leyenda, además, Arturo era el único capaz de extraer la mágica espada Excalibur de la piedra en la que su padre la había hundido sin que nadie fuera capaz de extraerla.

De los cuentos de Merlín y Arturo extraemos aprendizajes interesantes como el valor de la humildad, gracias a la cual Arturo se convierte en el mayor rey de Inglaterra. También la amistad que surge entre Merlín y el joven monarca, o igualmente la ambición que nace de la hermana de Arturo, quien traiciona a Merlín y casi acaba con el reinado de su hermano. En esta trama Morgana finalmente fracasa ante el valor, amistad y fuerza de los Caballeros de la Mesa Redonda.

La princesa del fuego

Conocemos más cuentos medievales que, como vemos, incluyen siempre legendarios reyes y guerreros y virtuosas princesas capaces de adaptarse a la moral de la época, pues su finalidad era tanto divulgativa como didáctica y educacional.

En un mundo donde la pobreza y la miseria era una tónica muy generalizada, la humildad era un valor muy demandado. Y esa moraleja se extrae de este cuento, cuando una princesa realmente sabia y rica, harta de pretendientes vacíos y vacuos, pide que le traigan un regalo tan valioso como sincero y tierno a la vez. Solo a esa persona le entregará la mano.

La solución a su anuncio, entre coronas de colores, grandes presentes y ramos de flores espectaculares, la encuentra en un joven que solo le ha llevado una simple piedra, tan sucia como sencilla.

“Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Solo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro”.

-Extracto de La Princesa de Fuego-

Chico sobre libro

Aquella piedra simbolizaba el corazón del joven, duro y frío. Solo al arrojarla al fuego, la princesa descubrió que en realidad era bella, pues de ella surgió una bonita imagen de oro. Así descubrió cómo distinguir lo importante de lo superficial y dedicó su vida a dotar a su reino de libros y educación en lugar de riquezas vacías y vacuas.

Los cuentos medievales extraídos de la tradición oral mezclan leyenda y fantasía con moralejas interesantes. Su labor lúdica, pero a la vez didáctica, los hace realmente útiles para usarlos, adaptándolos a nuestro tiempo, con niños en la primera etapa de la infancia.


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