El problema, una historia sobre la muerte del amor
Esta historia sobre la muerte del amor nos cuenta que, en cierta ocasión, hubo un hombre y una mujer de hermosos sentimientos, que se conocieron y se enamoraron. A diferencia de muchas otras parejas, los dos se empeñaron en convertir a la comprensión, la generosidad y el trato afable en los ejes de su relación. Por eso pasaba el tiempo y ellos seguían unidos.
Todos a su alrededor estaban sorprendidos. Se daban cuenta de que en verdad era posible sentir y mantener un gran amor. Algunos envidiaban a la pareja y otros los admiraban, pero nadie era indiferente al cariño que se mostraban. Se convirtieron en un modelo para muchos.
El Odio, que estaba acostumbrado a ganar en casi todas las circunstancias, supo de aquella historia y se mostró preocupado. Según cuenta esta historia sobre la muerte del amor, después de mucho pensarlo, el Odio convocó a una reunión de urgencia con todos sus amigos . No podía permitir que algo así ocurriera: todos dirían que él estaba perdiendo poder.
“Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta”.
-Sam Keen-
Una reunión malévola
Dice la historia sobre la muerte del amor que a la reunión convocada por el Odio llegaron sentimientos malos de todas partes. Nunca antes habían sido llamados de urgencia y todos estaban expectantes por lo que les iba a decir el Odio. Cuando todos estuvieron presentes, este habló.
Les habló a todos de la pareja enamorada y del peligro que representaba. Si la gente volvía a creer en el amor, más pronto que tarde todos perderían prestigio. La gente se daría cuenta de que era posible vivir sin ellos y ya nadie más volvería a ocuparlos. Había que hacer algo. Después de un breve silencio, el Odio dijo: “Quiero que maten al Amor”.
Todos los presentes respetaban mucho al Odio. Lo consideraban el padre de la mayoría de los malos sentimientos. Después de un breve murmullo, el Mal carácter se puso de pie y de forma impulsiva, como era su costumbre, dijo que él se encargaría del trabajo. Cuenta la historia sobre la muerte del Amor que el Odio se sintió complacido. El Mal carácter casi nunca fallaba.
Un problema inesperado
Pasaron varios meses y nadie tenía noticias del Mal carácter. Por fin apareció, enojado como siempre, y confesó ante todos que había fracasado en su empresa. La pareja de marras no se había dejado cautivar por él. Eso desesperó al Mal carácter y por eso había vuelto sin concluir su misión. No soportaba más al buen humor de los enamorados.
Cuenta la historia sobre la muerte del Amor que el Odio se mostró preocupado. Sin embargo, la Ambición levantó la mano y se ofreció a ejecutar la tarea. El Odio pensó que enviarla a ella era muy buena idea. Era una criatura capaz de introducir un deseo irrefrenable de riqueza y poder en cualquier corazón. Eso le daría el golpe de gracia al Amor.
Pese a las altas expectativas de los malos sentimientos, después de un tiempo volvió la Ambición completamente derrotada. Fue entonces cuando el Odio decidió enviar a los Celos, que eran taimados e intrigantes. Casi todos los amantes sucumbían a ellos. Pero estos también fracasaron, como fracasaron el Reproche, la Enfermedad, la Pobreza, la Frialdad y el Egoísmo. La pareja seguía tan enamorada como siempre.
La historia sobre la muerte del amor
El Odio llegó a pensar que ya no había nada que hacer. Sus mejores fichas lo habían intentado concienzudamente y no consiguieron acabar con el amor de esa pareja. Todos los malos sentimientos comenzaron a creer que quizás había llegado el final de su reinado. Había un gran silencio en la sala de reunión.
Según la historia sobre la muerte del Amor, de repente uno de los asistentes se puso de pie. Estaba al fondo, en un rincón. Vestía ropas grises y un sombrero que le tapaba el rostro. Era, ciertamente, una criatura misteriosa. Con la voz grave y ademanes lentos, el personaje dijo que él realizaría la misión.
El Odio sonrió y le hizo el encargo. El misterioso personaje tardó dos años en volver. Llegó con una sonrisa llena de desprecio y les dijo a todos: “He matado al amor”. Todos lo aplaudieron y se abrazaron. Una vez más habían triunfado. El Odio le agradeció por sus buenos oficios.
El Rumor, que siempre quería saberlo todo, también quería conocer el nombre del verdugo. Así, se acercó a la Envidia, su mejor amiga, y le preguntó. La Envidia, con su sorna de siempre, le contestó: “Nunca estás enterado de nada. ¿No lo reconoces? Es uno de los grandes enemigos del amor. Se llama Rutina”.
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- Mey, S. (2005). Fabulario en que se contienen fábulas y cuentos diferentes, algunos nuevos, y parte sacados de otros autores. Editorial Maxtor.