El presente es el tiempo de un suspiro en tus manos

El presente es el tiempo de un suspiro en tus manos
Fátima Servián Franco

Escrito y verificado por la psicóloga Fátima Servián Franco.

Última actualización: 22 septiembre, 2020

El presente nos hace ser o existir en un lugar determinado. Aunque a veces lo subestimemos, todo lo que hagamos en nuestro presente será nuestra herencia personal. El presente es el tiempo de un suspiro en tus manos, hoy recibes un mundo, mañana se convertirá en tu legado.

Vivir en el presente implica ser consciente de cada situación, impulsarnos con ella y encontrar nuestra eternidad en cada momento. Los incautos se mantienen de pie en su isla de oportunidades mientras miran a otros territorios. No hay otro territorio, no hay otra vida sino ésta.

El presente es el tiempo de un suspiro en nuestras manos y, a veces, se nos escapa por un futuro que nos tortura y por un pasado al que le damos el poder de encadenarnos.

“Dos monjes rezan continuamente, uno está preocupado, el otro sonríe. El primero le pregunta: “¿Cómo es posible que yo viva angustiado y tú feliz, si ambos rezamos el mismo número de horas?”. El otro le responde: “Es que tú siempre rezas para pedir, en cambio yo sólo rezo para dar gracias”.

Mujer feliz con mente sana

Para siempre está compuesto de “ahoras”

Aunque nos cueste comprender la dimensión física del tiempo que representa la sucesión de estados, la vida es ahora. Nunca hubo un momento en el que tu vida no fuera ahora y tampoco lo habrá. 

“La vida no está en otro lugar sino en este lugar, no en otra hora, sino en esta hora”.

-Walt Whitman-

El presente es tan efímero que en esta línea que acabas de leer ya se ha transformado en pasado. Y el futuro es aquello que proyectas mientras piensas en que harás el fin de semana, en vez de concertarte con tus cinco sentidos en leer lo que tienes delante. Solo el presente tiene la maravillosa ventaja de poder ser modificado con nuestros actos y decisiones.

Mientras malgastamos el tiempo pensado en exceso en situaciones pasadas o futuras, nuestro presente se esfuma igual que el tiempo de un suspiro en nuestras manos. Debemos pararnos y pensar en cuántas cosas dejamos de hacer por los recuerdos del pasado o por miedo al futuro.

“Siempre estamos preparándonos para vivir, pero nunca estamos viviendo”.

-Ralph Waldo Emerson-

Mujer respirando con los ojos cerrados

Mantente presente en todas las cosas y agradecido por ellas

Si nuestra felicidad en este momento consiste principalmente en revisar recuerdos y expectativas, sólo seremos vagamente conscientes de este momento. Así, seguiremos teniendo una limitada conciencia del presente en el momento que nos ocurren las cosas, cuando de verdad podemos disfrutarlas o aprender de ellas, ya que tenemos formado el hábito de mirar atrás y adelante.

La conciencia del futuro y del pasado nos hace menos conscientes del presente, debemos empezar a preguntarnos si estamos viviendo de verdad en el mundo real. El presente es el tiempo de un suspiro, hoy parece eterno pero mañana será efímero.

Mantenernos presentes en nuestra realidad requiere práctica, ya que llevamos toda nuestra vida dándole rienda suelta a pensamientos que no están en él. Agradecer lo que tenemos en este momento es un buen primer paso para tomar conciencia plena de los miles de matices de nuestro día a día, matices que se nos escapan por estar pensado en algo que ya ocurrió o en algo que ni siquiera ha ocurrido.

“El agradecimiento es la memoria del corazón.”

-Lao Tse-

Probablemente todos podríamos estar bastante enfadados por algo que nos pasó pero, ¿para qué seguir enfadados por algo que ya no está? Mantente presente en todas las cosas y agradecido por ellas. El secreto de la salud para la mente y el cuerpo reside en no lamentarse por el pasado, no preocuparse por el futuro y no anticipar los problemas, sino vivir en el momento presente seria y sabiamente.

“No te detengas en el pasado, no sueñes con el futuro, concentra la mente en el presente”

-Buda Gautama-


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.