¿En qué trabaja el cerebro mientras dormimos?
El sueño es un proceso tan fascinante como necesario para cualquier ser humano. Debido a la escasa información fisiológica y neuroanatómica que poseíamos tiempo atrás, este fenómeno siempre ha estado rodeado de misterio y especulaciones. No obstante, hoy en día contamos con varias investigaciones que nos permiten comprender un poco mejor cómo trabaja nuestro cerebro mientras dormimos.
El elemento más llamativo del sueño siempre ha sido su contenido: pesadillas y ensoñaciones sin sentido aparente que pueden mantenernos todo el día tratando de dilucidar su significado. Sin embargo, mientras dormimos el cerebro realiza numerosas funciones esenciales para nuestra supervivencia y bienestar.
¿Qué ocurre en el cerebro mientras dormimos?
Durante el descanso nocturno, atravesamos diversas fases con distintos niveles de actividad cerebral: cuatro de sueño no REM y una última de sueño REM.
- Durante la fase 1 experimentamos somnolencia, nuestros músculos comienzan a relajarse a la vez que la actividad cerebral se ralentiza. Sin embargo, se trata de un estado de sueño ligero del que fácilmente podemos despertar.
- En la fase 2 nuestra temperatura corporal, frecuencia cardíaca y respiratoria comienzan a disminuir progresivamente.
- Durante las fases 3 y 4, experimentamos un sueño más profundo y la actividad cerebral mantiene una frecuencia muy lenta. En este momento resulta más difícil despertarnos y es cuando se presentan parasomnias, como los terrores nocturnos o el sonambulismo.
- Durante el sueño REM experimentamos rápidos movimientos oculares. Nuestro tono muscular disminuye drásticamente y nuestra respiración y frecuencia cardíaca se vuelven irregulares. Es en esta fase cuando nuestros sueños son más prolijos, dándose la mayor parte de pesadillas y ensoñaciones. Si despertamos en esta fase, generalmente podremos recordar de forma vívida el contenido de lo soñado.
Un ciclo completo de sueño dura aproximadamente 100 minutos, empleando los primeros 60 o 70 en atravesar las cuatro primeras fases. Por tanto, a lo largo de un descanso nocturno normal realizamos entre cuatro y seis ciclos completos.
¿En qué trabaja el cerebro mientras dormimos?
Aprendizaje y memoria
Se ha demostrado que la retención de la memoria es mucho mejor después de un periodo de sueño que tras un intervalo de descanso similar, pero permaneciendo en estado de vigilia. El efecto positivo del sueño se evidencia sobre todo en la memoria declarativa (relacionada con hechos y eventos ocurridos) y la procedimental (asociada a habilidades y destrezas motoras).
Incluso periodos muy breves de sueño, como pudieran ser 6 minutos, tienen una influencia positiva sobre la retención de información. No obstante, a mayor duración del sueño, más positivo es este efecto. También es interesante resaltar que el tiempo transcurrido entre el aprendizaje y el sueño tiene relevancia. Por ello, si deseas consolidar alguna información, el sueño te ayudará si duermes después de repasarla.
Conservación de la energía
Si bien esta no es la principal función del sueño, sí es cierto que este contribuye a conservar o restaurar la energía perdida durante el día. Especialmente en los estados 3 y 4, reducimos nuestra tasa metabólica: se produce un enfriamiento del cuerpo y disminuyen la tasa cardíaca y respiratoria, el consumo de oxígeno y el tono muscular. Además, cuando el gasto de energía diurno ha sido elevado, aumenta la duración del sueño y la cantidad de sueño ligero.
Restauración
El sueño es imprescindible para combatir el cansancio diario y devolver al organismo a su estado original. Se ha comprobado que el aumento de la cantidad de sueño que sigue a periodos de estrés serviría para compensar la carga mental del cerebro. Mientras la fatiga física remite con el reposo, la mental necesita específicamente el sueño.
Búsqueda de soluciones
Todos hemos escuchado alguna vez la frase: “tengo que consultarlo con la almohada”. Esta expresión tiene una base de realidad: se ha demostrado que aquellos individuos que pasan más tiempo en fase REM encuentran soluciones más creativas.
Soñar está relacionado con nuestra capacidad creativa y resolutiva; al hacerlo, nuestro cerebro interpreta información y combina ideas. Aquellos sueños tan extraños a los que no encuentras sentido son el modo en que tu cerebro procesa, indaga y ensaya distintas soluciones y modos de afrontamiento a problemas reales.
Por todo esto resulta esencial contar con un sueño de calidad. Tu cuerpo, pero sobre todo tu mente, necesitan este periodo para restaurarse, consolidar información y hallar nuevas perspectivas y soluciones. Cuidar tu sueño es cuidar tu cerebro.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Carrillo-Mora, P., Ramírez-Peris, J., & Magaña-Vázquez, K. (2013). Neurobiología del sueño y su importancia: antología para el estudiante universitario.
- Revista de la Facultad de Medicina UNAM
- 56
- (4), 5-15. Gala, F. J., Lupiani-Giménez, M., Guillén, C., Gómez-Sanabria, A., Lupiani-Cerdeira, N., & Roa, J. (2003). El sueño normal: perspectivas actuales.
- C Med Psicosom
- 67
- (68), 7-19.