¿Sabes cómo disfrutar del descanso?
Es notorio el aumento de casos de fatiga crónica en todos los rincones del mundo. Producir al máximo parece haberse convertido en la razón de vida para muchas personas. Olvidan que el cuerpo y la mente deben protegerse y que el descanso forma parte fundamental del adecuado rendimiento.
Para muchos, descansar es un signo de debilidad o de negligencia. Por eso, llevan su rutina al límite, trabajando muchas más horas de las que debieran y pensando todo el tiempo en lo que tienen por hacer.
En un par de años, pueden caer en un estado de fatiga crónica. Y del cansancio extremo a la depresión y la ansiedad solo hay un pequeño paso. Aquí te damos algunos consejos para que cuides de ti mismo y protejas tu salud física y mental.
El descanso nocturno es fundamental
Dormir en la noche es una de las mejores garantías que puede obtener tu cerebro para funcionar bien. Además, si no descansas adecuadamente, vas a tener dificultades de concentración durante todo el día. Eso es seguro.
Si te levantas con la sensación de que no has descansado, significa que no estás durmiendo lo suficiente. Corrige esto cuanto antes si no quieres llegar a un punto en donde todo lo haces a medias y estás de pésimo humor permanentemente.
Apaga el móvil
Para descansar, también debes aprender a “desconectarte”. El móvil es un dispositivo que se ha convertido en un verdadero obstáculo para la tranquilidad. Si lo tienes a mano, lo más probable es que lo mires con frecuencia para comprobar si te ha llegado un mensaje, o si hay algún trino de tu interés. Por eso lo mejor es que lo apagues; y si es imposible hacerlo, al menos déjalo fuera de tu alcance para que no lo estés mirando cada cinco minutos.
Separa el tiempo
Hay un tiempo para trabajar y otro para descansar. Cada uno de ellos debe respetarse: si estás trabajando, trabaja; si estás descansando, descansa. No mezcles una cosa con otra porque el resultado es que pronto vas a sentirte cansado a toda hora y más temprano que tarde aparecerán algunos síntomas de ansiedad. Haz un corte entre esos dos tiempos: tu mente y tu cuerpo te lo agradecerán.
Baja la velocidad
Si te das cuenta de que vas a mil por hora en tus actividades diarias, para inmediatamente. No estás teniendo un incremento de la productividad, sino un episodio de ansiedad.
Aunque no te lo parezca, eso te hace menos productivo, menos asertivo y más intratable. Por eso debes tomar una pausa para relajarte y poder bajar el ritmo. Es también una manera de proteger tu corazón.
Diviértete y cambia
A veces, estás tan sumergido en tus compromisos, que hasta has olvidado cómo divertirte. Puede que también hayas adoptado una rutina en el entretenimiento: tomas un sábado para ir de compras, o para ir al cine. Con el tiempo eso se vuelve tedioso y a veces prefieres evitarlo.
Debes ser creativo e innovador a la hora de divertirte. Ensaya actividades, sitios y situaciones nuevas. Eso, en verdad, te permitirá desconectarte y descansar. No olvides abrir un hueco en tu agenda para un hobby.