Desmontando los comentarios aparentemente "inofensivos"

Desmontando los comentarios aparentemente "inofensivos"
Alicia Garrido Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Alicia Garrido Martín.

Última actualización: 11 agosto, 2019

Hay personas que necesitan hacer daño al otro para sentirse mejor consigo mismas. Detrás de algunos comentarios aparentemente inofensivos se esconde muchas veces una suerte de veneno que busca inmovilizar y destruir a la víctima. Una destrucción silenciosa. Haciendo gala de un sigilo a veces “admirable”.

Son personas que se alimentan de ver al otro como alguien desbancado, como alguien inferior a ellos. Buscan crear este tipo de situaciones en la interacción con los demás. Lo buscan consciente o inconscientemente. Y se valen de todo tipo de armas para logralo. Desde las más vistosas y evidentes hasta las que pasan más desapercibidas.

Piensa en aquellos comentarios “gratuitos” que seguramente alguna vez has tenido que escuchar. Quizá los ubiques mejor en los referidos a la apariencia física de uno. Un blanco fácil para estas personas. “Uy, qué raro es eso que llevas puesto…”, “Tienes unos gustos un poco extraños ¿no?”, “¿Por qué te pones eso?”…

Detrás de algunos comentarios gratuitos hay una intención de dañar al otro

“Ok, sea o no raro ¿qué más da?”, “Bueno, esa es tu opinión”, “Me pongo esto porque me gusta, si no no me lo pondría, al igual que haces tú cuando te vistes”. Estas serían las respuestas que el sentido común y el auto-respeto nos brindarían. Pero hay personas que se achantan y dejan que esta “gratuidad” les coma terreno y mine aún más su autoestima.

mujer pensando en los malos momentos

Pero, piénsalo: ¿qué hay detrás de esos comentarios “inofensivos”?, ¿qué intención se esconde tras ellos?, ¿PARA QUÉ?. Esta es la pregunta más honesta que uno puede hacerse. ¿Para qué hago esos comentarios? Cada persona es diferente y tiene sus propios gustos y maneras de llevar su vida, de llevar su apariencia.

Si a ti no te gusta, o no lo harías contigo mismo… es estupendo. Tienes criterio para distinguir lo que te gusta de lo que no. Pero la barrera que se cruza del “no me gusta” al decírselo a la otra persona mediante este tipo de comentarios gratuitos es muy grande. ¿Qué necesidad tiene una persona de mostrar su rechazo hacia cómo otra gestiona su apariencia?

Las diferencias nos deberían enseñar a ser más tolerantes

Muchas veces detrás de este tipo de comentarios se esconde una necesidad que quiere ser satisfecha a costa de dañar a los demás. Vivimos en un mundo en el que todos somos diferentes. Cada uno de nosotros tenemos nuestros diferentes colores y matices. Matices que nos conforman como la persona que somos.

Son diferencias que dan riqueza a las interacciones con los demás, y dan riqueza al mundo en que vivimos. Gracias a ellas aprendemos a ser tolerantes y a aceptar que nuestra manera de vivir no es la mejor ni la única. Si no que hay tantas como personas existen en el mundo. Por ello es importante plantearse por qué hacemos estos comentarios inofensivos (aparentemente) o lanzamos estas “pullas”. Qué ganamos lanzándolas…

Pero ¿cómo solemos reaccionar? En estas situaciones normalmente la persona se siente ofendida (cuando es más insegura o sensible o simplemente le duele la gratuidad de determinados comentarios) o directamente no se siente afectada (porque entiende que esa es la opinión de otro, pero no su realidad).

Las personas narcisistas se empoderan empequeñeciendo a los demás

Estamos haciendo mención a las personas que suelen hacer este tipo de comentarios con frecuencia. Comentarios que lejos de ser inofensivos o inocentes se hacen con una finalidad. La finalidad de sentirse mejor, de alimentar ese monstruo hambriento que se hace grande con el dolor ajeno.

Mujer-gritando-a-su-compañero

Este comportamiento es típico de las personas narcisistas. En concreto de las personas que tienen esa herida tan dañina que les lleva a inflar su ego a costa de los demás. Una herida que tiene su base en la baja auto-estima y en la inseguridad. Si consigo que el otro sea inferior a mis ojos, con toda seguridad yo me haré más grande y lejos quedará el desprecio por mí mismo que me está ahogando.

Pero esta es una mentira tan grande… Porque cuánto más dañes al otro, tanto más despreciable te sentirás. El daño se acumula. Y esta es una situación que hay que revertir… Quiérete, cúrate esa herida. Pero nunca a costa de dañar al otro. Nunca a costa de empequeñecerle para engrandecerte. Hazte grande queriéndote y cuidándote, aceptándote, para poder querer y aceptar a los demás, en consecuencia.

Por ello… cuando recibas muchos comentarios “gratuitos” y aparentemente inofensivos… o cuando tú mismo seas el que los estés haciendo… plantéate el para qué. Para qué los haces. Qué buscas conseguir con ello. Desde luego esta será una mejor manera de empezar a sanarse que continuar haciendo daño a los demás.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.