El duelo migratorio

El duelo migratorio
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 abril, 2022

Es posible que hayas emigrado -o vayas a emigrar próximamente- a algún otro país, por motivos de estudio o trabajo, durante una estancia prolongada o indefinida. En estos casos, es habitual enfrentarse al duelo migratorio, que tiene lugar al dejar atrás el hogar, la familia y los amigos.

¿Has pensado qué sucedería si te apartaras a partir de hoy mismo y de forma indefinida de tus familiares y amigos más allegados? ¿Si mañana despertaras en una tierra diferente a la tuya, donde las costumbres y formas de vida son completamente distintas? ¿Y si cuando quisieras expresar cómo te sientes ante tantos cambios, el idioma, el acento o el vocabulario de los demás fuera diferente al tuyo y no encontraras la manera? Estas son situaciones habituales en las que se genera este tipo de trastorno.

La situación de duelo ante una pérdida

Cuando existe una situación de pérdida, nuestro cerebro comienza a realizar una serie de adaptaciones emocionales y cognitivas. Estas adaptaciones son necesarias para poder elaborar y acomodarnos a la que será nuestra nueva realidad.

Es lo que llamamos “duelo”. Por ello, aparecen algunas manifestaciones o síntomas de este proceso de adaptación. Algunos ejemplos son pérdida de apetito, ansiedad o problemas relacionados con el sueño. A su vez, emergen emociones que experimentamos como negativas, como la tristeza o la rabia.

Mujer triste sentada en una ventana

En el caso del duelo migratorio, este malestar no suele aparecer al comienzo, cuando recién hemos partido de nuestra tierra y aún nos encontramos cerrando trámites y extensos papeleos en el que será nuestro nuevo hogar. Es decir, cuando aún nuestra atención se enfoca en aquello que es urgente para integrarnos de la mejor manera posible.

En su lugar, pasado algún tiempo desde el abandono de nuestra patria, es cuando realmente comenzamos a poner el foco de atención en nosotros mismos. Este es el motivo por el que el duelo migratorio es también llamado mal de los 6 meses -que se considera habitualmente como el periodo de adaptación-, aunque recibe otros nombres desde la cultura popular, como son la conocida morriña de los gallegos o la melancolía y nostalgia de los poetas.

Los duelos múltiples

Debido a que emigrar supone sumar varias pérdidas, estaríamos hablando, en realidad, de duelos múltiples. Estas son la pérdida del hogar, la pérdida de seres queridos y relaciones, la pérdida del trabajo y, tal vez la mayor causante de malestar, la pérdida de la identidad. Además, muchas veces la emigración es motivada por precariedad económica, situación de violencia en el país de origen, guerras, persecución, etc. Estos son motivos de por sí bastante agravantes de la situación de malestar.

Por todo ello, si piensas marchar próximamente a algún lugar lejano, si acabas de instaurarte en el que será tu país de acogida o si conoces a alguien es esta situación, te mostramos a continuación algunos consejos para que la adaptación sea lo más positiva y provechosa posible.

Cómo llevar a cabo una adaptación positiva

No idealices ni el país de acogida ni la vuelta a tu país

Crear unas falsas expectativas sobre el país de destino puede suponer que acabes muy desencantado con tu nuevo hogar. Lo mejor es no hacerse expectativas, para poder analizar después de manera más objetiva lo bueno y lo malo del país. Por otro lado, tampoco es recomendable idealizar la vuelta a tu país, pensando que todo estará mejor que antes.

Desde mi propia experiencia, he vivido en Noruega desde hace un año y he podido darme cuenta de que idealizamos los países nórdicos en exceso. Por supuesto, hay muchas cosas que se hacen bien, y muchos aspectos positivos a la hora de vivir allí, pero en todas partes hay problemas que pueden afectarnos en mayor o menor medida.

Mano de una persona con billetes para viajar

Normaliza la situación

Sé consciente de que la vida es un proceso en continuo cambio. La emigración ha existido desde los orígenes de la humanidad, y que ahora te veas obligado, por un motivo u otro, a marcharte a otro país, no significa que en el futuro no puedas volver a tu hogar, o quizá mudarte a otro país distinto, de manera que puedas conocer más culturas distintas.

Con estos consejos será más fácil controlar los niveles de estrés generados por la mudanza y el proceso de integración y adaptación a otro país, de manera que este duelo migratorio no tenga unos efectos tan fuertes sobre nosotros.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.