Entendiendo el emergentismo, un paradigma filosófico

¿Es el todo igual a la suma de las partes? ¿Puede comprenderse un sistema solo con base en la relación entre sus elementos? Estas y otras interrogantes intenta responder el emergentismo.
Entendiendo el emergentismo, un paradigma filosófico
Matias Rizzuto

Escrito y verificado por el filósofo Matias Rizzuto.

Última actualización: 10 octubre, 2024

El emergentismo es una teoría filosófica que sostiene que los sistemas complejos exhiben propiedades que sus componentes individuales no poseen. Esta perspectiva se opone de manera radical al reduccionismo, que supone que todo fenómeno puede ser explicado por la suma de unidades más pequeñas.

La idea de que los sistemas complejos son irreductibles a las características de sus partes es de gran utilidad para pensar fenómenos como la conciencia. Aunque el emergentismo tiene gran relevancia en la filosofía de la mente, también plantea debates en la filosofía de la biología y la filosofía de la ciencia en general.

Orígenes del emergentismo

Retratos de John Stuart Mill y George Henry Lewes, máximos exponentes del emergentismo.
Los filósofos John Stuart Mill (izquierda) y George Henry Lewes (derecha) son los precursores del emergentismo. Créditos: London Stereoscopic Company y National Library of Wales.

El emergentismo tiene sus raíces en el siglo XIX, un período de grandes transformaciones en la ciencia y la filosofía. Nace como respuesta a la tendencia reduccionista y mecanicista imperante en la época.

Figuras como John Stuart Mill y George Henry Lewes fueron pioneros en esta teoría. Mill introdujo la idea de que los efectos pueden ser más que la suma de sus causas, una noción clave en el emergentismo. Pero fue su discípulo, Lewes, quien acuñó el término «emergente», dando nombre al paradigma.

En el siglo XX, el emergentismo ganó terreno gracias a pensadores como C. D. Broad. Su trabajo aportó rigor y profundidad, estableciendo los fundamentos que definirían esta corriente filosófica. Broad argumentaba que mientras algunos fenómenos son reducibles, otros requieren una explicación emergente.



Principios fundamentales

El emergentismo se basa en la premisa de que las propiedades de un sistema no pueden preverse solo conociendo sus partes. Sostiene que en la interacción de estas partes surgen nuevas características, únicas al sistema completo.

Desde esta teoría, la reducción de los fenómenos complejos a componentes más básicos resulta insuficiente para comprender el funcionamiento de la mente humana o los ecosistemas. Por ejemplo, aunque hagamos un seguimiento de los compuestos neuroquímicos que operan en el cerebro, las características de los pensamientos parecen ser irreductibles a las propiedades físicas.

Un aspecto clave del emergentismo es el enfoque en la novedad y la imprevisibilidad de las características asociadas a los sistemas. Las propiedades emergentes no son solo la suma de las partes, sino algo nuevo y diferente. No tenemos forma de predecir el comportamiento de un sistema complejo a través de la observación de sus elementos más pequeños.

Tipos de emergentismo

El emergentismo se divide en dos categorías principales: débil y fuerte. Ambas ofrecen perspectivas distintas sobre cómo emergen las propiedades de los sistemas complejos. De igual modo, ambas teorías intentan explicar fenómenos emergentes, aunque la versión débil de emergentismo suele ser la más popular entre los científicos.

Emergentismo débil

Para el emergentismo débil, las propiedades emergentes son, en cierta medida, resultado de la interacción de partes más simples. Estas propiedades son identificadas como nuevas, pero pueden explicarse o reducirse a las leyes y procesos de dichas partes.

Aunque surgen nuevas características o comportamientos a nivel macroscópico, estos pueden entenderse por completo y predecirse a partir de las leyes que gobiernan los componentes más básicos.

Por ejemplo, en la biología molecular, la vida, en su nivel más básico, puede explicarse por la interacción de moléculas y procesos químicos. Aunque los organismos vivos exhiben propiedades complejas, estas pueden reducirse a interacciones moleculares.

En campos como la psicología conductista, algunos comportamientos complejos pueden explicarse y entenderse a través de principios básicos de condicionamiento y respuesta.

Emergentismo fuerte

Por otro lado, el emergentismo fuerte sostiene que las propiedades emergentes son nuevas y no pueden ser reducidas ni explicadas completamente por las leyes de sus componentes. Estas propiedades emergentes tienen leyes propias y pueden ejercer una causalidad hacia abajo, tanto así que afectan el comportamiento de sus partes constituyentes.

La conciencia es uno de los ejemplos más citados para referir a este tipo de emergentismo. Esta surge de la compleja interacción de neuronas en el cerebro, pero no puede ser explicada en su totalidad solo por la biología neuronal.

Otro ejemplo podría ser el de los sistemas sociales. Las dinámicas y estructuras de una sociedad emergen de las interacciones de individuos, pero poseen propiedades y reglas que no se pueden reducir a las acciones o características de los individuos.

Procesos de emergencia

Otra de las cuestiones principales que plantea el emergentismo son los procesos a través de los cuales surgen estas nuevas propiedades. Estas pueden ser el resultado de un desarrollo en el tiempo o pueden darse de manera simultánea. En ambos casos, se destaca la importancia de considerar a los sistemas en su totalidad.

Emergentismo diacrónico

El emergentismo diacrónico se refiere a la emergencia de propiedades a través del tiempo. En este enfoque, las propiedades emergentes son el resultado de procesos históricos o evolutivos. Por ejemplo, podemos considerar que la capacidad humana de elaborar pensamientos abstractos es producto de un largo recorrido de evolución biológica.

Emergentismo sincrónico

Interacción entre las neuronas.
La interacción atemporal entre las neuronas produce la conciencia, que no puede reducirse a las propiedades de las partes.

Por otro lado, el emergentismo sincrónico se enfoca en cómo las propiedades emergentes surgen en un momento específico, resultantes de la interacción de partes en un sistema. Aquí, la atención se centra en la relación entre las partes y el todo en un momento dado, sin una consideración explícita del tiempo.

Una mirada sincrónica buscaría explicar cómo la interacción simultánea de millones de neuronas logra que emerja algo tan complejo como la conciencia, sin que esta sea irreductible a grupos de elementos particulares.


Una teoría vigente

El emergentismo ha tenido un impacto significativo en varias áreas del pensamiento contemporáneo. Su influencia se extiende más allá de la filosofía, pues llega a campos como la biología, la psicología y las ciencias sociales. Al desafiar el reduccionismo, intenta poner en un primer plano las interacciones y las totalidades en la comprensión de los fenómenos.

El debate entre reduccionismo y emergentismo aún es candente. Aunque las posturas más radicales suelen ser irreconciliables, algunas versiones, como el emergentismo débil, pueden ser compatible con la visión reduccionista y lograr definir propiedades que ayuden a comprender de manera más cabal los fenómenos observados.


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