El hombre de los lobos, un caso paradigmático en psicoanálisis

El hombre de los lobos, un caso paradigmático en psicoanálisis
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 16 septiembre, 2018

El caso de Sergei Kostantinovitch Pankejeff pasó a la historia con el nombre de El hombre de los lobos. Apareció relatado en un escrito de Sigmund Freud que llevaba el nombre de Historia de una neurosis infantil. Corresponde a uno de los casos más paradigmáticos del psicoanálisis, ya que sustenta muchas de las tesis freudianas.

Sergei Pankejeff, el hombre de los lobos, llegó a la consulta de Freud cuando tenía 23 años. El padre del psicoanálisis lo atendió durante cuatro años, de 1910 a 1914. El paciente provenía de Rusia. Era hijo de una mujer excesivamente preocupada por su salud física y de un hombre que presentaba etapas de hiperactividad y de depresión de manera alterna.

Uno de los tíos paternos sufría de paranoia y vivía como un salvaje en medio de los animales. Otro, había protagonizado un escándalo pretendiendo que la novia de su hijo se casara con él a la fuerza. Un primo suyo también padecía delirios de persecución. En suma, en el contexto  de El hombre de los lobos había muchos signos de inestabilidad.

Desde que inicié el estudio del inconsciente, me encontré a mí mismo muy interesante“.

-Sigmund Freud-

Antecedentes inmediatos

Cuando El hombre de los lobos tenía 15 años, su única hermana, dos años mayor, se suicidó. Un año antes ya había mostrado severos síntomas de depresión. Un par de años más tarde, el padre de Sergei también se quitó la vida.

Cuando tenía 17 años, aproximadamente, contrajo gonorrea debido al contacto con una prostituta. Desde entonces tuvo varios episodios depresivos y estuvo internado en varias clínicas. Se le diagnosticó un trastorno maniaco-depresivo.

Así mismo, desarrolló graves problemas de salud. En particular, un constipado crónico y trastornos gastrointestinales atroces. Cuando llegó a la consulta con Freud estaba muy débil. En un primer momento se mostró bastante hermético. Parecía como si el propio psicoanálisis no le importara, aunque seguía todo lo que se le indicaba.

Para sacarle de su pasividad y devolverle la iniciativa, Sigmund Freud decidió anunciarle el fin de la intervención  para los siguientes meses. Ya se había establecido un lazo entre los dos y fue ante la conciencia del final cuando El hombre de los lobos comenzó a implicarse en el análisis, llevando contenido apreciable a las sesiones. Esto le permitió elaborar su caso.

pasado de el hombre de los lobos

El hombre de los lobos

El caso fue bautizado como el de El hombre de los lobos porque fue un sueño con lobos el que permitió comenzar a dilucidar toda la dinámica inconsciente de Sergei. En realidad, el sueño había tenido lugar cuando el paciente tenía 4 años y medio, pero le había causado una fuerte impresión durante toda la vida.

En el sueño Sergei veía cómo la ventana de su habitación se abría sola. Era invierno. Sobre las ramas de un enorme nogal se veían seis o siete lobos totalmente blancos. Tenían grandes colas como los zorros y enderezaban las orejas como los perros. Estaban quietos y lo miraban insistentemente. El niño sintió terror y despertó entre gritos, con la sensación de que el sueño había sido algo muy real. Sergei dibujó su sueño para Freud.

En el psicoanálisis, los sueños son como jeroglíficos que se deben descifrar. Los elementos que aparecen en él son simbólicos y a partir de las vivencias que rodean al sujeto se pueden establecer las asociaciones que le dan sentido al contenido onírico. Eso fue lo que hizo Freud en los siguientes años con el hombre de los lobos.

dibujo simbolizando el sueño de el hombre de los lobos

La neurosis infantil

A partir del sueño antes mencionado, Freud inicia el camino de vuelta hacia varias experiencias de la infancia de su paciente. Descubre que cuando tenía un año medio presenció el coito de sus padres. A partir de esto, Freud diseñó el concepto de “escena primordial”. También encontró experiencias sexuales infantiles del hombre de los lobos con su hermana y un intento de seducción y posterior rechazo de su niñera.

También encontró que este había tenido una experiencia obsesiva con la religión. Rezaba varias horas y besaba las figuras de los santos antes de acostarse. Sin embargo, no podía evitar, al mismo tiempo, sentirse muy mal por lo que hacía y creía.

chico simbolizando el sueño de el hombre de los lobos

Después de recorrer en detalle toda esa constelación de experiencias, Freud concluye que el hombre de los lobos encarna un caso de homosexualidad reprimida. A su juicio, Sergei se curó tras el psicoanálisis.

Sin embargo, tras la Primera Guerra Mundial, el paciente volvió a analizarse con otro psicoanalista. Más tarde publicó una autobiografía en la que dijo, fuera cierto o no, que el sueño de los lobos había sido un invento suyo. El caso ha sido reinterpretado cientos de veces a lo largo de la historia y sigue generando polémica.


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