El lenguaje de las manos: ¿cómo interpretarlo?

¿Conoces el lenguaje de las manos? ¿Qué significan los gestos que hacemos con ellas? En este artículo, os hablaremos de la interpretación de algunos de estos gestos, centrándonos es su intención y efectos.
El lenguaje de las manos: ¿cómo interpretarlo?
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 27 octubre, 2020

Según los expertos en comunicación, las manos también hablan. Y es que nosotros lo hacemos con ellas al querer acompañar o enriquecer nuestro mensaje, transmitir emociones, separar partes del discurso, ejemplificar, etc. Es decir, el lenguaje de las manos tiene múltiples significados que podemos descifrar.

Cuando hablamos, la mayoría de las veces lo hacemos gesticulando con las manos y con otras parte del cuerpo. Los buenos oradores utilizan sus manos para enriquecer su discurso o para generar mayor confianza entre sus oyentes.

En este artículo, nos centraremos en el lenguaje de las manos, entendiéndose este como todos aquellos gestos que hacemos con las mismas para acompañar nuestro discurso. Descubriremos sus funciones más destacadas y algunas de sus posibles interpretaciones.

“Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice”.

-Peter Drucker-

Amigos hablando en la calle

Comunicación no verbal

La comunicación no verbal (CNV) es una forma de expresión que nos permite transmitir un mensaje (o acompañarlo) a través de gestos, signos o indicios. Es decir: sin palabras. Dentro de la CNV encontramos cuatro grandes bloques:

  • La paralingüística: engloba el tono, ritmo, volumen, silencios y timbre de la voz.
  • La kinesia: incluye la expresión facial, la mirada, la postura y el lenguaje de las manos (del que nos ocuparemos hoy).
  • La proxemia: tiene que ver con el uso que hacemos del espacio personal.
  • La imagen personal: nuestro estilo y vestuario.

Como vemos, el lenguaje de las manos forma parte de la comunicación no verbal. Según los expertos, el 93 % de la comunicación es no verbal cuando transmitimos un mensaje y solo un 7 % lo configurarían las palabras.

Estos datos hacen referencia a la “regla 55-38-7 de la comunicación” propuesta por Albert Mehrabian, que establece lo siguiente: un 55 % del potencial de la comunicación recae en el lenguaje corporal, versus un 38 % que recae en el lenguaje paraverbal o el uso de la voz y un 7 % al lenguaje verbal (palabras).

Así, un 38 % de lo que decimos lo hacemos a través del cuerpo y esto incluye el lenguaje de las manos. Pero, ¿cómo interpretarlo? Veamos algunos ejemplos:

El lenguaje de las manos: interpretaciones

Las manos nos ayudan mucho a enriquecer el mensaje. Así, nos sirven para ilustrar y aportar información extra del mensaje que queremos transmitir.

Si nos fijamos, tanto políticos como presentadores, actores u oradores utilizan especialmente sus manos a la hora de hacer discursos o presentaciones. Lo hacen para enfatizar alguna parte de su discurso o para transmitir algún tipo de mensaje complementario que, si conocemos el lenguaje de las manos, sabremos descifrar.

De esta forma, los gestos que utilizamos con las manos no son meras descargas energéticas; cada uno de ellos tiene un significado y función. Según los expertos en este ámbito, algunas de las interpretaciones acertadas que les podemos dar serían las siguientes:

Mostrar las manos

Según Teresa Baró (2012), experta en comunicación no verbal, cuando colocamos las manos a la altura del pecho y las movemos al ritmo de la conversación o exposición, estamos acompañando nuestro mensaje. Cuando las manos se exponen al público, se genera una mayor confianza. En cambio, las manos ocultas en los bolsillos, por ejemplo, o detrás de la espalda, inspiran menos confianza.

Así también lo cree Edward Pinilla, periodista y coach en comunicación, y él mismo sugiere que las manos (y el uso que hacemos de las mismas) tienen que ver con la honestidad. Mostrarlas denota transparencia, y ocultarlas, significa que algo oculta la persona.

Cerrar las manos

Según Edward Pinilla, cerrar las manos denotaría poca predisposición a negociar. Sebastián Lora, orador y experto en comunicación, sugiere que cerrar la mano y apuntar con el dedo es uno de los gestos más desagradables posibles, comparable con un golpe simbólico a quien se señala. Además, añade, “el puño cerrado puede ser catalogado como muestra de hostilidad“.

“El lenguaje de las manos tienen una conexión directa con el inconsciente”.

-Edward Pinilla-

Tocarnos la cara

Otro gesto relacionado con el lenguaje de las manos es tocarnos la cara con ellas. Según Allan y Barbara Pease, autores del libro El lenguaje del cuerpo – Cómo interpretar a los demás a través de sus gestos, la mayoría de los gestos en los que nos llevamos la mano a la cara (por ejemplo a los ojos, boca, nariz, cuello…) podrían relacionarse con la duda, la incertidumbre y la falta de seguridad. También pueden tener relación con ocultar información, de forma consciente o inconsciente, o con la ansiedad.

Palmas hacia abajo

Siguiendo con las aportaciones de Allan y Barbara Pease, colocar las palmas hacia abajo con los dedos enderezados es un gesto que impone autoridad a los interlocutores. También pueden indicar desafío o dominación. Así que cuando una persona emite este gesto mientras habla, es posible que indique que no va a ceder.

Manos en la espalda

Colocar las manos en la espalda en general muestra una gran dosis de confianza en uno mismo. También puede sugerir que la persona está a la espera de algo o que tiene expectativas en relación a algo.

Agitar las manos

Agitar las manos al hablar se utiliza para dar énfasis al discurso. En general, se trata de un gesto autoritario. Puede significar también que la persona que lo emite ha tomado una decisión (y que es probable que no la cambie).

Frotarse las manos

Otro gesto típico del lenguaje de las manos es el que implica frotárselas. Cuando juntamos y apretamos las manos estamos intentando mantener el control, ya que nos encontramos nerviosos o incómodos.

Se trata, en cierta manera, de decirnos a nosotros mismos “todo irá bien“. En cambio, tener las manos juntas con los dedos entrelazados denota ansiedad y frustración.

Manos en las caderas

Colocar las manos en las caderas es un gesto que puede confundirse con hostilidad, pero la mayoría de veces implica una posición de alerta. Esta posición de las manos (y del cuerpo) también puede ser entendida como una demostración de autoridad, superioridad, firmeza o control de la situación (por ejemplo, se trata de un gesto típico de militares).

Compañeras de trabajo hablando sobre un proyecto

Funciones del lenguaje de las manos

Aunque lo hemos visto de forma resumida a través de los ejemplos e interpretaciones, vamos a dejar aquí algunas de las funciones más destacadas que podemos realizar con nuestras manos. Eso sí, convendrá siempre analizar cada función y cada gesto dentro del contexto del discurso:

  • Señalar con las manos algo o alguien (para que el público dirija la atención ahí).
  • Acompañar el mensaje.
  • Reforzar o enfatizar el mensaje.
  • Enumerar utilizando los dedos.
  • Dirigir un mensaje al público (por ejemplo: pedir calma, reclamar silencio, conceder un momento…).
  • Expresar emociones (por ejemplo: dureza o rabia, cuando las manos se utilizan de forma agresiva, haciendo un gesto de golpe o impacto).

El cuerpo habla, y, por ello, conocer los significados de nuestros gestos nos puede ayudar a desarrollar discursos con mayor impacto. Todo dependerá de nuestro propósito.

Por otro lado, remarcar que, aunque siempre deberá analizarse el gesto en su contexto para poder interpretarlo correctamente, lo cierto es que existen algunas generalidades en la interpretación del lenguaje no verbal que podemos aplicar o tener en cuenta cuando escuchamos a alguien hablar en público.

“Si quieres conocer a una persona, no escuches sus palabras, observa su comportamiento”.

-Albert Einstein-


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  • Baró, Teresa (2012). La gran guía del lenguaje no verbal. Barcelona, Paidós.
  • Pease, A. y Pease, B. (2006). El Lenguaje Del Cuerpo – Cómo interpretar a los demás a través de sus gestos. Editorial Amat.
  • Sánchez Benítez, G. (2009). La comunicación no verbal. En Suplementos marco ELE, 8, II Jornadas de formación de profesores de ELE. Estrategias de enseñanza y aprendizaje del español en China.

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